•Gota VII•

3.5K 345 60
                                    

Si ven algún error ortográfico favor de avisarme, gracias

Llegó a la escuela con la cara aun pegada a la almohada, su cabello despeinado y sin saber lo que le pasaba alrededor, simplemente estaba de flojera. Quisiera decir que fue por las horas de trabajo que tuvo ayer, pero no era así, se encontraba tan cansado y fatigado por el sueño —o más bien pesadilla— que tuvo. Y como muchos de aquellos, le recordaban el pasado.

Comenzó a quitarse los zapatos y cuando iba abrir su casillero suspiro. El solo recordar lo que había pasado ayer le entró pavor —sabía que las fan dde Seijuro eran realmente crueles—, con su mano temblorosa abrió el casillero y se sorprendió al ver que solo había una nota, sonrió por dentro. La abrió y aquella sonrisa que no solía mostrar mucho se manifestó en sus labios —tomando desprevenido a Akashi que lo miraba desde su casillero—.

«Si creíste por un momento que al abrir tu casillero estaría lleno de mensajes que no sean míos, entonces te digo que te has equivocado.

No te preocupes por cosas que escriben personas que no muestran su cara para decirte las cosas de frente...Creo que me acabo de ofender a mí mismo —Kuroko soltó una leve risa mientras se cambiaba los zapatos—, pero lo mio es diferente yo te envió esto para subirte el ánimo, para verte sonreír y sonrojarte... Ver las diferentes reacciones que tienes cada que las lees.

Créeme cuando te digo que al verte fijamente sin pestañear ni un solo momento puedes mostrarme algo asombroso —el colorete no se hizo esperar —, de ahora en adelante espero que me sigas impresionando con tus diferentes reacciones.

Atte.: S»

Intentando mantener su rostro sereno antes de caminar hasta su salón.

La clase había empezado y no espero a que está se volviera muy aburrida, por lo que, después de unos cuantos minutos de querer prestar la debida atención, Kuroko su mente divago en una pregunta que le había estado rondando hacía unos cuantos días: ¿Quién será S? Y es que era normal: ¿Quién se fijaría en alguien como él? La otra era: ¿Cómo era que lo había notado? Volteo a ver a su alrededor e intento pensar quien de aquellas personas podía ser «S». Primero hizo un recordatorio de sus nombres y desecho a los que no tuvieran ni apellido y/o nombre con «S», dejando solo a unos cinco estudiantes. Luego de obsérvalos por un buen rato, realmente ninguno lo convencía. Recargo su cabeza en su mano y comenzó a pensar en alguna forma de poder comunicarse con esa persona; realmente quería agradecerle por el hecho de estar haciéndolo feliz esos pocos días, se sentía culpable con el solo pensar que «S» le estaba haciendo sus días muy feliz mientras que él no hacía nada para poder compensarlo. Se mordió el interior del labio. Entonces tuvo una idea, abrió su libreta y en una hoja en blanco comenzó a escribir.

...

El heterocromatico jugaba con su lápiz mientras miraba las preguntas que anteriormente el profesor de biología les había dado, ya las había contestado y sabía que las tenía bien, pero solo las miraba; estaba más concentrado pensando en el chico de los ojos azules sin estrellas, aunque cada día lo veía más feliz, más alegra, más sonriente, más lindo... Sacudió su cabeza ante ese pensamiento, aunque... ahora que lo pensaba, ese chico era bastante atractivo: piel blanca como los pétalos de una rosa, cabellera azul cual cielo en verano, ojos azules cual topacios, pestañas cortas pero con abundancia, labios pequeños pero finos, le ganaba en estatura por solo cinco centímetros; personalidad distante, poco hablador, serio, pero como él lo observaba —o podría decirse lo acosaba—, sabía que era una persona sensible, brillante si eran cosas que le gustaban, tímido y fácil de hacer avergonzar y se irrita con facilidad —a palabras de él—. Entonces una pregunta vino a su mente: ¿Por qué nadie más lo puede notar?, ¿por qué él sí pudo notarlo?

Mis LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora