Capítulo 1.

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Naperville, Illinois.

Mayo 2015.

—Dieciséis años después y aún no hay rastros de Nathaniel Ferrars. Sus padres murieron hace cinco años y su hijo sigue desaparecido. ¿Mi teoría? —Pagan alzó una ceja divertida—. La leyenda es cierta.

La profesora de historia se levantó y aplaudió. Por la manera en que nos miró a los demás alumnos esperaba que hiciéramos lo mismo que ella, aplaudir lo excelente que era Pagan.

—Eso estuvo excelente, Pagan.

La clase completa soltó un resoplido, aburridos y acostumbrados a esta escena. Nadie culpaba a Pagan por ser brillante.

Pagan dejó el centro del salón y caminó hacia su asiento a mi lado con una sonrisa de suficiencia.

—Supera eso —susurró en broma.

La muy presumida sabía que yo no toqué ni un solo cuaderno durante el fin de semana, pero yo no tenía la culpa de que decidieran pasar una maratón de "Erase una vez" por la televisión. No pude decir que no y apagar el televisor, no cuando Capitán Garfio me enamoraba con su hermosa sonrisa y su manera de decir: "Bloody hell". Además, era culpa de la profesora por ponernos una tarea tan aburrida como investigar leyendas extranjeras. ¿Dónde está la diversión en eso?

El lápiz con el que jugaba cayó de mi escritorio acabando con el silencio formado en el aula ya que nadie quería ser el siguiente o muy bien no habían hecho la tarea. Todos en el aula, incluyendo la maestra, giraron a verme en el último asiento del salón.

—¿Evans, quieres ser la siguiente? —La profesora juntó sus manos y me observó.

—Yo... Yo... —Reí con nerviosismo. No sabía que excusa usaría hoy—. Mi lémur se comió mi tarea.

La clase estalló en risas mientras que la maestra negaba la cabeza como si ya no supiera qué hacer conmigo. Yo solo me sentí mal de culpar al pobre Rey Julien cuando él era inocente de esto. Nunca comería mi tarea porque yo no hago tareas.

No hubo tiempo para seguir siendo humillada, la campana anunció el final de la clase y todos abandonaron el aula. Yo hui antes de que la maestra tuviera la oportunidad de sermonearme.

"Kathleen, tienes que ser más responsable"

"Kathleen, si no haces la tarea vas a reprobar"

"Kathleen, esto y lo otro"

Pagan me siguió, pero con pasos más calmados. Tan calmados como ella.

—Tuviste suerte esta vez, Cat. —Pagan abrazó sus libros a su pecho.

—Ni que lo digas, Piggy, pero dudo poder librarme de esta para la siguiente clase. Pero tú. —La señalé con mi dedo índice y entrecerrando mis ojos—. Tú estuviste grandiosa.

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