Ya han pasado 4 días desde mi cita con Ahri, y todavía no he tenido el valor para acercarme a ella para hablar. Fue un desastre, no quiero reconocerlo, pero lo fue.
Ahora mismo estamos en el recreo y nos dejan salir a la calle. Creo que Alistar esta en un colegio cercano, quizás le haga una visita. Pero por ahora estoy sentado en un banco devorando un bocadillo de cecina y mirandole a él en el reflejo de un espejo. Estoy atontado cuando de repente me interrumpe una persona agitandome el hombro:
- ¿Pero qué...?- Le grito desafortunadamente a Ahri. Me quedo mirándola como tonto y ella se ríe.
- Disculpa.. Estaba metido en mis cosas.
- Tranquilo. Me he dado cuenta.
- Joder... Contigo solo la cago.
Ella se hecha a reír y me mira con unos ojitos que enamoran
- Pues me ha parecido muy mono.
- Mierda... Mono. Lo siguiente sera decir que soy majo.
- Jajaja. Tranquilo. Todavía me pareces cuco.
- Bajando el listón ¿eh?
- No, todavía me gustas.
- Bien. Lo has admitido. La cita de ayer ya no fue tan mala.
- Estuvo bien. Me reí mucho.
- No te jode, yo también me reiría si tu hubieses estado patética.
- Estuviste magnifico.
- Puff... Pues no quieras verme cagandola.
- Jajajaja me gustaría verte superar la cita anterior.
- Solo tiene que invitarme a otra.
- Solo tienes que pedirmelo.
- Te lo estoy pidiendo.
- Entonces acepto.
Le sonrío y nos quedamos mirándonos un rato hasta que llega la amiga de Ahri y le dice que valla a otro banco para hablar de una cosa, que obviamente no quería debatir delante de mi. Nos despedimos y ella se aleja mientras yo vuelvo a centrar mi mirada en el reflejo de la ventana donde esta él mirándome y riéndose.