Me dirijo con un buen paso a casa.
Descanso viendo la tele después de una refrescante ducha. Como algo y me dejo vencer por el sueño.
Cuando despierto, veo los números de la alarma brillando, pero no se escucha su pitido. Cuando voy a levantarme corriendo veo un mensaje de Barry.
'' Hoy no es necesario ir a clase. Puedes seguir durmiendo. Hiciste un gran trabajo anoche''.
Me sereno y vuelvo a tumbarme dando gracias a Barry.
Por la mente repaso cada una de las jugadas del día anterior. Repito mentalmente las habilidades de aquel meta-humano mientras me pregunto por qué no habré podido superarlo con mis dones.
Me agobio dentro de casa y después de adecentarme salgo a la calle para respirar aire, porque limpio... ejem... no es mucho.
Voy cargada con un estuche con un portaminas, minas, goma, lapiceros de colores y sacapuntas, junto con un block de dibujo a punto de terminar.
Sin saber cómo, mis pies me llevan a uno de mis parques favoritos, donde suelo ponerme a dibujar a los niños y escucho risas contagiosas.
Las personas que están o han estado alguna vez en mi vida, son conscientes de la gran importancia que le ofrezco a ese parque. Por eso, no me extraña ver la figura de Germán y Sergio en uno de los bancos más cercanos a la entrada.
En un principio decido marcharme, pero después de un momento de cavilación me quedo en el sitio pintando, como si estuviese esperando que alguien me dijese qué debo hacer.
-- Olivia --me giro de manera brusca al sentir la mano de uno de mis compañeros en mi hombro--. ¿Qué haces aquí?
No me ando con rodeos y después de mirarle a sus oscuros ojos respondo.
-- Esta mañana no me encontraba demasiado bien, por lo que me he quedado en casa, pero tampoco me siento entre esas cuatro paredes muy bien y he decidido salir a tomar aire. ¿Y vosotros?
-- No ha llegado la profesora de matemáticas, y como hoy no teníamos otra asignatura, hemos decidido volver a casa antes --lo dice con gran naturalidad y sin aportarle mucha importancia.
Miro el parque lleno de niños.
Se ha formado un silencio incómodo (es como si todos los pequeños ojillos estuviesen esperando a que algo me suceda) y no se como responder salvo mover las piernas.
-- Por cierto, Allen, ¿qué era eso del coma que hablaste el otro día?
-- A... sí. Mira chicos, yo no os quiero mentir, pero si os digo la verdad tendréis que creerme --ellos asienten con cierta duda--. Yo, durante este tiempo he estado en un coma. De momento está solucionado, pero no me he marchado a ningún instituto... y está claro que no he hecho más amigos. Además, soy una antisocial de primera calidad... en serio, me cuesta mucho que penséis que puedo deshacerme de unos amigos desde la infancia y reemplazarlos tan rápido.
Consigo hacer que una tímida sonrisa aparezca en el rostro de Sergio.
-- Lo de que eres una antisocial ya lo sabemos, por lo que no nos cuadraba mucho lo de que tuvieses nuevos amigos... Pero, compréndelo Olivia, estábamos solos y nos costaba mucho aguantar a los mismos de siempre.
Aparto todos los materiales de pintura y abro las manos mientras muestro un esbozo de sonrisa.
Mis dos compañeros aguardan hasta el último instante con miradas cruzadas hasta que se decantan por terminar de aceptarme.
--He echado esto de menos. Bueno, ¿qué película me he perdido?
Y así comienzo una larga conversación sobre los desatinos de MARVEL y Warner Bros. Criticamos algunos personajes, películas y series para después dar un rápido repaso de temario.
Germán se marcha y me quedo unos minutos a solas con Sergio.
-- ¿Sabes? Me sentí muy mal cuando tu hermano y tu padre adoptivo comunicaron que ya no te volveríamos a ver. No sé, se me hace extraño eso de que estés lejos de nosotros. Siempre he estado contigo desde pequeño, y desde que tu padre fue apresado, te he mostrado (o intentado mostrar) que siempre (o casi siempre) defenderé tu forma de ser.
Sonrío y hago que todo deje de ser incómodo, o al menos, de esa manera. Le doy un abrazo fuerte, seguido de un beso en la mejilla y me despido de él como si fuera otra tarde más.
No doy más de dos pasos cuando comienza un jaleo a mi espalda y miro a Sergio de reojo.
Él no está eufórico de alegría por lo que parece. Está muy mosqueado, tanto que por poco golpea a dos niños pequeños.
Algo no está bien.
Me acerco y le agarro por los hombros con fuerza.
-- ¿Sergio? ¿Estás bien? --él trata de librarse de mí. Puedo notar toda su rabia recorriendo su cuerpo y lo peor de todo es que puedo ver un brillo carmín en su mirada.
Escucho unos disparos.
Otro hombre también está cabreado.
Ya sé de alguna situación parecida.
'' ¡Barry, ven ya!''.
Mientras tanto decido actuar por mi propia cuenta.
Cojo los brazos de los niños más rezagados y corro gritando.
-- Lejos de aquí, ¡ya!
Veo madres y padres, hermanos y hermanas que agarran con fuerza a sus seres queridos mientras tratan de cubrir sus cabezas.
Un rayo amarillo roza varios cuerpos.
-- No hagas daño a nadie. No son conscientes de lo que hacen.
-- ¿Y cómo voy a hacer entonces para encontrar al meta-humano?
-- Yo lo encontraré.
Sergio está noqueado e inconsciente, por lo que su actividad cerebral es escasamente algo inferior.
Trato de tranquilizarlo y lo consigo. Me sorprende. Continuo hasta que ya está relajado por completo.
Aprovecho y me adentro en sus recuerdos. Veo el rostro de aquel hombre y, después de visualizarlo en el mapa mental de Central City, doy su posición a Barry.
-- '' Ya lo tengo Olivia''.
Suspiro aliviada y tranquilizo a todas las personas que han sido afectadas.
Consigo que tengan unos sentimientos apaciguados y, con la mayor discreción posible, despierto a Sergio y marcho a su casa mientras le cojo por el hombro.
Lo llevo a su casa, llamo a la puerta y su madre me abre con una amplia sonrisa que se altera unos pocos segundos después.
-- Buenas señora Sánchez. Su hijo no se encontraba bien, por lo que le he acompañado --ella asiente y lo entra a casa.
-- Muchas gracias princesa. Espero poder verte dentro de poco. Por cierto, ¿qué tal sigue tu padre?
-- La verdad es que lo afronta bien. Ayer lo pude ver y no se le veía tan mal como cabe esperar.
-- Espero que sea cierto lo que Sergio y tú decís. Sigo sin creerme que él haya podido matar a Nora.
Asiento y marcho arrastrando los pies.
Recuerdo, entonces, mis materiales de pintura y maldigo mientras marcho hacia el parque. No encuentro nada y sin saber qué hacer marcho sin conocer mi destino.
Cuando soy consciente, estoy marchando por caminos desiertos para poder visitar la cárcel.
Mi subconsciente necesitará desesperadamente saber qué diablos ocurre con mi parentesco.
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Una esperanza fugaz (The Flash)
Fanfiction¿Mi nombre?... Claro, claro... pero antes un pequeño resumen. Soy una persona especial para Barry Allen, aunque no soy su amiga, ni su novia, ni una admiradora secreta que le este espiando ahora mismo leyendo alguno de sus diarios. Soy alguien a la...