Two Is Better Than One (Harry Styles FanFic) *En Pausa*

18. The Sky is the Limit

CAPÍTULO 18

-Vamos, te llevo a casa. –Ed me agarró del brazo y tiró de mí hacia el otro lado de la calle.

Me zafé rápidamente. –No, déjame. Prefiero caminar.

-No seas infantil, Alex. –dijo aferrando de nuevo mi mano.

Esta vez no me aparté, pero me mantuve de pie en el sitio, inmóvil y con expresión hierática. Le miré a los ojos.

-¿Pensabas contármelo?

Ed me miró sin entender. Le estaba poniendo en un aprieto, sin duda.

-Lo que te ha dicho Harry. ¿Pensabas contarme que solo me estaba utilizando? ¿O ibas a ocultármelo? Solo quiero saber eso.

-Yo… ¡ah! –soltó un grito de frustración. -Alex, sabes que eres una persona muy especial para mí, pero también lo es él. No me pongas entre la espada y la pared, por favor. –me miró con ojos suplicantes.

Me sentí mal. Ed tenía razón. No podía meterle en esto. No era culpa suya.

Suspiré y dejé que me guiara derrotada hacia su coche. Una vez dentro, el silencio no se hizo esperar, siendo él quién rompió el silencio segundos después.

-¿Sabes? Por cómo me miraba en el momento en que me dijo aquello, no creo que lo pensara de verdad. Harry no está utilizándote, créeme. Tengo un sexto sentido para estas cosas.

No contesté. No quería pensar en ello por ahora. Como siempre, intenté cambiar de tema.

-¿Qué tienes pensado hacer esta tarde? –carraspeé.

El coche fue puesto en marcha.

-Tenía pensado ir a ver a Tom Atkin. Es el marido de Lou Teasdale, no sé si la conoces. Es la estilista de los chicos.

Murmuré un inaudible ‘no’ antes de volver a hablar.

-¿Y qué tenéis pensado hacer? –no quería parecer desesperada, pero la verdad es que no me apetecía volver a casa. Además, allí estaría sola, y no me gustaba demasiado esa idea.

Ed sonrío sin apartar la vista de la carretera. –Hacerme un tatuaje nuevo.

Entonces una idea se cruzó por mi cabeza.

Lou y Tom tenían alquilado un pequeño apartamento en una de los barrios más tranquilos de Los Ángeles. Habían decidido quedarse allí todo el verano, dado que Lou debía trabajar para los chicos.

Resultaron ser una pareja de los más natural y divertida. Desde el primer momento en que entré en su apartamento, empezaron a tratarme como si nos conociésemos desde siempre. Incluso me ofrecieron algo de té, pero tuve que rechazarlo pues no podía soportar su sabor.

-Lo siento, se me olvidaba que los americanos no sois tan obsesos del té como nosotros. –rió Lou.

Me sentía muy cómoda entre ellos.

Aguardé sentada en uno de los sofás del salón a que Tom acabara con el tatuaje de Ed. El sonido de la máquina me estaba empezando a poner nerviosa. Sin embargo, el tiempo pasó casi sin darme cuenta, pues Lux me hacía compañía. Nunca había visto un bebé tan adorable como ella. Definitivamente, cuando llegue el momento, claro está, quiero una niña como la de Tom y Lou, pensé. Lux no paraba de reír mientras se probaba mis Ray Ban y se miraba al espejo, haciendo caras. Una sonrisa tonta se apoderó de mi cara.