Epílogo.

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Las contracciones eran algo normal desde hace unas semanas, ya el parto no era un tema alarmante, sabían que todo estaba listo para cuando el bebe decida que era la hora y no los tomaría de sorpresa. Ben estaba instalando una habitación en la plata de abajo especialmente para el parto, claro que la habitación también estaba preparada. El alfa podría ser cualquier cosa, pero jamás se le acusaría de irresponsable. El problema era que esa mañana en particular, las contracciones no habían parado ni un segundo, Emma sabia que el cachorro había elegido ese día para nacer, pero Aiden sería el último en enterarse, no quería fomentar sus nervios. Ya estaba muy estresado ayudando a su hermana a organizar una ceremonia similar a lo que los humanos llamaban cumpleaños.

Dobló la ropa que había lavado el día anterior. Normalmente de eso se ocupaba Aiden, pero el no estaba y pasar todo el día en la cama esperando a su esposo era aburrido. No podía hablar con su amiga omega porque estaba durmiendo, ver tele fue su pasatiempo durante el último trimestre de su embarazo y ya estaba saturada de eso. Solo tenia media hora hasta que su esposo vuelva a casa y la regañe por estar agachándose y subiendo las escaleras, por lo que doblo la mitad de la ropa que había lavado y puesto a secar anteriormente. Decido ir a ver a su dormida amiga. Melody había abierto las persianas de su habitación y prendido la luz de la mesita de al lado de la cama para mantener a Sam despierta, pero no funcionó. La habitación estaba completamente iluminada, estaba recién despertando, vio a Emma apoyada en la puerta y sonrió. Desenredo sus piernas de las sabanas y la almohada de Melody que usaba cuando esta se iba temprano, se sentó en la cama con espalda apoyada en el respaldo, apago el velador y tomo la pastilla de su mesita.

- Melody dejó todo preparado -

- No quiere que me olvide las cosas -

Se acerco la cama y le tendió un vaso con jugo de naranja exprimido que había subido de la cocina, en la otra mano tenía la tercera pastilla del día, hierro, espero que tome la primera con el agua que tenía también al lado de su cama y le dio la píldora color rojo. La cara de asco de su amiga fue tan graciosa que no pudo contener la risa.

- No seas mala -Hizo un puchero

Se sentó en la cama luego de dejar el vaso y movió la almohada de la menor cuando quiso volver a dormir.

- No puedes seguir durmiendo -

Tiro de las sabanas y se dirigió al armario para sacarle la ropa, le eligió un vestido de mangas largas ajustado al cuerpo que ella le había regalado y nunca había usado (Samay) por sus tantos complejos acerca de su cuerpo. No planeaba que lo utilice durante el día, pero si a la noche en la cena a la que iban a ir con Melody. Si es que el parto les permitía salir claro. Las llaves golpearon con la madera y el metal de la puerta de abajo por lo que Sam se apuro para levantarse de la cama olvidándose de su flojera con la intención de salir corriendo hacia abajo.

- Alto ahí - le ordeno la humana

- Sam, si no te abrigas no puedes bajar- se escuchó la voz de Mel subiendo por las escaleras

La omega se calzo sus fríos pies y puso sobre su espalda una bata azul turquesa que le había regalado Isabel cuando enfermó, una vez bien abrigada tomo los pañuelos descartables de papel que estaban, como todo, en la mesita de luz y los colocó en el bolsillo para poder correr hacia su novia. La humana la siguió, aunque a paso lento por su gran tamaño y las pequeñas pero constantes punzadas en su espalda.

- ¿Dónde estabas Mel? Te extrañé -

- Comprando unas cosas - besó su frente

- No dejes de duerma siesta durante la tarde, recién despierta - Emma abrazando al alfa

- Mala - le sacó la lengua

Pequeña flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora