Capítulo 13.

24.4K 2.4K 455
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegué tarde a mi clase de literatura. Cuando irrumpí en el aula, miradas frías y desaprobación se posaron en mí. Oops. Farfullé una disculpa a la profesora que me indicó con un gesto que me sentara y continuó con su clase.

Pagan me había guardado un asiento junto a ella en el fondo del salón, una sonrisa se formó en mi cara mientras me acercaba con pasos rápidos.

—Piggy. —La llamé cuando noté que me ignoraba deliberadamente.

Pagan giró a verme:

—Así que aún recuerdas quien soy, llegué a pensar que tuviste un accidente y olvidaste quien era tu mejor amiga.

Vergüenza fue lo que me inundó. Pagan tenía todo el derecho de estar enojada conmigo porque yo era la peor amiga de todas. No había devuelto ninguna de sus llamadas en el fin de semana y respondí muy poco de sus mensajes. Merecía su ley del hielo y hasta más.

—Lo siento, pero pasaron tantas cosas en el fin de semana que aún me siento abrumada.

Mi disculpa no conmovió a Pagan para nada así que volvió a ignorarme y prestar atención a la profesora Susan. No podía soportar que Pagan estuviera enojada conmigo así que durante la clase escribí una muy larga carta con muchos "Lo siento" "Soy la peor" "Por favor, perdóname" y se la entregué al final de la clase. Mientras caminaba a mi siguiente clase recibí un mensaje como respuesta en mi celular.

De: Piggy.

Estás perdonada, ¿hablamos durante el almuerzo?

Para: Piggy.

¿Quién es la mejor?

De: Piggy.

No empieces.

El tiempo a veces sabe cómo comportarse cuando se espera algo con impaciencia. Y lo único que esperaba era que llegara el receso para charlar con Pagan, ella me haría sentir mejor sobre mi situación. Los minutos corrieron hasta llegar el momento del almuerzo. Pagan esperaba en nuestra mesa de siempre en el patio, su espalda encorvada mientras leía un libro.

Me dejé caer en el asiento a su lado y la abracé con fuerza.

—Sabía que no podías estar enojada conmigo para siempre.

—Ojalá pudiera ser fuerte ante tus encantos. —Se lamentó ella cerrando su libro—. Ahora quiero escuchar todo.

Le hice a Pagan un breve resumen sobre todo lo ocurrido en el fin de semana. Piggy solo soltaba unos cuantos comentarios y reía. Creo que para ella mi vida era como un libro o una telenovela.

Finge ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora