Capítulo 3

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Sigue narrando Paio:

Después de quedarme embobado pensando en esa chica, decidí ir al patio y sentarme bajo un árbol, pero ahí estaba, estaba ella, la hermosa chica de los ojos miel. Me acerqué lentamente y le hable.

Paio_ Otra vez vos..

Paula_ Vos viniste.

Paio_ Lo sé, me gusta sentarme a pensar debajo de los arboles. No me imagine que ibas a estar acá.

Paula_ Ajam..

Paio_ Tus ojos son muy bonitos, sería genial que no estuvieran llenos de lágrimas.

Pau_ Claro me imagino que nunca lloraste.

Paio_ Digamos que prefiero sonreír.

Pau_ Me imagino que debes ser un nene mimado que tiene plata y una vida perfecta sin problemas. O no es así?

Paio_ Te equivocas princesa, mi vida no es perfecta.

Pau_ No me caen los pibes chamuyeros como vos.

Paio_ Yo no soy así bonita. Ah, no me dijiste tu nombre.

Pau_ Paula Amoedo

Paio_ Pablo Rodríguez, decime Paio.

Narra Pau:

Este chico tenía algo especial. No sé lo que era, solo se que era especial.

Pau_ Yo me voy, chau.

Paio_ Princesita esperá, me pasas tu número.

Pau_ -sonreí- Dijiste que no eras chamuyero.

Paio_ No lo soy -sonrió- sabes? tenés una sonrisa muy bonita.

Pau_ Anotá 358********** (inventen algún numero)

Paio_ Ok, después te mando un mensaje así me agendas.

Pau_ Está bien, chau.

Paio_ Chau Bonita -sonreía-

Pero, que mierda me pasaba???!!?? Lo acababa de conocer, y le había pasado mi número, es que este chico tenía una magia en sus ojos que me hacía sentir segura. Tiene una forma de ver la vida maravillosa, es muy fuerte su forma de vivir, siempre enfrentando con una sonrisa, me parecía genial. Pero claro, yo no podía sonreír de esa manera, gracias a la gente de mierda que casa segundo aparece en mi vida, siempre elijo a las personas equivocadas, es tan típico en mí. Siento que soy un fracaso. Un error. Necesito encontrar algo o alguien que llene el vació que hay en mí. Pero no lo iba a encontrar, ya que no pensaba volver a confiar en alguien que no fuera Flor.

Me fui a mi cuarto, preparada para un interrogatorio de parte de Florencia, pero ella no estaba. Tampoco estaban Micaela y Dalila. Así que solo me metí a bañar para luego acostarme en mi cama. Quería dormir y no volver a despertar. No quería volver a confiar en nadie, no iba a volver a cometer el error de elegir a la persona equivocada.































Paioedo "Un para siempre real"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora