Capitulo XII: Palabras a medias

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—¡¿Y entonces, qué paso con Sakura-chan?!— La impetuosa voz del energético Naruto volvió a quebrar el aire tenso de la sala. Kushina, en vez de fulminar en una mirada al zorro por su osadía, compartió un mensaje mudo con Minato, quien no pudo evitar estrechar sus ojos en una visible preocupación.

—No estamos del todo seguros sobre lo que ocurrió realmente. Chiyo-sama se aproximó rápidamente a Sasori, para verificar su condición espiritual, y yo intenté calmar a Sakura, que en cuestión de pocos segundos cambios sus gritos a dolorosos sollozos. No me imaginó todo lo que habrá sufrido Sakura en esos momentos —Kushina me dirige una mirada de soslayo, de la que yo respondo tomando su mano. Ella aprieta con fuerza mis dedos—. No importaba lo que Chiyo-sama o yo intentáramos para calmarte, simplemente no dejabas de llorar desesperadamente. Tus padres, terriblemente preocupados y sin entender ni una pisca sobre éste acontecimiento, te llevaron con un psiquiatra recomendado por tu pediatra; pasaste tres días bajo un continuo chequeo de enfermeros y completamente anonadada por la cantidad de fármacos que habías ingerido. Sin embargo, cada vez que el efecto de la droga aminoraba, tu tormento regresaba con mayor fuerza.

—Entonces, fue así como Sakura llegó hasta el hartazgo de soportar su dolor y finalmente aislarlo por completo, junto con todo lo que ella pudiese asociar, como Sasori ó incluso Kushina-san— Incluyó Sasuke perspicazmente en su pétrea voz. Mi tía sencillamente asintió sin emisión verbal.

—Kushina-nee, entonces dices que si logro recuperar los recuerdos de Sasori... ¿Volveré a caer en ese mismo estado de constante sufrimiento mental?— Mis ojos observaron con terror como Kushina callaba tímidamente y evadía en vergüenza encontrarse con mis ojos temerosos, esperando un aliento de consuelo.

—Es posible que vuelva a ocurrirte el mismo episodio, Sakura. En el momento en el que tus padres te recluyeron, tanto Chiyo-sama como yo fuimos demandadas por los Haruno. Se nos tiene prohibido verte ó tener comunicación de algún tipo contigo, es por eso que nos fue imposible investigar a fondo sobre tu situación. No obstante, decidiste por ti misma encontrar respuestas, y lo mínimo que puedo hacer por ambos, tú y Sasori, es brindar todo el conocimiento que tengo de ello. Sí, mis explicaciones carecen de muchos detalles importantes que podrían ayudarte, pero yo creo que juntos podremos llegar a entender mejor las cosas.


2

—Yo creo que Kushina-san nos está ocultando algo— Murmuró en un tono de voz conveniente para que sus acompañantes le escucháramos perfectamente. Instintivamente, crucé miradas con Naruto, quién no parecía estar tan asombrado como yo al escuchar la resolución de Sasuke.

—¿Ambos lo piensan? —No espera una respuesta afirmativa del zorro— ¿Por qué piensas que Kushina-nee nos está ocultando información?

—No digo que este omitiendo cosas de su relato, en realidad me parece bastante completo lo que dijo— Observe a Sasuke con escepticismo, no pude evitar querer empujarlo a una mayor explicación.

—¿Pero?— Inquirí mientras alzaba una ceja demandante.

—Pero, pienso que ella sabe más cosas que posiblemente tengan relación con nuestra situación. Yo fui contigo porque quería saber más sobre Akatsuki, sí. Aun así, siento que no me han revelado mucho al respecto. Ya conocía la mitad de su historia, pero esto sólo me saca más dudas.

—¿Por qué cazan Youkais y Kamis?¿Qué hacen con ellos y cuál es su propósito al respecto?— Los cuestionamientos de Naruto me oprimieron el pecho por unos instantes. Mientras que yo sentía que construía mi propio rompecabezas, las piezas parecían incrementar y la imagen enigma se volvía menos entendible. Sasuke ya tenía una sospecha de lo que ocurría conmigo, al igual que Naruto, pero de los tres yo fui la única que se negó a creerlo. Ahora que lo sabía, no podía dar vuelta atrás.

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