Capítulo 12.

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Lo primero que hice al despertar fue gruñir. Era domingo, con d para descansar. Mi único plan era estar tirada sobre mi cama como una vaca todo el día e evitar a Nathan en el proceso.

Luego de haber soñado toda la noche con él necesitaba mi espacio para pensar en algunas cosas, pero el universo conspiraba para que fuera todo lo contrario. Porque hoy visitaremos el lugar donde se celebraría la boda de Kim y como Nate había sido invitado necesitábamos actuar como la enamorada pareja que éramos. Estupendo.

Cuando estuve lista para el "gran" día de hoy bajé las escaleras para encontrarme con la sorpresa de mi padre y Nathan charlando y riendo como si fueran amigos de toda la vida. ¿Cuándo ocurrió esto? ¿Acababa de despertar de un largo coma o desperté en un universo alternativo?

Entrecerrando los ojos me acerqué a ellos, mi padre fue el primero en darse cuenta de mi presencia.

—Buen día, tesoro —saludó al verme entrar al salón. Él estaba en su mueble favorito, el que usaba para contar todas sus locas historia. Yo me senté en el brazo de su sillón dándole un breve abrazo y por encima del hombro dedicarle a Nate una mirada interrogativa a la cual él rió.

—Buen día a ambos. —Me acerqué a Nathan y revolví su cabello.

—¿Qué hay bella durmiente? —Atrapó mi muñeca dejando un beso en el dorso de mi mano—. Luces hermosa.

Eché un breve vistazo a mi atuendo. Había querido entrar en personaje así que elegí a Ruby Lucas peluca de color negro con mechas rojas, chaqueta y pantalones de cuero, camisa roja con un collar dorado sobre este, botas Docs rojas y una fedora sobre mi cabeza.

—Gracias, tú también te ves guapo. —Arreglé el cuello de su chaqueta de mezclilla y miré de mi padre a Nathan, ambos compartían sonrisas secretas.

—Concuerdo con Nathan, tesoro, luces como una estrella del punk rock.

—Pero no soy una estrella del punk rock, soy caperucita roja. —Ellos me miraron confundidos y yo resoplé—. Hombres, ustedes no lo entenderán. —Abandoné la sala dejando ambos riendo.

En la cocina mi madre tarareaba una vieja canción que no reconocía mientras lavaba los platos. Agarré una manzana y dándole un mordisco me senté sobre la encimera observando a mi madre enjuagar.

—Buen día. —Ella sonrió en respuesta—. Así que, ¿en qué momento ocurrió esa unión de allá fuera?

—¿No hacen una linda pareja? —bromeó ella—. Nathan llegó temprano en la mañana, de hecho, me ayudó con el desayuno y luego se puso a charlar con tu padre. No sé qué tipo de magia usó, pero lo logró. —Hice una mueca la cual mi madre notó y me dio un empujoncito en el hombro—. Es un logro, ¿no deberías estar feliz de que tu padre y tu novio se lleven bien?

Finge ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora