Two Is Better Than One (Harry Styles FanFic) *En Pausa*

17. Little Bird

CAPÍTULO 17

Esa noche dormí sola. Cassie no apareció por casa y saltaba el contestador de su móvil cada vez que intentaba comunicarme con ella. ¿Dónde demonios estaba?

Sin embargo, me tranquilizó saber que Louis tampoco pasó la noche en su piso, por lo tanto debía de estar con ella. Harry se pasó para comprobarlo tras haberle llamado preocupada ya de madrugada. Después me arrepentí de haberlo hecho salir tan tarde.

Iban a dar las 5 y media cuando Presley empezó a ladrar desde su cesta, sobresaltándome.

-Tan pequeño y tan chivato. –oí decir a alguien en un susurro, haciendo el mayor esfuerzo por no despertarme. Pobre ilusa.

-No es chivato, es listo, sabe a quién deberle lealtad. –dije entreabriendo un ojo. Ahora fue mi amiga quien se sobresaltó.

-¡Joder, Alex! Vaya susto. –dijo mientras colgaba la chaqueta cuidadosamente en el armario, a diferencia de mí, que lo había dejado todo amontonado en la silla, y se quitó los tacones lentamente, lanzando un suspiro de placer.

-No soy yo quien intenta entrar en mi habitación a hurtadillas a estas horas de la mañana.

Cassie se sentó a los pies de mi cama sin apartar los ojos de mí, intentando encontrar la forma de explicarse.

-¿Has estado con él, verdad?

Mi amiga asintió.

-Y, ¿qué habéis hecho…? Ya sabes, es muy tarde, os habrá dado tiempo a…todo. –dije con una mirada pícara.

-¿¡Qué!? No, no, no, no, no, Alex. ¡No pienses mal! No hicimos nada… -sus ojos se abrieron con sorpresa ante mi comentario, haciéndome reír. –Solo hablamos.

-Pues, ¡menuda charla! –dije, todavía riendo. –Bueno, ¿habéis conseguido aclarar las cosas? O, ¿qué? ¿Qué se supone que…sois ahora?

-Nada. –se encogió de hombros.

-¿¡Cómo!? Por dios, Cassie, ¡lo tenías en bandeja! –exclamé llevándome las manos a la cabeza. Mi expresión de perplejidad se suavizó al ver la mirada que me lanzaba mi amiga.

-Para ti es muy fácil decirlo…pero yo no quiero ser el segundo plato de nadie, Alex. He hablado con él y hemos aclarado las cosas, eso es todo. Si tiene que pasar algo, por mí bien. Pero iremos despacio.

-Ya… -dije. –Pues vaya despacio habéis ido hasta ahora, ¿no? –solté otra risa sin poder evitarlo, la cual se esfumó al sentir el cojinazo que acababa de sentir en toda la cara.

De repente, la puerta se abrió y ambas dejamos escapar un grito de sorpresa. No esperábamos eso.

-¿Qué pasa aquí? ¡¿Habéis visto la hora que es?! –mi padre nos reprendió, aún aferrando el pomo de la puerta.

Me levanté de un salto y me abracé a él. –No pasa nada, papá, lo sentimos. ¿Te he dicho alguna vez que estás adorable recién levantado? –le sonreí y salió de la habitación poniendo los ojos en blanco. Pobre papá. Aún no sabía cómo lograba tener tanta paciencia conmigo.

Cerré la puerta tras él y dirigí hacia Cassie un gesto de alivio.

-No creas que vas a librarte. Cuéntamelo todo. Ahora.

Y así fue como pasamos el resto de la noche. O de la mañana, según se mire.

Los rayos del sol caían pesadamente sobre mi cara.

Gruñí, escondiendo mi cabeza bajo la almohada. ¿Cuándo me había quedado dormida? Ni si quiera lo recordaba.