Two Is Better Than One (Harry Styles FanFic) *En Pausa*

29. Rock Me

CAPÍTULO 29

Los vecinos de Harry y Anne se habían marchado hacía ya una hora, y pensé que sería lo correcto ayudar a recoger la mesa y los trastos que habíamos dejado por medio. También subí a Instagram una de las fotos que me había hecho con Gemma y otra con Brit. La pequeña era un amor y me había encantado conocerla. También subí una que me había hecho con Harry. Yo le daba un beso en la mejilla y Harry sacaba la lengua, y en mi estado de embriaguez ni si quiera pensé en las consecuencias que traerían el subir aquella foto a la red. Los fans enloquecieron al instante. Ellos nunca fueron realmente conscientes de los baches por los que habíamos estado pasando, aún debían creer que seguíamos “conociéndonos”. Pero aun así, seguíamos siendo Alex Bennett y Harry Styles, por lo que el revuelo seguía estando ahí. Ahora ya sabrían que estábamos en Holmes Chapel y seguro que se armaría una buena.

Iba ya por el cuarto vaso de agua, consecuencia de tanto vino ingerido, cuando vi a Gemma subir las escaleras hacia su habitación mientras se reía tontamente. También estaba bastante tocada. Entonces me tensé. Recordé los ojos de Harry mirándome fijamente mientras recogía los vasos vacíos, y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando pensé en que había aceptado pasar la noche con él. ¿De verdad quería hacerlo? ¿De verdad podía hacerlo?

“Déjame que te diga que no vas a encontrar la respuesta en tu cabeza, sino ya sabes dónde” la voz de Gemma reapareció en mi cabeza.

Lo siento cerebro, pero esta noche vas a estar apagado, pensé. Después me reí sola. ¿Le estaba hablando a mi cerebro? Nunca más volvería a tomar vino.

Cuando entré en la habitación de Harry, él ya estaba allí. Era la primera vez que veía su antiguo dormitorio. Era acogedor y de tonos claros. Me transmitió calma y seguridad, lo que más necesitaba en aquel momento.

Harry se quitó la camisa azul y la arrojó sin mirar hacia la cama, aún sin verme. Entonces le siguió su camiseta. No pude evitar fijarme en la curvatura de su espalda y el ancho de sus hombros…

Cerré la puerta lentamente y Harry se giró para mirarme. Por la forma en la que brillaban sus ojos, sabía lo que estaba pensando.

Me quité las botas y anduve descalza sobre la moqueta hasta el borde de la cama, desplomándome sobre ella con un hondo suspiro. De repente me había entrado mucho sueño.

-¿No piensas cambiarte de ropa? –preguntó Harry sentándose a mi lado, con tono divertido.

Yo simplemente negué con la cabeza.

-Todo me da vueltas… -mascullé. Volvía a tener la lengua seca y las palabras apenas se entendían.

Harry se inclinó hacia mí y entonces me di cuenta de que solo llevaba unos boxers. Genial, lo que me faltaba. Sentí cómo el calor empezaba a inundar mi cuerpo. Se acercó a mi oído y susurró.

-Entonces será mejor que te ayude.

Me sostuvo para darme la vuelta y quedé tumbada sobre mi estómago, la cabeza apoyada en mis brazos cruzados. Harry me bajó la cremallera del vestido con una lentitud tortuosa. Cuando esta estuvo completamente abajo, sentí cómo acariciaba mi piel con sus nudillos. Desde los hombros hasta la parte baja de mi espalda. Tenía las manos tan suaves. De mi garganta salió un débil sonido de placer.

-No sabes cuánto he echado de menos volver a rozar tu piel –susurró de nuevo contra mi oreja.

Y eso fue lo único que hizo falta para que mi cuerpo respondiera. Me levanté como pude y empujé a Harry hasta que su espalda estuvo pegada al colchón. Entonces me senté a horcajadas sobre él, mis piernas a ambos lados de su cintura. Sus ojos me miraban con sorpresa y a la vez lujuria. Me aparté el pelo hacia un lado y bajé una tiranta del vestido por mi hombro ahora desnudo. Harry subía y bajaba sus manos por mis piernas. Su labio inferior estaba preso entre sus dientes, y sentí la necesidad de inclinarme y morderlo con los míos. Durante el beso, me ayudó a bajarme la tirante restante y el vestido se arrugó alrededor de mi cintura. Harry gimió contra mis labios. Y entonces caí. Me había puesto un sujetador si tirantas para que no se me viesen con el vestido, pero era demasiado pequeño y hacía que casi no me cupieran los pechos en él. Era bastante incómodo, pero en ese momento me felicité a mí misma por habérmelo puesto.