Me tumbé en el sofá y mientras esperaba a que Ana volviese a contarme lo acontecido parece ser que el cansancio de toda la mañana me venció y me quedé adormilado sin darme cuenta.
No sé el tiempo que había transcurrido desde que me dormí, pero desperté al notar algo húmedo sobre mi polla.
Fui abriendo los ojos poco a poco intentando despertar y descubrí la cabeza de Marta a la altura de mi polla y cuando logré abrir del todo los ojos y fijar la vista me di cuenta que la humedad que notaba era la boca de marta que se había apoderado de mi polla medio morcillona y jugueteaba con ella en su boca como si fuese un caramelo.
Ana se encontraba de pie a la altura de mi cabeza y al verme abrir los ojos acercó sus labios a los míos fundiéndonos ambos en un intenso beso.
Vaya manera de despertar - pensé - ojalá despertase así todos los días.
Como pude agarré parte de la melena de Ana y tiré de ella logrando apartarla de mi boca y poder tomar aire, me estaba ahogando.
Te noto un poco cansado - dijo Ana en un tono irónico -
Llevamos desde el viernes sin parar y mi cuerpo ya no es el de un chaval de 25 años - le dije - me habéis dejado los huevo secos y no tengo fuerzas para nada.
Pues eso no es lo que dice tu polla - me dijo Ana señalando mi polla - parece ser que Marta está haciendo un buen trabajo y tu polla empieza a resucitar.
Esta chica era increíble, había conseguido que mi polla tuviese de nuevo una erección.
Tenemos una sorpresa para ti -dijo Ana sonriente -
Veamos la sorpresa - respondí -
Tienes que venir a la habitación - respondió Ana -
Ana cogió del pelo a Marta y tirando de ella se la llevó prácticamente arrastrando hasta la habitación mientras yo miraba sin entender aquella reacción.
Me levanté del sofá y fui a la cocina a tomar un poco de agua y cuando llegué a la habitación, me quedé en la puerta y vi a Marta tumbada sobre la cama boca abajo mientras Ana le anudaba las muñecas al cabezal de la cama y los tobillos a los pies de la misma.
Una vez había terminado de anudarla y comprobar que las ataduras no le hacían daño ni le dejaban marcas, Ana le indico a Marta que debía ponerse a cuatro patas con las piernas abiertas.
Yo seguía apoyado en el marco de la puerta de la entrada a la habitación intentando averiguar cual era la finalidad de aquel nuevo juego de Ana y como es que Marta de repente se había vuelto tan dócil.
Marta le hizo caso y se colocó a cuatro patas con la cabeza apoyada en el colchón mientras Ana de nuevo le ajustaba las ataduras.
Ana cogió el vibrador y poco a poco se lo fue introduciendo a Marta en el coño hasta que este hubo entrado totalmente y solo se vislumbraba la base del mismo.
Se giró hacia la puerta en donde me encontraba yo y me hizo una señal con su mano para que entrase y me colocase a su lado.
A ver perrita - dijo Ana dirigiéndose a Marta - ¿que es lo que quieres que te haga Toni?
Quiero que me dé por el culo - decía Marta en voz alta - quiero que me meta toda su polla en el culo - continuaba diciendo -
Yo miraba a Ana como pidiéndole explicaciones y esta solo sonreía.
Marta - dijo Ana - ¿Por qué quieres que Toni te rompa el culito? - preguntó Ana -
Porque a cambio de que me dé por el culo -respondía Marta - tú me dejarás que sea tu perrita y me tratarás como tal.