Capitulo 39
-Muy excitante. ____ Burge-escuché una voz profunda y oscura a mi oído.
¡Esa no es la voz de Harry!
Asustada, alcé mi brazo y me quité el antifaz de los ojos. El hombre que estaba ahí, enfrente de mí, no es Harry, definitivamente.
-Tú...Tú...-titubee con miedo. Es Dave-...¿C...Cómo sabes mi nombre?-.
-Como tú no me lo dijiste cuando te presentaste, me dijo Harold-dijo sin preocupación-Y también me ha dado su llave de la habitación, y de la casa-sonrió.
¿Por qué haría tal cosa? Estoy segura que él se la quitó.
-Lamento decirte que no soy el hombre que tú creías, pero quiero que ahora disfrutes lo que te voy a hacer como lo haces con él-me tomó del mentón.
-No...No...¡NO ME TOQUES!-grité con la voz entrecortada, llena de miedo.
Me levanté instantáneamente, y corrí a la puerta. Giré la perilla, pero estaba cerrada con llave. Cerré los ojos con fuerza y maldije.
Escuché una risa maléfica y siniestra, como las que hacen los científicos locos en las películas. Me estremecí.
-Es demasiado divertida, señorita Burge. Sin duda la pasaré muy bien a su lado-escupió esas palabras con un sentimiento terrorífico, y una mirada en la que era un 10% seductora y un 90% grotesca.
Voltee hacia él con miedo, y me pegué en la puerta. Sentí un nudo en mi garganta.
-Déjame salir...-musité con la voz chillona y quebradiza.
-¿Por qué? Acabo de llegar. La noche es joven-se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia mí.
Apreté los labios, y cuando estuvo a centímetros de mí, tuve el suficiente valor como para darle una patada en la entrepierna.
-Oh mier...-se curveó y cayó al piso, agarrándose su parte, con los ojos apretados.
¡Oh sí! Lo derrumbé.
Y entonces, detrás de él, pude ver como escapaba la llave del cuarto del bolsillo de su pantalón. Cayó al piso, titilando.
La mandíbula me temblaba. Pero tengo que escapar de aquí. Ahora.
Caminé alrededor de este hombre, con todo el temor del mundo, y cuando estuve detrás de él, tomé con rapidez la llave y corrí hasta la puerta que estaba cerca. La mano me temblaba más que todo mi cuerpo. En un movimiento de meter la llave a la cerradura, se me cayó al piso. Maldije entre dientes, y me agaché para tomarla. La volví a meter en la cerradura, y abrí la puerta. Justo cuando iba a correr, sentí como Dave me tomó del talón, y caí al piso. Mis brazos me protegieron del porrazo que me hubiera dado en el rostro. Dave recuperó la fuerza. Se levantó, sin soltarme del talón. Con su altura, y sin soltarme del talón, hizo que levantara la pierna. Entre chillidos, tiré de mí misma, tratando de zafarme de su agarre. Pero era inútil.
-Por favor...Suéltame-musité con la voz entrecortada.
-Tienes agallas, ____. Pero no te dejaré ir-dijo con su voz terroríficamente divertida.
-...¿Qué quieres de mí?-.
No me respondió. Me tomó de las piernas y me echó en su espalda, sujetándome con fuerza.
-¡No! ¡Suéltame, estúpido!-comencé a golpear su espalda, pero desde esta posición no tenía fuerza.
Solo escuché su risa, y comenzó a correr por las escaleras, hasta llegar a la sala. La puerta de la casa está abierta. No la cerró cuando la abrió.