Capítulo Dieciséis

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-Dayana! Que voy a hacer!!!
-Sólo es un ensayo, respira y entrégale el piiiiiip corazón de papel.

Ahora que Dayana lo mensionaba sonaba muy fácil, enrealidad, era muy fácil... Respiré tres vecesitas. Por álguna razón Dayana siempre le gusta meter a las frutas en las conversaciones, cuando algo es fácil dice: 《Papaya》cuando alguien le pregunta por algo que no se pudo, dice: 《naranjas》, al tiempo que mueve su muñeca haciendo mímica de que no hay nada... y así sucesivamente siempre mete a las frutas en la vida, me pregunto si ella las relaciona con comida... talvez por eso las mete en las conversaciones, mmmmmm.... creo que acabo de decifrar uno de los misterios de Dayana. Su sonrisa planeando decir alguna maldad me confirma que sin duda no me equivoco.

Puede que haya decifrado uno de los misterios de Dayana, pero toda ella seguía siendonun enigma.

- Jurame que no vas a hacer el ridículo! - me dijo Dayana con una sonrisa.

-Lo juro.

- Eso ya no me es suficiente, ahora Juralo por las galletas Oreo!

(Cuando Dayana me pide que jure por las galletas oreo, quiere decir que la cosa va en serio)

- Lo juro por las oreo!...

Y haciendo uno de los juramentos más sagrados para nosotras me acerco a Gabriel, - es sólo un niño, no te va comer..- era el primer repaso, y tenía que darle la mano, levantarlo y entregarle el corazón.

Me fui acercando más, él estaba tirado en el piso, le di la mano, y en el momento en el que la toqué una bandada de murciélagos voló por mi estómago. Sentí que las rodillas me temblaban. Regresé ver hacia donde estaba Dayana, " Dale el piiiiiiip corazón y ya!!! " - me decía.

Miré a Gabriel, sus ojos eran negros, y cuando sintió que lo estaba viendo bajó la mirada, y me dijo en un susurro :

- " Sólo hazlo "

Creí perder la razón por un instante, sentí que los murciélagos aleteaban mas rápido, sentí que una montaña caía sobre mí, y luego sentí que el tiempo se detuvo... Todos se movían lentamente haciendo señas para que haga algo. Gabriel seguía mirando al suelo, susurrándome cosas, mi mano se aferró a su muñeca, tiré de ella para levantarlo del suelo, todo pasó despacio...

Él alzó la cabeza y me miró..

Mi mano izquierda le entregó el corazón, él lo agarró, y creo que lo hizo muy rápido. En el momento en que tomó el corazón ( casi arrancandomelo de la mano) éste se partió en dos pedazos..

Sinceramente fue un desastre...

Como el corazón se rompió cogí otro y se lo volví a entregar, ésta vez la mano me temblaba, y mucho.

Él sólo lo agarró, y en ese instante toooodos empezaron a fregar. Todos silbando, todos comentando. "chimpancés inmaduros"... -pensé. Gabriel actuaba bien, pero en esa escena algo no le salía bien, cada vez que hablaba, cada vez que tenía que hacer algún gesto, no lo sé, talvez era muy tímido, talvez quería que la niña que le entregara el corazón no fuese la misma niña que lo acosaba... si, talvez era eso.

Me alejé de él hasta llegar a Dayana, ella me miró con sus ojos a punto de estallar de la risa. Y luego me dijo:

- Acabas de romper el juramento más sagrado que pueda existir en el vasto universo!

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