Algo más que hermanastros

Le necesitaba y no estaba

Cuando me desperté estaba sola. Pensé que Hugo se estaría preparando para ir al aeropuerto, así que no me preocupé y empecé a prepararme. Me di una ducha rápida y me vestí con unos jeans, una camisa de cuadros roja y unos botines negros. Al acabar fui a la cocina a preparar algo para desayunar y justo antes de abrir la nevera me llamaron.
*Llamada telefónica *
-Hola, Sofy.
-Aroa, ¿vas a venir al aeropuerto?
-Claro.
-¿Te pasamos a buscar y vamos juntas?
-Voy a ir con Hugo, ¿Nos vemos ahí?
-Vale, nos vemos allí, niñata.
*Fin de la llamada telefónica *
Hice unas tostadas y zumo de naranja para los dos. Comencé a desayunar al ver que tardaba. Me empecé a preocupar cuando yo había acabado de desayunar y no había tenido noticias de él cuando se suponía que estaba en la misma casa. Dejé el baso y el plato en el fregadero y fui a buscarle en su habitación, pero no estaba. No estaba en su habitación ni en ningún sitio. Le llamé, pero no me contestaba. No había dejado ni una nota diciendo donde estaba, tampoco me envió un mensaje.
Estaba muy decepcionada, le necesitaba y no estaba, me dijo que iba a venir conmigo, pero al parecer se había ido.
Le envié un mensaje a Sofía para que vinieran a por mi, ya que Hugo no estaba y tampoco tenía ningún coche con el que ir, aunque después de los dos accidentes no me atrevía a conducir hasta que me sacara el carnet de conducir.
Minutos después estaba en el coche de María con ella y su hermana.
-¿No te iba a llevar Hugo?
-Eso creía yo, María, pero no esta en casa.
-¿Le has llamado?
-Si, pero no me contesta, Sofy. No se si preocuparme porque no da señales de vida o enfadarme.
-Ya es mayor, no creo que le haya pasado nada, no te preocupes.-Me sonrió Sofy- ¿Falta mucho, María?
-Falta que encuentre aparcamiento. Llamar a Alicia para saber donde tenemos que ir.
-Ya le envié un mensaje cuando fuimos a buscar a Aroa, dice que esperemos en la entrada.
-Pues vamos.
Bajamos del coche y nos dirigimos a la entrada, donde nos esperaban Alicia y Sergio junto con sus padres.
-Os dejamos que os despidáis tranquilamente, hasta pronto, chicas.- Dijo Susana.
Nos despedimos rápidamente de sus padres y en cuanto se alejaron un poco Sofy y Maria saltaron hacia Alicia. Yo aproveché para despedirme de Sergio.
-Te hecharé de menos, preciosa.- Me abrazó.
-Y yo a ti, feo.-Le di un beso en la mejilla-. Cuídate y vigila a tu hermana.
-Dalo por hecho, cuídate tú también, llámame cuando lo necesites.
-Te digo lo mismo.
Me dio otro beso en la mejilla y fue a despedirse de Sofy y Maria. Alicia y yo nos miramos y corrimos a abrazarnos e inmediatamente rompimos a llorar.
-Te hecharé de menos, hermana.- admití-. En cuando localices a los buenorros de Londres avísame y ven a verme a menudo.
-Claro que si, hermana.
-Ali, tenemos que irnos.
-Hasta pronto, chicas.
Cuando ya no estaban en nuestro campo de visión, fuimos al coche y nos fuimos al instituto.
***
Solo faltaba una hora para que acabaran las clases. Estaba en la clase de naturales con el ser más amargado que había conocido. Le llamábamos "La Pou". Con figura igual a la de un pou (por eso el mote), cabeza de hámster y las extremidades muy cortas.
-Señorita, Nissamar.- me llamo la atención la profesora-. Deje de estar en las nubes.
Iba a contestarle, pero tres golpes en la puerta me interrumpieron.
-¿Puedo pasar?-Preguntó Hugo.
"Genial". Pensé.
-Si, señorito, Hernández.
-Estoy en las nubes porque la clase está llena de idiotas.-Dije a la profesora.
-Fuera de clase, ahora.
-Encantada.
-Profesora, venia a buscar a Aroa.
-Llévesela no la quiero ni ver.
-Yo a usted tampoco.- No esperé a Hugo y salí del aula.
Durante todo el camino a casa mi hermanastro no paraba de hablarme, pero no sabia que decía, aya que llevaba los auriculares puestos.
Al llegar a casa continuaba hablando, no debía haberse dado cuenta de que no le estaba prestando atención. Justo antes de abrir la puerta, esta se abrió de repente, dejando ver a Chus.
-¿Que haces aquí, Chus?
-¿Tan pocas ganas tienes de verme, sobrina?
-No es eso, solo que esperaba que vendrías en unas semanas.
-Entrar y os lo explicaremos cuando vuelva.
-¿A dónde vas?
-A comprar un par de cosas que faltan.
-Te acompaño, tía.
-Dame la mochila, te la dejo dentro.- Me dijo Hugo, pero no le di la mochila, ni siquiera le miré.
-¿Que te pasa con Hugo?- me preguntó Chus mientras comenzábamos a caminar hacia el supermercado.
-Nada.- Bufé.
-Cuéntamelo.- insistió.
-Pues que esta mañana Sergio y Alicia se han ido a Londres y ayer me prometió que me acompañaría al aeropuerto y esta mañana no estaba.
-¿Le necesitabas a tu lado, no?
-Si.- Suspiré.
-¿Le has preguntado donde se encontraba esta mañana?
-No, pero...
-Pero nada, puedo tener una ligera idea de por qué no te acompañó al aeropuerto. Habla con él.
-¿Tú no puedes decirme que pasa?
-No, te lo tiene que contar él, tampoco sé con certeza si es lo que yo pienso.
-Ya le preguntaré.- Dije cogiendo una tarima de helado de oreo.
-Me da a mi que me he perdido bastantes cosas.
-¿Por qué lo dices?
-Porque solo comes helado de oreo cuando te preocupa mucho algo.
-No me preocupa nada, simplemente me apetece helado.
-¿Segura?
-Sí.- respondí cogiendo varios paquetes de palomitas.
-¿Le conozco?
-¿A quien?- pregunté confundida.
-Al chico.
-¿Qué chico?
-El chico que hace que tengas la cabeza hecha un lío.
-Sí, es el profesor de ingles que me irrita.
-¿Va a tu instituto?
-¿Piensas que me gusta un chico porque he cogido palomitas y helado?
-Exacto.
-Pues te equivocas, María Jesús.
-Solo me llamas María Jesús cuando sabes que tengo razón y te niegas a admitirlo.
-Es que no te lo puedo contar.
-¿Así que lo admites?-Asentí-. Siempre me lo has contado todo ¿Por qué ahora no?
-Por la reacción que tendrás cuando te lo cuente.
-Buenos días.- dijo la sonriente cajera mientras nos cobraba-. Diez con treinta euros- Chus le pagó-. Gracias.
-¿Cómo que habéis vuelto tan pronto?- Cambié de tema.
-Por que Jesús tiene que hablar con Hugo.
-¿Que tiene que ser tan importante para no poder decírselo por teléfono?
-No te lo puedo contar, Aroa, lo siento.
-¿Tiene que ver con lo que tengo que hablar con Hugo?
-Sí.
-¿Qué tal el viaje?
-Como siempre, mucho trabajo ¿Tienes algo que contarme?
-No.
-¿Seguro? ¿Y cómo que habéis llegado antes a casa?
-Porque me han expulsado de clase y como quedaba poco...
-¿Y Hugo porque ha llegado antes?
-No lo sé, entró en medio de clase para venir a buscarme.
-¿No te ha dicho el porque?
-Supongo.
-¿Supones?
-Es que de camino a casa y tenía los auriculares puestos, no quería escucharle.
-Pues ahora tendrás que hablar con él.- Dijo abriendo la puerta.
Suspiré-. Ya lo sé.
-Hola, Aroa.- Me saludó Jesus-. ¿Que tal?
-Bien.- le sonreí- ¿Todo esta bien?
-Sí, tranquila, ves al comedor que ya esta la comida en la mesa.
-No tengo hambre, voy a mi habitación ¿Podrías decirle a Hugo que venga cuando acabe a comer?
-Claro.
Subí a mi habitación y me puse a ver un poco la televisión, no quería pensar ni hacer nada, pero al no gustarme nada de lo que daban, cogí el portátil y comencé a ver una serie que tenía atrasada.
-Aroa.- Hugo se asomó por la puerta- ¿Puedo pasar?
-Sí.
-¿Para qué querías verme?- preguntó cuando se sentó a mi lado.
-He hablado un poco con Chus de lo que ha pasado esta mañana y me ha aconsejado que deje que me expliques porque no estabas esta mañana.
-Primero quiero que sepas que lo siento mucho no haber podido acompañarte.

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