Two Is Better Than One (Harry Styles FanFic) *En Pausa*

21. Over Again

CAPÍTULO 21

Me levanté pesadamente de la cama, desanimada por el hecho de haber amanecido sola. Muy en el fondo, habría querido que la cara de Harry fuera lo primero que viera al despertar. Pero no fue así. Quizá fuera mejor de ese modo.

Miré el reloj  a mi izquierda.

12 pm.

Suspiré. Considerando lo tarde que…bueno, me ‘fui a la cama’ la noche anterior, no había dormido demasiado. Justo cuando estaba a punto de salir de la habitación, me percaté de mi desnudez. ¡Y ni si quiera sabía cómo había acabado la fiesta o si seguía alguien en casa! Me puse unos shorts negros rápidamente y una camiseta simple de tirantas de color blanca. Me recogí en pelo en un moño alto y despeinado e intenté lavar mi cara de los restos de maquillaje de la noche interior.

Cuando llegué al piso de abajo, Cassie recogía los vasos esparcidos por el suelo del salón. El jardín ya estaba totalmente limpio y ordenado. La miré sintiéndome culpable.

-Deberías haberme llamado…

Ella me sonrió, restando importancia al asunto.

-No te preocupes, Alex, ya sabes que soy una maniática de la limpieza –rió. –Además, no quería despertarte, tonta –me miró con el ceño fruncido. –Te fuiste a la cama sin avisar, supuse que estarías cansada así que te he dejado dormir.

Mis mejillas ardieron ligeramente. –Sí, ya, estaba…erm…cansada –Cogí una botella de la mesa y la llevé a la cocina antes de que a mi amiga se le ocurriera preguntar. Me conocía demasiado bien como para no darse cuenta si lo hacía. Entonces caí en algo. Había demasiado silencio.

-¿Dónde está Presley? –pregunté mirando a mi alrededor. Normalmente, el pequeño cachorro me seguía allá a donde iba, pero en ese momento no había ni rastro de él.

-¿Presley? Oh dios mío, ni siquiera lo había pensado. Y ahora que lo dices, no lo he visto en toda la mañana –Cassie me miró preocupada, imaginándose lo peor.

Solté la botella en el cubo de basura y salí disparada hacia el piso de arriba. No estaba en mi habitación. Ni tampoco en la de mi padre. Ni en ninguna habitación del piso de arriba. Bajé de nuevo las escaleras como un tornado. No, no, no. Claramente, no estaba en la cocina ni en el salón. Solo me quedaba un lugar para mirar, el jardín. Cuando puse un pie fuera, Cassie me miraba desde el borde de la piscina. Un nudo se empezó a formar en mi garganta. Entonces negó sin apartar la vista de mí. Mis manos se dirigieron hacia mi cabeza por inercia propia. Presley no estaba.

-Ca…Cassie, se ha ido.

Cassie se acercó a mí y posó sus manos en mis hombros.

-Tranquila, ¿vale? Lo encontraremos, estoy segura. No puede andar muy lejos, es muy pequeño.

-¿Pero cómo ha podido pasar? ¡Anoche lo dejé en el despacho de mi padre y cerré con llave!

Mi amiga me miró perpleja.

-Alex…, cuando me he levantado esta mañana, esa puerta ya estaba abierta…

No podía ser. Juraría que la había cerrado después de que mi padre se marchara. Estaba completamente segura.

Entonces oí el sonido de unas llaves en la puerta principal. Oh, no. Durante toda mi vida le había jurado y perjurado a mi padre que ya era lo bastante mayor como para saber cuidar de un perro, y si ahora veía que no estaba me soltaría su típico ‘te lo dije’. Se oyó un portazo y, acto seguido, unos ladridos se extendieron por el interior de la casa. No tuve tiempo a asomarme cuando Presley apareció corriendo y levantó sus pequeñas patitas al verme. Lo cogí en brazos rápidamente, suspirando con alivio.