Capitulo quince: Cita.
Narra David:
Bien, esto debía ser fácil. Sólo era una cita. Mi primera cita.
Mierda, mierda, mierda...
Faltaban diez minutos para que sonase el timbre.
—¿Qué te pasa, Dave? —Me susurró Andrew, mi mejor amigo, que se encontraba junto a mí.
Me volví a mirarlo.
—Nada —mentí con neutralidad. Algo que era tan normal en mí como respirar (y me refiero a la neutralidad, no a mentir)—, ¿por qué lo dices?
El moreno me miró enarcando una ceja.
—¿Lo preguntas en serio? —preguntó con escepticismo. Yo me limité a mirarlo simplemente. ¡Pues era obvio que lo preguntaba en serio, no soy aficionado a desperdiciar saliva! Sin embargo, preferí no decir nada. Soltó un suspiro de derrota, como si hubiese leído mis pensamientos—. Llevas media hora moviendo la pierna como si usaras una máquina de coser —explicó—, y no has tomado muchos apuntes. ¿Qué tienes?
Me di cuenta de que Andrew tenía razón e, inconscientemente, estaba moviendo mi pierna de arriba abajo frenéticamente.
Me debatí un segundo internamente. ¿Debía decirle o sonaría muy homosexual de mi parte? Digo, nunca me había gustado hablar de mis sentimientos con absolutamente nadie, ya que eso siempre me hacía sentir sensiblero y vulnerable. Algo que obviamente no me gusta en lo más mínimo.
O era así antes de que empezara a relacionarme con Claire...
Demonios, ¿qué carajos me había hecho la chica Cleveland?
Decidí que mejor hablaba con Andrew, o sino explotaría. Al fin y al cabo, él me había recomendado lo de invitarla a salir y todo eso. Pero como era obvio, yo le había dicho que eso no iba conmigo.
Tan cabezota como siempre.
Ahora me tocaba dejar de lado mi maldito orgullo.
—Estoy un poco nervioso porque quedé con Claire después de clases, eso es todo —Me limité a contestar con fingido desinterés.
Andrew me miró con sus ojos castaños reluciendo.
Joder no...
—¡Lo sabía! ¡Realmente te interesa la chica Cleveland! —exclamó, provocando que algunas miradas curiosas se posaran en nosotros.
Los miré a todos con frialdad, hasta que apartaron la mirada. Luego fulminé a mi amigo con la mirada.
¡Vaya, yo odiaba los chismes!
—¿Puedes bajar la maldita voz? —murmuré con los dientes apretados de la furia y la vergüenza.
A veces no entendía cómo podíamos ser mejores amigos. Éramos completamente opuestos, tanto física como psicológicamente.
Tal vez eso era precisamente lo que nos había hecho congeniar en pre-escolar.
—Lo siento —se disculpó, volviendo a susurrar—. ¡Pero es que es increíble! —Le di un golpe en el brazo. Él se acarició la zona, volviendo a hablar en voz baja—: ¿Y qué te llevó a seguir el consejo que te di hace como un mes?
Me sonrojé recordando que casi le doy una paliza a Robert Neffet y el beso que ocurrió luego de eso.
—¿Te... te acabas de sonrojar? —interrogó el pelinegro sin dar crédito—. ¡Joder, hermano, esto es genial!

ESTÁS LEYENDO
Inaccesible ©
Teen FictionEs una ley, mundialmente reconocida, que absolutamente nadie puede ignorar a un Cleveland. Entonces, ¿cómo es posible que ese tal David Slerman me ignore a mí, Claire Cleveland? Ni una mirada, ni un simple "hola", ni un pestañeo... ¡Nada! Simplement...