Algo más que hermanastros

La promesa

-¿Puedes hacer el favor de tranquilizarte? Me estas poniendo de los nervios.
-Más nerviosa estoy yo, Chus, necesito pasar a la siguiente fase.- Me senté rendida en el sofá-.
-Lo harás, enana.- Hugo pasó su brazo por mis hombros.
-Si pasaras a la siguiente fase, ¿Qué tendrías que hacer?- Me preguntó Jesus .
-Crear una coreografía creada por mi y cantar alguna canción. Aunque lo de cantar es opcional, pero te da más posibilidades de llegar a la final.
-Tranquila, sobrina, lo lograrás, pero tienes que comer algo.
-No tengo hambre, iré a mi habitación.
Hacía apenas tres horas que habíamos llegado a casa. Nos dijeron que no tenían muy claro los que pasarían a la siguiente fase, así que en las próximas horas enviarían un mensaje a los afortunados.
A esas alturas me había dado por vencida.
¿Tanto se tarda en decidirse y enviar  unos pocos e-mails?- Me preguntaba sin cesar.
-Enana, ¿Te han enviado ya el e-mail?- Me preguntó Hugo entrando en mi habitación.
-Que va, lo tengo que asumir, no he pasado.
-No digas eso, te apuesto lo que quieras que sí pasas ala siguiente fase.
-¿Lo que quiera?
-Lo que quieras.- Afirmó.
-Si no paso serás mi criado durante un mes y sacarás a Luna por mi.
-Ya la saco por ti.
-Ah, pues solo mi criado.- reí.
-Vale, pero un mes ni de coña.
-Dos semanas.
-Hecho.-Estrechó nuestras manos-. Por cierto, ¿No es un poco cliché lo que has pedido?
-Sí, pero siempre he querido tener un criado, bueno, ahora dime lo que quieres si paso.
-Te tendré durante un día entero para mi solo y tendrás que hacer lo que yo quiera sin rechistar.
-Miedo me das... Pero solo un día, ¿No?
-Uno o todos los que quieras, enana.- me guiñó un ojo.
-Con uno me basta y me sobra.- reí.
-Después de ese día querrás más.- Me susurró.
-Claro, claro. Cambiando un poco de tema, nunca te he visto tocar la guitarra que tienes en tu cuarto, no la sabes usar, ¿Verdad? Imagino que solo la tienes para impresionar a las chicas.
-¿Qué no la sé usar? La duda ofende.
Salió indignado por la puerta. Segundos más tarde apareció con su guitarra, cogió una silla y se sentó delante de mi.
-Ahora calla y escucha.
No pude decir nada, ya que comenzó atacarla y, páramo sorpresa, también a cantar La promesa de Melendi.

"Yo te prometo que yo
Seré quien cuide tus sueños
Y cuando tu estés despierta
El que te ayude a tenerlos

Yo te prometo una luna desnuda
Que sea testigo de nuestra locura
Que al final de nuestros días
Nos va a sombrar una sombra
Que no cortare mas flores solo por no adornar otras
Que confundirás tus manos con las mías
Yo te prometo amor que eres lo mas bonito
Que he visto en mi vida
[...]
Te prometo amor que solamente
Yo tengo en mi mente pedirte una noche
Porque no necesitaré más que un muelle de San Blas
Sonando en nuestro coche

Porque cuando un hombre ama a una mujer
Lo sabe desde el momento en que la ve
Y me importa si algo falla
De la mano de quien vaya
Si se ríe o se calla...
[...]"

Durante los minutos que estuvo cantando, se me puso la piel de gallina y tenía un zoológico entero en el estomago. Me emocionó mucho que me tocara y cantara esa canción. Me sentí muy especial, especial para él.
-¿Te parece que eso es no saber tocar la guitarra?
-¿Porque has escogido esa canción?
-Porque me gustaría poder prometerte todo eso algún día.
-¿Algún día?
-Sí, y si no quisieras lo entendería, pero...
-Si no acabas la frase no lograré entender lo que quieres decirme.
-Joder, enana, hace unas semanas te pregunté si querías que fuésemos algo más y aun no me has contestado, necesito que me contestes, ya no aguanto más. Aunque tu respuesta sea que no, dime lo, aunque si es que sí me harías muy feliz.
-Ya no recuerdo muy bien la pregunta, ¿Me lo podrías repetir?- Me hice la tonta.
-Aroa,- me miró a los ojos- ¿Quieres que seamos algo más?
-¿Algo más como que?
-Madre mía, nunca imaginé que me costaría tanto, ¿Aroa, quieres ser mi novia?-Preguntó nervioso mirándome fijamente a los ojos.
-Mmm... No lo tengo claro, ya te lo diré mañana.- Reí.
-No estoy de coña, Aroa, dímelo.- Dijo ahora un poco más serio.
-Claro que si, tonto.
Al escuchar mi respuesta me besó de una manera.... ¿Mágica? ¿Llena de sentimientos? No se puede describir un beso así. Solo sé que fue un antes y un después.
-No quiero estropear el momento, pero no creo que sea buena idea que mi tía y tu padre se enteren.- Le dije al poco de separarnos.
-No piénsese hora  en eso, enana.- me besó en la frente-. Mira el correo, haber si te han enviado el e-mail.
-Míralo tú porfavor.- me acomodé en la cama-. Estoy muy cómoda ahora.
-Vale, dime la contraseña.
-No he cerrado sesión, no te hará falta.
-Si pasabas ¿Qué tenías que hacer?
-Cantar y bailar, ¿Por?
-Pues yo de ti iría ensayando.- Me sobresalté al escuchar eso.
-¿Me estas vacilando?
-Has pasado a la siguiente fase, enana, ¡Enhorabuena!
-¿Me estas vacilando?- Exclamé todavía atónita.
-Que no, has pasado.
Me abalancé hacia él. Al no esperárselo caímos al suelo, estallando a carcajadas.
-¿Qué es todo este escándalo?- Preguntó Chus al entrar en mi habitación.
-¡He pasado!- Le informé mientras me levantaba para abrazarla.
-Me alegro muchísimo, Aroa.- Besó mi frente-. Voy a dormir que estoy agotada, si te entra hambre ha sobrado comida.
-Descansa tía, yo no tardaré en dormir.
-Lo dudo.- Susurró Hugo a mis espaldas.- Enana, ¿entonces mañana me acompañarás?- preguntó cuando Chus salió por la puerta.
-No lo dudes.
-Bueno, te dejo dormir, mañana nos vamos a las ocho menos cuarto, te quiero lista eh.
-¿Tan pronto?- me quejé.
-Si no quieres madrugar no hace falta que vengas.
-Tranquilo que estaré lista antes que tú, no te librarás de mi tan fácilmente.
-No querré librarme de ti, enana.- murmuró antes de besarme-. Ahora si que me voy.
-¿Te puedes quedar hasta que me duerma?
-Solo si cuando te pongas el pijama, me dejas estar presente.- dijo pícaro.
-Que pervertido, por Dios.
-Como si no me conocieras.-río.
-Vale, pues en ese caso no me pondré el pijama.- me quité las bambas y me tumbé en la cama
-Cada día me sorprendes más, enana.
-¿Piensas estar toda la noche ahí de pie ?
-No hagas que te diga donde quiero pasar la noche.
Por fin se tumbó a mi lado, envolviéndome con sus brazos.
No tardé nada en caer en los brazos de Morfeo.
Y en los de Hugo.

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-Enana, ¿quieres despertarte de una vez? Llegaré tarde.
Esas fueron las dulces palabras que me dijo Hugo para despertarme mientras no me paraba de balancear de una forma un tanto brusca.
-Que bonita forma de despertarme.- dije nada más abrir lo ojos.
-Estaba a punto de tirarte vasos  de agua encima, llevo como diez minutos intentando despertarte.
-Que romántico eres, Hugo.
-Enana, vístete porfavor.
-Como usted quiera, señor.
- Así me gusta.- dijo antes de salir por la puerta.
Cuando salió me quede unos cinco minutos más en la cama y cuando me decidí a salir, me puse unos jeans oscuros y una blusa holgada de flores y mis preciadas bambas negras.
Cuando bajé, me encontré a Hugo al final de la escalera, impaciente como de costumbre.
-Aleluya.- exclamó-. Vivamos que llegamos tarde.
-Que buen humor tienes por las mañanas.- Le dije irónica al entrar al coche.

*Ya en la consulta*

-Buenos días, Hugo.- saludó el doctor- ¿Estás seguro que quiere que sepa los resultados Aroa? Ya te los adelanté un poco por teléfono, pero aún hay cosas que tengo que contarte.

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No me gusta la portada, si alguna es tan amable de sugerirme como hacérmela o incluso hacérmela se lo agradeceré :)
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