Capitulo 40
Los días pasaban rápido. Hablé con Harry sobre lo que pasó con Dave aquel horroroso día. Me explicó que lo que me dijo era para que desconfiara de él, y a la vez, quería quedarse conmigo. Dicho esto, llegamos al acuerdo de hacer como si nada hubiera pasado ese día. Si él me dice que todo fue mentira, yo le creeré. Sé que él es honesto, y ya me lo ha probado con su madre.
Eran las doce de la noche. Estaba en la habitación para huéspedes, tratando de dormir, pero por alguna extraña razón no conciliaba el sueño. Abrazaba con piernas y brazos la almohada que se encontraba en la cama, tratando de encontrar alguna posición para poder dormir. Pero era inútil, mis ojos no sentían ningún peso por el cual descansar.
De repente, escuché tras mi ventana, un pequeño golpecito en ella.
>>De seguro alguna rama del sauce que se encuentra en el patio trasero, está muy cerca de aquí<< pensé.
Pero luego, volví a escuchar otro golpecito. Uno más fuerte.
>>Esto no es una ramita de sauce<<pensé.
Con el ceño fruncido, me levanté de la cama, solté la almohada, y caminé hasta la ventana.
Me sorprendí al abrirla, ya que ahí estaba Harry, aventando piedritas.
-¿Harry?-.
-¡Hola, pequeña!-exclamó, haciéndome sonrojar.
-¿Qué se supone que haces?-pregunté.
-Estoy escapando contigo-dijo.
Reí.
-¿Eres tonto, o te haces? Estamos en tu propia casa-dije divertida.
-Calla. Siempre quise tener una escapada romántica contigo. Ahora solo baja-dijo entre una pequeña risa que no se suponía que tenía que salir.
Me sonrojé más. Una escapada romántica.
-¿Cómo se supone que voy a bajar?-.
-Um, pues, puedes llamarle a tu amiga para que te empuje y yo te atrape-rió.
Bufé.
-Muy gracioso-viré los ojos.
Y aunque hice como si no me hubiera dado gracia, me hizo recordar el día en que confirmé que él era Hache.
-Vale, deja ir por una escalera-y se alejó de la ventana, hasta llegar a la cerca de madera, donde se encontraba una escalera de jardín parada.
-¿Tan difícil es que salga de este cuarto y llegue contigo?-.
-¡No! Te digo que quiero que sea como una escapada real-dijo mientras trasladaba la escalera desde donde estaba hasta mi ventana.
Vaya, es fuerte, y terco, aunque las dos cosas ya las sabía.
-Ahora puedes bajar-aseguró.
De acuerdo...
Con cuidado, me senté en el borde de la ventana. Estiré los pies hasta las escaleras, y cuando la toqué, con seguridad, me trepé en ella.
Poco a poco pude bajarla.
Cuando estuve en el césped húmedo por el sereno de la noche, le sonreí.
-Hola-saludé.
-Hola-pasó una mano por su nuca, y me sonrió tímido.
-Entonces, ¿qué haremos?-pregunté curiosa, acercándome a él.
-Pues, quiero pasear por ahí contigo-dijo sin mirarme, pero a través de la oscuridad podía ver que estaba sonrojado.
-No voy a salir así de la casa, Harry-reproché.