-Emma, tienes que limpiar la mesa 3-
-claro, enseguida-
Pasaron las horas, y la joven estaba cada vez más agotada, no podía mantenerse mucho más tiempo en pie. La campanilla sonó anunciando que alguien había entrado, las miradas se dirigieron a la puerta, el alfa había llegado.
-MIA-gruño cuando olio y vio a la pequeña Emma
-OH no...no-murmuro y comenzó a correr intentando escapar
Aiden fue tras ella, corrieron por todo el pueblo hasta llegar a su casa, la joven entro corriendo a su hogar e intento esconderse en su habitación
-tarde o temprano te encontrare-gruño
Soltó un sollozo al ver sus pies al final de la cama
-dije que te encontraría-
La tomo de las manos y la arrastro hacia la puerta de su hogar
-no por favor, no-rogaba en murmuros
-no te haré daño-
-suéltame, déjame ir-su voz era débil
-esta muy delgada-murmuro bajando las manos por su cuerpo
-por favor-
El muchacho la ignoro y la llevo hasta el pueblo, donde se encontraba la casa de la manada. No le impresiono saber que el lobo tenía una mansión, pues los lobos tenían las riquezas más grandes del mundo.
-comeremos carne-
Emma bajo la vista y Aiden soltó un suspiro
...
-gracias alfa-
-mírame, no bajes la vista-le ordeno
La temblorosa joven alzó la mirada, clavo sus ojos en los de Aiden, y soltó un "suspiro enamorado" cuando se perdió en esos negros y profundos ojos.
