Capítulo Nueve

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Dicen que cuando estás acostado en la cama y piensas con los ojos abiertos lo más probable es que pienses tonterías, pero estoy segura de que aquellas personas no saben lo que es no poder dormir. Realmente a mí me asombra la velocidad con la que se duermen las personas ¡ES IMPRESIONANTE! En un instante estamos conversando y al siguente están durmiendo, Así, de un momento a otro. Eso realmente me da envidia, yo me quedo horas de horas de horas pensando, suponiendo, recordando, e imaginando, pero esas personas cierran los ojos y los abren al día siguiente. ¡Que envidia! Y aquel era uno de esos días de imágenes y voces en mi cabeza acompañado de los malditos recuerdos. ¿Cómo diablos se puede dormir así?

Le di la vuelta a la almohada esperando que el otro lado esté helado al igual que mis pies, *faltan dos semanas para entrar a clases, talvez el año que viene las cosas mejoren* - pienso nuevamente lo que me digo cada año. Miro al techo y una vez más miro las lámparas, que proyectan sombras fantasmales en la pared. Luego miro la ventana sintiendo que esa es mi acostumbrada rutina para cuando se me agotan las ideas, pero entonces me viene un antiguo recuerdo:

-si profe, es sólo una apuesta...

Y me pregunto si él estará pensando en lo mismo y tampoco puede dormir, pero lo más probable es que sea una de esas personas de sueño rápido que se duermen antes de lo que demora decir "hola"
Es un egoista! Talvez ignora que existen jóvenes ilusas como yo. Talvez hasta le pareció divertido jugar con mis tontos sentimientos.
Pero talvez, solo talvez eso no fué una apuesta.

Sonreí.

Pero de todas formas, no había forma de saberlo, al menos que...

Volví a sonreír.

Pero dudaba que aquella persona fuera sincera conmigo, el fin había que intentarlo ¿no?

. . .

Al siguiente día a primeras horas de la mañana tomé mi celular y me puse a redactar mi mensaje, dentro de algunos minutos ya estaba listo para ser enviado y dentro de varios minutos de duda decidí enviarlo. Era eso o morir con la duda.

Y para cuando esa persona leyó el mensaje decidí que en el peor de los casos talvez era mejor no saber si fue o no una apuesta.

Demasiado tarde...

-Si fue una apuesta - me dijo Franklin.

Rayos!!

-Pero le dimos la oportunidad de que Gabriel decidiera a quién decirle eso y el dijo A Emma.

Bajo la misma pendejadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora