Gatas en celo

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Maratón 2/3
Diez minutos después desde que empezaron a discutir, la verdad es que ya no sabia ni de que estaban hablando, me daba igual esa pelea de gatas en celo. Esperaba que Sergio no se hubiera ido. Necesitaba despejarme y si era en buena compañía mejor. Tenía que admitir que a parte de que era muy simpático, estaba muy bueno.
De repente escuché un golpe, luego otro y así todo el rato. Tenía dos opciones: ir e intentar separarlos o dejar que se peguen por idiotas, porque se estaban pegando por una jilipollez. Hombres tenían que ser...
Al allegar al recibidor me encontré a Hugo y Sergio peleándose, obviamente, pero era peor de lo que pensaba, Hugo tenía la manga de la camiseta un poco rota y el labio y la nariz rotas, Sergio estaba igual pero con más sangre.
Les grité un par de veces que pararan, pero hasta que no solté un chillido de esos que se rompían los cristales no pararon, me quedé alucinada por que cuando se separaron me miran con cara de "no estamos haciendo nada", yo simplemente agarré a Sergio del brazo y lo llevé a mi cuarto. Me estaba cansando de esa costumbre de que acabaran peleándose. Al llegar a mi habitación cogí el botiquín para curarle un poco las heridas.
Él estaba sentado en el medio de mi cama y yo sentada en su regazo. El silencio era un poco incomodo.
Al acabar de curarle las heridas me intenté bajar de sus piernas pero el me detuvo cogiéndome de la cintura. El silencio era aún más incomodo.
Estaba bastante confusa. Desde siempre me había gustado Hugo, estaba muy cómoda con él, aunque él no sentía lo mismo por mi, esas ultimas semanas no habíamos estado muy bien, estuvimos muy distantes. Y Sergio era otro mundo: más cariñoso, cuando lo necesitaba estaba conmigo, me hacía reír mucho. No sabía lo que sentía por él. No sabia si me gusta o solo era atracción.
Resumiendo: solo sabía que no sabía nada.
-Aroa, ¿estás enfadada?- preguntó Sergio.
-No. Solo estoy cansada de que siempre acabéis del mismo modo.- le contesté mirándole a los ojos.
-Lo siento.
Su respuesta era sincera, lo notaba en los ojos, pero cuando me miraba Sergio no sentía lo mismo que cuando me miraba Hugo. Era... Distinto.
-¿Te duele mucho?- no se había quejado cuando le curaba, pero no creía que le hiciera cosquillas.
-No, solo me duele un poco la mandíbula, pero estoy bien, tranquila.-Dijo contajiandome una sonrisa.
-¿Porqué habéis peleado?
No me quería decir la respuesta, se le notaba en la cara, pero quería saberla.
-La verdad es que no lo sé. Cuando me a abierto la puerta me ha empezado a preguntado que hacia en su casa y le he contado que he venido a pasar un rato contigo, me ha hecho un par de preguntas y me ha empezado a pegar, yo claramente me he defendido, no soy tan tonto para quedarme quieto mientras me pegan una paliza.
Tenía que hablar con Hugo. Si después de estas semanas solo íbamos a hablarnos para discutir lo haríamos , le iba a decir cuatro cosas bien dichas.
-¿Qué película quieres ver?- preguntó sacándome de mis pensamientos.
-3 Metros Sobre El Cielo.
No dijo nada, solo cogió el portátil y puso la película.
Al final de la película estábamos los dos tumbados bastante pegaditos, la verdad es que estaba muy cómoda. Me quedé un poco dormida. Al rato de despertar escuché pasos cada vez más fuertes, así que me hice dormida.
A los pocos segundos escuché la puerta de mi habitación que se abrió y un bufido, como si fuera de alguien cabreado. Supongo que seria Hugo, porque Alicia no bufaba así. No sabía que le pasaba a Hugo, estaba enfadado todo el rato, pero a mi me daba igual, que el siguiera cabreado el tiempo que quiera, yo estaba disfrutando de el tiempo que pasaba con Sergio y el resto de mis amigos.
Cuando acabó la película Sergio me dio un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura del labio, suponía que pensaba que estaba aún dormida. Era muy tierno este chico. Me levanté detrás de él para acompañarle a la puerta y aunque estaba oscuro puede notar como se sonrojó, no mucho, pero se sonrojó . Al llegar a la puerta nos despedimos, pero para mi sorpresa me dio un beso en los labios y se fue. El beso fue sido... Extraño, diferente, no sabría describirlo. Me quedé con cara de tonta monumental mirando por donde se fue. Me di la vuelta encontrándome con Hugo con una cara de no muy buenos amigos.
-¿Qué coño hacías liándote con ese?- me preguntó intentando controlarse.
-¿Qué te importa?- le respondí borde, dirigiéndome hacia mi cuarto, pero me giró estirándome del brazo.
-No me contestes así, Aroa, no tengo el día para tu comportamiento de niña pequeña.
-¡¿Mi comportamiento de niña pequeña?!-le dije molesta soltándome de su agarre.- Habló de puta la tacones. El único que se comporta como un niño aquí eres tú, que te peleas todo el rato sin motivo, que porque como el niñito se ha enfadado, lo pagas conmigo dejándome de hablar, cuando yo lo único que he hecho estar ingresada en un puto hospital durante unas semanas, cosa que a ti no te afecta para nada.
-¡Yo no me comporto como un niño! ¡Y tengo mis razones para pelearme!, además de que me puedo pelear con quien me salga de las narices, ¡Tú no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer! Y lo del hospital si que me afectaba, tenía que traerte la ropa y tus estupidas cosas casi todos los días.
Aroa tranquilízate, me decía mi subconsciente.
-¡¡Podria haber ido yo pero estaba inconsciente o ingresada!! ¡No podía salir del hospital, gilipollas!
-¡No me grites joder!
-Chicos, no discutáis más.-dijo Alicia entrando al recibidor, ¿esta jo se había ido aun?- Aroa, creo que no estás siendo justa con Hugo.
Yo alucinaba con la gente.
-No te metas en esto, que contigo también tengo para rato.-dije dirigiéndome a ella. A la mierda el autocontrol.- Se suponía que eras mi mejor amiga y al hospital has venido dos veces a verme y desde que estoy en casa solo te he escuchado cuando venias con Sergio,¡Ni siquiera estando en la misma casa has venido a verme! ¡Para tener amigas como tu prefiero no tener nada!
Dicho esto último se le cayeron un par de lágrimas, pero siendo sincera me daba igual, en ese momento me importaba poco.
-¡No le hables así!-me gritó Hugo agarrándole del brazo, la verdad es que me hacía un poco de daño, él pareció notarlo, así que me soltó, pero yo cogí las llaves de su coche y me largué. No creí que al estar nunca tan furiosa, enfadada y también decepcionada pueda conducir bien, pero aunque no tuviera el carnet, conducía bastante bien.

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En multimedia un Rafa, un personaje que aparecerá en el siguiente capítulo.

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Un besi!!💋

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