Capítulo 4.

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Si conseguir un novio falso era difícil, pues imaginen lo que es tener un novio falso. El asunto no era tan sencillo como: "Finge que me amas" sino que cada detalle de nuestra relación era importante. Necesitaba tener el control sobre esto en mis manos. Un solo desliz y el teatro caería y yo, bueno, yo quedaría como una idiota si eso pasaba.

Pagan y yo discutimos en mi habitación todo lo que necesitábamos para que funcionara de la manera correcta. Era bueno que ella estuviera incluida porque ella era el orden en mi desastre.

—Yo sigo creyendo en que él necesita un cambio de apariencia —opiné.

—¿Quién necesita un cambio de apariencia?

Miré sobre mi hombro para encontrar a Nathaniel saliendo del baño luego de una larga ducha. Gotas de agua caían de su largo cabello castaño claro y la ropa que había traído Pagan se apegaba a su cuerpo, la tela abrazaba con mucho amor sus músculos y su trasero. Y sí, eso tal vez era baba lo que bajó de mi boca. Debí tomar en consideración los diferentes que eran en el físico Nathaniel y Liam.

—Tú lo necesitas. —Lo apunté con mi dedo.

—¿Cambio de apariencias? No creo que eso sea necesario. —Nathaniel contempló su reflejo en el espejo. Creo que incluso se guiñó el ojo a sí mismo.

No podía haber nadie en la faz de la tierra que pudiera ser más arrogante que él. Tal vez muchos de mis personajes masculinos favoritos, pero otra vez me recordaba que no existían y eso dolía.

—Tal vez piensas eso, pero amigo, tu cabello grita: "Soy de otra era".

—Solo son dieciséis años de diferencia. Hablas como si viniera de la edad de piedra, lo cual no hago Kitty.

—¿Cómo me llamaste? —pregunté, aturdida. Había estado babeando por sus músculos una vez más y... Tenía que conseguir ropa de su talla lo más pronto posible.

Kitty. Eres mi "novia". —Hizo comillas con sus dedos—. ¿No son los apodos normales en una relación?

—Él tiene un punto —dijo Pagan.

Lo único que odiaba de la presencia de Nathaniel, aparte de su gran ego, era que tenía a mi mejor amiga comiendo de la palma de su mano. Todo lo que él decía, Pagan lo aprobaba. Él podría decirle a Pagan que el agua es en realidad color rosa y ella diría: "Él tiene un punto". Pues que vea como le pongo un punto final a su vida si me roba a mi cuerda amiga.

—Además, eres pequeña y curiosa como un gatito. Pagan, te llama Cat, así que yo te llamo Kitty.

En realidad, era un lindo y tierno sobrenombre de un novio para su novia. Siempre imaginé a mi futuro novio llamándome: ángel, princesa, cariño o nena. Pero Kitty era lindo y tierno, pero no le daría el gusto de aprobación.

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