•Gota IV•

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Si encuentran algún error ortográfico, favor de avisarme, sería de mucha ayuda

El timbre había sonado hace rato y lo sabía porque había muy, pero muy pocos estudiante en el pasillo cuando llegó casi sin aire a su casillero y al abrirlo notó que sus zapatos estaban algo sucios; dejó escapar aire y se los puso lo más rápido que pudo, pero por si eso no fuera poco, dentro de ellos sintió algo que lo incomodó, se los quitó notando unos cuantos papelitos en estos; los saco y luego corrió hasta su salón.

Al llegar se se sentó velozmente y agradeció internamente que el profesor aún no hubiera llegado. Dejó sus cosas en su asiento y después de mirar por uno rato los misteriosos papelitos los abrió; al instante deseó no haberlo hecho; no eran de la persona que había estado esperando: «No te acerques a nuestro príncipe, no ves que lo infectas fantasma estúpido», «si te vuelves acercar a Akashi-sama las pagaras caro fantasmita», «Eres basura y la basura como tú no debe de estar con gente como el príncipe», «No puedo creer que algo como tú, haya tocado a alguien como Akashi-sama. Por favor, fantasmita, sino estas desparasitado no lo toques, podrías contagiarlo». Al terminar de leer las notas, las arrugó y frunció el ceño. No le agradaba la idea de ser odiado por un par de chicas y/ó chicos inmaduros que aún estando en prepa seguían haciendo ese tipo de niñerías, además... él no tenía la culpa que "Príncipe perfecto" se haya acercado a él en primer lugar, ¿por qué no le reclamaban a él? Suspiro, claro que eso jamás iba a pasar: él era un simple fantasma y Akashi era un príncipe.

Lo vio leyendo unas notas, lo que le había parecido extraño, ya que él no le había dejado nada, porque había tenido que ir rápido a la sala de profesores. Al principio creyó que eran notas de alguna admiradora, al fin de cuentas no conocía a Kuroko tan bien, pero cuando vio una mueca formarse en sus labios, no pudo evitar que sentir curiosidad por saber qué decían las notas.

—Buenos días clases, lamento la tardanza. Por favor saquen sus libros...

La clase transcurrió con normalidad hasta que el maestro tuvo que hacer que trabajaran en parejas para la actividad que tenían que entregar para mañana.

—Yo escogeré los equipos, así que no se hagan ilusiones —algunos estudiantes comenzaron a rezongar —. Silencio muchachos —los volteo a ver, antes de regresar su mirada a su portapapeles.

Empezó a decir los nombres hasta que llegó con el de Akashi.

—Joven Akashi, usted hará equipo con el joven...¿Kuroko? —lo nombró con una enorme interrogante en su frente.

Algunos comenzaron a burlarse por debajo, mientras que algunos protestaban y se quejaban en silencio sobre el hecho de que querían hacer equipo con "el príncipe"; en cambio él estaba contento, tendría tiempo para conocerlo un poco mejor; por su parte, Kuroko, no se podía sentir más decepcionado con aquello, no quería problemas y mucho menos con las fan del chico de ojos extraños

—Hola —saludo cortés cuando se sentó a su lado.

—Hola —fue su seria respuesta.

Pero a Akashi no le importo. Cuando el profesor terminó de nombrar a todos, Kuroko se levantó tomando completamente desprevenido al contrario. Lo siguió con la mirada hasta que éste llegara al maestro —el cual espanto—, platicaron un poco, el señor negó con la cabeza, obteniendo del menor algunas objeciones hasta que al final, exhalando irritado se dirigió de nuevo hasta su asiento y, Akashi, no apartó ni un segundo la mirada.

— ¿De qué hablabas con el maestro?

—Le pregunté si era posible cambiar de compañero o, en los mejor de los casos, hacerlo solo, pero al parecer no hay cambios —dijo abriendo el libro.

Mis LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora