Capítulo extra: Todas las noches

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¡Un pequeño capítulo extra! Espero que lo disfruten. :D

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La luz que entraba por la ventana hizo destellar el garfio, logrando que los recuerdos acudieran a su memoria. Años atrás, temía la aparición de esa simple sombra en su habitación. Años atrás, era una niña atemorizada por la aparición del malvado Capitán Garfio. Su presencia no auguraba nada bueno, llegaba con sigilo en la noche, tal vez dispuesto a capturar a una Darling.

Era allí precisamente donde él estaba, en una habitación de la casa Darling. Pero la sensación no era la de terror, sino una apremiante curiosidad. El ex-pirata que estaba inclinado sobre la mullida cama de la habitación no era el mismo hombre que conoció antaño. La joven que dormía plácidamente entre las sábanas lo había cambiado.

― El Capitán James Garfio irrumpiendo en la habitación de una dama. ¿Debo sorprenderme? ―preguntó en voz alta, sabiendo que su sobrina, Charlotte Daring, no iba a despertar tan fácilmente.

El hombre se sobresaltó ligeramente, mirando hacia la mujer en el umbral de la puerta iluminada por la luz de la luna.

― Wendy ―Garfio, o como ahora era conocido, James Robinson, pronunció su nombre con cierta sorpresa e ironía―. ¿Vas a gritar, llamar a Peter Pan para que te rescate?

Wendy esbozó una sonrisa enigmática, cruzándose de brazos y observando atenta a su sobrina, profundamente dormida.

― Hace años eso habría hecho. Pero ya no soy esa niña ―miró el garfio―. Creí que habías tirado el garfio.

Una forma sutil de decir que había dejado la piratería, pero James lo tomó al pie de la letra.

― Es difícil desprenderse de algo así. Me ha acompañado durante años. Me lo pongo de vez en cuando.

El garfio destelló de nuevo con la luz que se filtraba por la ventana. Era difícil no imaginar al antiguo pirata cuando la luna recortaba su silueta, haciendo que solo el garfio quedara definido.

― ¿Y vale la pena? ―James bajó el garfio en un gesto interrogativo.

―¿A qué se refiere?

― ¿Por qué está aquí, Garfio? ¿He de creerme realmente que ha venido por mi sobrina?

La duda en sus palabras la efectuó expresamente. No era la primera vez que lo veía escabullirse entre la noche para observar a Charlotte dormir. Jamás la había despertado, ni una sola vez.

― Es hermosa ―confesó contemplándola sin acercarse―. Es temeraria. Imprudente. Valiente. Ingenua. Un verdadero dolor de cabeza como prisionera. Difícil de tratar ―se volvió de nuevo hacia ella―. No. Claro que no subo por esta maldita ventana en mitad de la noche, arriesgando mi nueva vida, solo para contemplarla dormir. ¿Quién en su sano juicio haría tal cosa?

Wendy tuvo que contener el impulso de reír.

― Bueno, los hombres enamorados no suelen estar en su sano juicio. ¿Es usted uno de ellos o debo amenazarle con entregarle a las autoridades, testimoniando que es el perseguido pirata y Capitán James Hook?

James dejó escapar una risa irónica.

― Verá, Wendy. Soy un hombre libre, con un nuevo nombre y un destino. Al fin. ¿Qué otra razón puede haber para que regrese, pese a saber que podrían reconocerme y condenarme a la orca por mis crímenes como pirata?

Charlotte se revolvió en la cama, dándose la vuelta y dando la espalda a Wendy. Garfio no perdió ni un instante del movimiento. Y no fueron sus palabras lo que convencieron a Wendy, sino su mirada.

― Cuando Lottie era pequeña, le contaba historias de Nunca Jamás ―comentó sin mirar al Capitán―. Ella las aprendió todas, y se las explicaba a Tommy cuando su madre falleció. La perdió demasiado joven, y tuvo que enfrentarse sola a la difícil tarea de convertirse en una mujer. Intenté ayudarla, pero era más fuerte de lo que había supuesto. No se rendía con facilidad, y tenía miedo de morir como lo hizo ella. Porque era responsable de su hermano pequeño, y se había decidido a no abandonarlo.

James se mantuvo atento, incapaz de comentar nada, asombrado y fascinado al mismo tiempo.

― No conociste a una dama, ni a una niña ese día en Nunca Jamás, James Garfio. Conociste a una joven que tuvo que aprender a ser mujer y niña al mismo tiempo. Conociste la tenacidad de una chica que ha perdido a su madre y quiere aprender a no ser débil. Pero dentro de su corazón, encerrado a cal y canto, existe el dolor de aquella niña que jamás lloró. Que nunca se permitió derramar las lágrimas porque no se había despedido.

<< El día que regresó de Nunca Jamás la vi llorar. Lloraba por ti. Y no solo supe lo que sentía por alguien a quien me sorprendió descubrir que albergaba corazón, sino que tuve la certeza de que lo hacía porque se había despedido. Por eso lloró.

Garfio tragó con fuerza.

― Has regresado. Y regresas cada noche a su lado, sin que ella lo sepa. Velando sus noches. Conozco el recelo que domina a mi hermano al pensarse vuestro compromiso. Y también sé por qué no podéis veros tanto como deseáis. Tal vez por esa razón acudes todas las noches, no lo sé, y no sé si quiero saberlo. Pero he visto lo suficiente como para confiar que realmente ya no eres el mismo Capitán Garfio que conocí hace años.

James asintió conforme, y se acercó a la ventana, dispuesto a marcharse, como todas las noches. Wendy dijo algo más antes de que consiguiera abrir siquiera la ventana.

― Voy a favorecer la opinión que tiene mi hermano de ti. ―Sorprendido, se giró hacia la que fue la primera niña en pisar Nunca Jamás.

― ¿Por qué ibas a hacerlo, Wendy? Precisamente tú. ―Ella esbozó una sonrisa triste.

―Porque no quiero verla llorar otra vez. Así que será mejor que te quedes, porque como te despidas de ella otra vez. Cómo la hagas llorar. Te aseguro que tu destino va a tener un final muy cercano.

No añadió nada más. Se dio la vuelta para desaparecer por donde había venido, segura de que el que fue el malvado Capitán Garfio, jamás dañaría a su dulce y fuerte sobrina.

Sonrió cuando lo vio abandonar momentáneamente la ventana, y como todas las noches, se inclinó sobre los labios de la joven y los besó. Lottie, aun durmiendo, alzó el rostro, buscando al pirata que le había robado un beso. Como un imán atraído por el polo opuesto.

―James...

La sonrisa que se dibujó en el rostro del pirata fue suficiente para Wendy, que no le quedaba ninguna duda de que el Capitán Garfio ya no era el malvado pirata de los cuentos que todavía se entretenía explicando.

Maldito fuese, pensó, ¿Cómo iba a contar historias de Nunca Jamás ahora?

GarfioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora