9- Mate

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Era ya de noche cuando Sam decidió salir de su cuarto. Y Aiden se hubiera alegrado, pero el caso es que la pequeña solo salió para estar con Emma, que había levantado un poco de fiebre las últimas horas.

- ¿no crees que...? Ya sabes-

- ¿Qué cosa? No lo sé Sam, dime-

-tal vez Aiden te haya dejado... ya sabes- hizo un gesto con sus manos

- ¿embarazada? No lo creo-

Las dos se quedaron en silencio, y Emma comenzó a pensar en si era aquello posible, pasaron unos cuantos minutos en silencio, y la omega se durmió

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Las dos se quedaron en silencio, y Emma comenzó a pensar en si era aquello posible, pasaron unos cuantos minutos en silencio, y la omega se durmió. Emma se dedicó a verla, estaba muy delgada. Cuando recién había llegado, lo primero que notaron fue su delgadez, pero pensaron que engordaría enseguida, y así fue por un tiempo, pero al empezar la escuela, todo su progreso se fue por la borda. La notaban cada vez más demacrada y con menos energía, además de que sus ojos transmitían desconfianza y tristeza.

Tampoco comía mucho, al principio suponían que tenía vergüenza, pero es que no había motivos para tenerla.

Con mucha cautela levanto su blusa, y le espanto lo que vio, no solo sus costillas resaltaban mucho, su estómago estaba lleno de cortes. Acomodo la prenda y una lagrima callo por su mejilla.

Aiden entro a la habitación y acaricio su cabello.

- ¿Qué pasa mi amor? -

-Samay... ella, míralo tú mismo-

Volvió a levantar su blusa y Aiden se quedó asombrado ¿Qué tanto daño podría hacerse una niña de tan solo 14 años? Pero ¿y si no era ella quien se provocaba las heridas? El siempre la escuchaba sollozar los viernes a la noche, pero los cortes estaban hechos con plata, no pudo hacerlos ella mismo, sino, tendría quemaduras en las manos ¿Quién puede ser? Su cabeza daba vueltas en el asunto, no obstante, no encontraba a quien culpar. Todos parecían amarla, las pocas veces que la busco en la escuela, los niños habían sido muy cariñosos con ella, incluso, sus empelados la mimaban todo el tiempo.

De un momento a otro, sin preveerlo, la furia lo consumio.

-¡samay levántate!-

Emma, que ya conocía esa faceta de Aiden sujeto su espalda

-aiden calma- le rogaba

La pobre omega se despertó desconcertada por las sarandeadas y gritos.

-¿QUIÉN LO HIZO?-

-¿Qué?-

-¡LEVANTATE!- la tiro del brazo -¡¿Cómo te hiciste eso?!-

-por favor, calmate Aiden-emma

-¡¿Qué me calme?! ¡quiero saber que es esto ya!-

-no se de lo que estas hablando Aiden-

Levanto bruscamente su blusa, tanto que la rompió, y todas sus lesiones quedaron a la vista. Su rostro se volvió palido y no se le ocurrio otra cosa que correr hacia su habitación y cerrar con llave. Cuando el lobo pudo reaccionar, ya era muy tarde, la pequeña se había ido.

-¿Qué paso aquí?- pregunto Melody saliendo de su cuarto

-seria mas fácil contarte que no paso- contesto Aiden molesto

Melody lo miro intrigada y se dirigio a la puerta del cuarto de Samay, suspiro y toco... nada.

-se te esta haciendo costimbre ignorarme-

-dejame-su voz sono enojada

Melody volvió a tocar la puerta, esta vez impaciente.

-vamos Samay, abre la maldita purta-

Comenzó a golpear con mas fuerza, parecía que iba a romper la puerta.

-samay si no abres en este mismo instante, te juro que la tiro abajo-dijo furiosa

La puerta se abrió de golpe y la pequeña salio disparada por ella. Bajo las escaleras y se quedo en la sala. Melody sentía su pecho arder por el rechazo de la omega, quria largarse a llorar como una bebe.

-¿me puedes contar que sucedió?- se dirigio a su cuñada

-tienen que verlo tu-emma bajo la mirada

Le agarro la mano y la condujo hacia la sala, la omega estaba en el sofá boca abajo sollozando, el ardor en el pecho de Melody se volvió mas fuerte. La atracción hacia ella era evidente, ya no podía ocultarlo. De hecho, todos los integrantes de la familia lo sabían, y la duda de si Samay era la compañera de Melody existía, pero hasta que la pequeña no deje de ocultar su olor no podían saberlo.

-Sam date la vuelta-ordeno Emma

La omega intento contestar, pero el nudo en su pecho no la dejo, estaba hecha un manojo de nervios. Todo lo que salió de su boca fue un enorme sollozo, y Melody parecía no poder aguantar por más tiempo el ardor en su pecho.

Samay parecía no poder contenerse mucho tiempo más, y su olor invadió la habitación. Melody dio un salto, sus emociones se vieron alteradas, estaba feliz, había encontrado a su compañera. Pero ella estaba allí llorando como si la vida se le fuera en eso.

Emma, preocupada por la pequeña, intento abrasarla, gran error.

-suéltala, ES MIA-

De pronto los sollozos se calmaron y la pequeña levanto la mirada. La mayor se lanzó a su mate y la cargo como si fuera una beba.

-Mel ¿Qué haces? -

La tenía sujetada del estomago

-suel...tame- se quejó débilmente

-suéltala por favor-

Emma temía que la loba presionara demasiado las heridas de Samay.

Con cuidado la soltó, y observo como se tomaba su estómago con una mueca de dolor. Se alarmo, pero no se atrevió a tocarla.

Pequeña flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora