Mi dulce muñeca

Capítulo 5: La muñeca de Sakura

Sasuke se quedó anonadado, sus ojos extremadamente abiertos mientras sus pupilas se contraían y bailoteaban en sus orbes, la luz del chidori se fue apagando dándole una mejor visión de lo que estaba pasando.

El chico de la arena roja tenía entre sus brazos una marioneta destrozada idéntica a Sakura. Realmente el moreno no entendía o no quería entender... ¿Sasori está enamorado de Sakura? No, ante los ojos del moreno eso sería una obsesión enferma. Sea lo que sea, eso le causaba un coraje que carcomía sus entrañas, una vez que reaccionó, frunció el ceño dispuesto a terminar su cometido de atravesarlo.

Pero algo se lo impedía, no podía moverse, miró una vez más a su oponente que se elevaba ante él con la cara aún hacia abajo, mirando a su muñeca destrozada.

Miró a su alrededor con el sharingan activo y pudo distinguir hilos de chakra que lo sujetaban de varias partes de su cuerpo, hilos que provenían, claro, de el pelirrojo. Una vez más el pelinegro puso sus ojos en su oponente quien ahora lo miraba fijamente pero sin expresión alguna y sin brillo en sus ojos.

—Aún tengo a la original, y no permitiré que la toques... —, dicho esto, un fuerte golpe hizo volar varios metros al poseedor del sharingan, pero los mismos hilos de chakra lo hicieron volver hacia su rival para que éste lo volviera a golpear, y así en repetidas veces hasta que el moreno pudo librarse de los hilos cortándolos con chakra que transformó en electricidad y dispersó por todo su cuerpo.

Una vez que cayó libre al suelo se levantó poco a poco y tambaleante, limpió la sangre que había brotado de su boca con el dorso de la mano.
Cuando se reincorporó por completo, miro directo a su rival.

—Dime, Sasori... ¿Quién es ella? ¿Por qué tanto interés en protegerla? — preguntó con dificultad por la respiración agitada por el agotamiento.

—Dudo que no la reconozcas, pero soy una persona con modales, y antes de matarte te daré el lujo de conocer las respuestas a tus cuestiones — volteó hacia atrás para ver una vez más a su hermosa posesión, —ella es tu ex-compañera de Konoha, Sakura Haruno y la protejo porque será MI MUÑECA — cuando volteo hacia su contrincante, éste ya estaba frente a él con la espada que atravesaría su único órgano que le permitía vivir, la marioneta sujetó la mano del moreno mientras sus ojos se habrían como plato mirando a su atacante.

—Lamento decirte esto Sasori de la arena roja, pero esa muñeca ya tiene dueño —. Consiguió distraer a su oponente fácilmente usando de tema a Sakura, pero le seguía molestando ese hecho, el interés de este títere por ella al grado de bajar la guardia.

El pelinegro sacó su espada liberando al pelirrojo, el cual cayó junto a la marioneta que él mismo había fabricado, quedó mirándola, alzó su mano para acariciar la cara de la muñeca mientras recordaba cuando la elaboró y decidió darle vida propia...

❇❇❇

~Flash back~

Sasori se debatía si convertir o no a Sakura en muñeca, agregarla a su colección, era un dilema, de algún modo le haría daño y no quería hacerlo, pero si la dejaba como esta ahora, se iría en la mínima oportunidad y la perdería, entonces ¿qué debería hacer?

Él era un muñeco, incapaz de satisfacerla como humano, él, solo servía para la batalla, espía, para asesinar y para crear arte con humanos... Una idea iluminó su mente creativa —¡Eso es! Crearé una muñeca idéntica a Sakura, buscaré en la aldea más cercana una chica, le arrebataré las entrañas y ¡haré mi primera marioneta con vida propia a parte de mí! Y no intentará huir por que podré manipularla a la perfección  —. Y así fue, Sasori se puso en marcha, creo su muñeca con una bella aldeana que seleccionó según su complexión, buscando la más parecida a Sakura.

Sinceramente hizo un trabajo excelente, ella era realmente idéntica, incluso le tiñó el cabello de rosa, pero la similitud solo era físicamente, había creado una réplica, pues emocionalmente era la chica que había asesinado, alguien simple, algo decepcionante y aburrido para el artista. No se había enamorado del buen físico de la chica, si no de su alma pura y fuerte, con una gran determinación e inteligencia.

Sakura Haruno era una verdadera obra de arte para él y quería inmortalizarlo. Así fue cuando definitivamente decidió convertir a la peli-rosa en su marioneta, mientras que la impostora que creó se comportaba como su sirvienta.

Había algo raro en esa marioneta, Sasori la había dejado en libertad de decisión, en sí la marioneta podía irse, sin embargo no lo hizo y decidió servir a su creador, al parecer se enamoró del escorpión de la arena roja, ¿por qué cosas habría pasado esa chica para ver a Sasori como su héroe?

~Fin flash back ~

❇❇❇

La chica completamente desconocida, que Sasori había transformado en una réplica exacta de Sakura, se había enamorado de él, al grado de dar su miserable vida por salvar la de su creador.

De alguna manera tal escena le parecía repugnante a los ojos ónix, mas por el hecho del parecido impresionante de la marioneta con Sakura, pero no dejó de mirar hasta que el escorpión de la arena roja dejó de respirar, su mano cayó inherte tras haber acariciado el rostro de su muñeca destrozada.

—Eh asesinado al espía de Orochimaru en Akatsuki, creo que habrá problemas si se entera que fui yo — miró el cuerpo de Sakura en el suelo —pero eso no me importa —, dio unos pasos hacia ella, inexpresivo miró a su ex-compañera inconsciente, atada y vendada de los ojos, sonrío de lado —realmente has crecido Sakura —, se inclinó y la tomó entre sus brazos, y desaparecieron.

(...)

Mientras avanzaba con la carga en sus brazos, se preguntaba ¿por qué lo hacía?, ¿qué haría con ella?, la miraba de vez en cuando buscando respuestas ¿a dónde la llevaría?, ¿debería entregarla a Naruto?, realmente no sabía lo que quería hacer o debía hacer, pero estaba seguro de algo, quería estar unos momentos más con ella, de alguna forma sentía calidez en su alma, paz, algo que había dejado atrás desde que desertó de la aldea.

Su corazón palpitaba con fuerza, no lo entendía, ¿desde cuándo alguien podía causar eso en él? Debía admitir dos cosas: una, ella se convirtió en una mujer hermosa con buenas proporciones, y dos, él ya no era un niño, tal vez eso sea una reacción normal, un impulso del cuerpo que no podía evitar por más que se hundiera en la oscuridad o buscara el odio para conseguir la venganza.

El sol estaba por ocultarse en el horizonte, así que optó por llevar a la chica a uno de los escondites de Orochimaru que estaba cerca, pensó en dejarse de estupideces y devolverla una vez que ella recobrara el conocimiento, se puso nervioso, algo que no admitió, por su mente pasaron más preguntas ¿qué le dirá cuando despierte?, ¿debería dejarse ver?, ¿mentirle?, ¿qué hará ella después de no haberlo visto en tanto tiempo? Realmente está confundido y no sabe qué hacer, ni siquiera sabe, ¿cómo enfrentará a Orochimaru?, tal vez no descubra que fue él quien mató a su espía.

Al recordar eso, frunció el ceño recordando a la marioneta de Sakura y como la atravesaba con el chidori, —por un momento pensé que era ella, ¡Tsk! Realmente no sé qué haría si hubiera sido así, no me perdonaría hacerle daño... — ¿Pero que estoy diciendo? Se reprendió a sí mismo, esto ya es bastante extraño, había jurado eliminar cualquier sentimiento, ¿por qué debía importarle ella? Pudo haberla dejado ahí y que alguien más la encontrara, ¿pero si le pasaba algo?, su entre cejo se unió, para empezar ¿por qué había ido a matar a Sasori?, un ruido lo sacó de sus pensamientos,

—Hmm — se removió en sus brazos, la ojijade ha despertado...