Capítulo 14

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- Narrado en primera persona (Grace)-

De verdad, Calum era el chico perfecto.

¿Pero cómo es que no tenía novia?

Yo sabía perfectamente que nunca acabaría con él. Era, era tan... No había palabras para describirlo.

Y me encantaba tanto. Poco a poco me estaba enamorando.

Me desperté pensando en lo bien que se llevaba con mis padres y lo bien que habíamos estado cenando.

El cambio de verano a otoño ya se estaba notando.

Me puse mis vaqueros y mi sudadera preferida.

Que por cierto, olía a Calum.

Mientras desayunaba con mi madre lo único que hacía era sonreír tontamente por olerla.

"Decimoséptima nota mental: No seas tan cursi."

Me despedí de mis padres y salí con una sonrisa de oreja a oreja.

Miré a mi mejor amigo que se encontraba apoyado en la farola de en frente, mirando a algún punto de la carretera.

Mi presencia le devolvió de sus pensamientos y me dedicó una sonrisa.

Su maldita sonrisa de nuevo.

- Buenos días. Eh, deja de ponerte mis sudaderas.- saludó- ¿Y eso que la tienes?

- Se te quedó pequeña. Te molesta que me queden mejor a mí.- añadí empezando a andar.

Él siguió rápido mis pasos y no dijimos nada.

Estábamos en silencio. Pero no un silencio incómodo, uno que es difícil de que ocurra con alguien. Sin hablar sabíamos todo.

- ¿Qué...?- empezamos los dos a hablar a la vez- ¡Telepatía!- repetimos al unísono.

Los dos empezamos a reír a carcajadas y la gente nos miraba mal.

- Di tú.- me indicó Cal con algunas risas.

- ¿Qué le digo a Luke?

- Te iba a preguntar lo mismo.- sonrió de lado.

- Eso no ayuda.- dije.

- Bueno, pues si fuera tú, yo actuaría normal evitando el tema. Te recuerdo que os tenéis que llevar bien.

- Vale.- suspiré.- Hemmings me está esperando en la puerta- señalé.

Le di un beso en la mejilla y me separé de Calum.

Me dirigí a la entrada bajo la mirada de unos chicos que estaban por allí.

Al llegar saludé sonriente con la mano a Luke.

A lo que él me recorrió con la mirada, sintiéndome totalmente incómoda.

- Los monos en la cara otra vez.- rió.

- ¿Cómo?- pregunté sorprendida.

- Eso, que si quieres más miradas de chicos ponte más esos pantalones.- dijo señalándolos.

Bufé y empecé a andar para clase.

- No es mi culpa que vengas así, sólo soy sincero.- sonrió pícaramente.

- Idiota.- me limité a decir dejando la mochila junto a la mesa.

- Te dejaste el portátil en mi casa.- indicó.

No. No, no, no, no. Con todo se me había olvidado.

- Luego me lo dejas en casa.- expliqué sin más.

- Me gusta la música que escuchas.- añadió.

- Me alegro.- dije para terminar la conversación.

Se quedó callado y a los dos minutos volvió a hablar.

- Kate no es como tú.

Le miré interrogativa y siguió hablando.

Damn| cth;lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora