•Gota XII•

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Si notan alguna falta de ortografía, favor de decirme, gracias

Un susurro silencioso golpeó su oreja y llegó a su tímpano haciendo que las vibraciones formarán su nombre. Arrugó su frente antes de abrir lentamente sus párpados. El sonriente rostro de su novio se mostraba frente a él. Se frotó con su puño uno de sus ojos.

—Akashi-kun, ¿qué hace aquí? —comenzó a estirarse.

—Espero a que mi novio despierte para irnos —recargo su cabeza en uno de sus puños.

A pesar que el rubor no se notara, esté había aparecido.

—Bueno, ya que desperté, podemos irnos —se levantó de su asiento con la mochila en manos y estiró la otra en dirección a su pareja.

Akashi cogió la mano y caminaron juntos hasta la salida de la escuela.

El recorrido a la estación fue bastante cómoda a pesar de que Kuroko no hablara mucho, pero al menos pudo averiguar ciertas cosas que le gustaban y lo que hacía en su tiempo libre.

Kuroko revisó su mochila y se dio cuenta que se le había olvidado algo, pidiéndole disculpas a Akashi, salió corriendo rumbo a la escuela; Seijuro intento acompañarlo, pero él le insistió en que se quedara.

Jugaba con su celular cuando sintió un leve golpe en su hombro, levantó la cabeza y frunció la frente al ver quien había sido.

—Disculpe, su majestad —se burlón Haisaki.

Lo ignoro.

— ¿Vas a llevarlo a su casa? —se acomodó a su lado.

—No te incumbe.

—Supongo que ese es un sí —sacó de uno de sus bolsillos un cigarro —. ¿Te lo vas a coger?

Lo voltearon a ver y su rostro reflejaba su desagrado ante tales palabras, Haisaki sonrió de lado.

—Debo decir que es difícil complacerlo —empezó habla Haizaki mientras exhalaba humo —. Te puedo dar unos consejos para que lo...—sintió un tirón.

Las manos de Akashi se encontraban apretando con fuerza la corbata de Haizaki. Su rostro estaba rojo de la rabia, se podía sentir las llamas que transmitían esos ojos heterocromaticos.

—Deja de hablar —dijo entre dientes.

Aunque el miedo que le transmitía su contrario se estaba adhiriendo en su piel prefirió seguir hablando.

— ¿Qué?, ¿miedo a descubrir que tu novio es una zorra en la cama? —sonrió victorioso y se hubiera visto genial de no ser por el golpe en el ojo que recibió por parte de Akashi. Se tambaleo un poco antes de caer al suelo.

—Será mejor que dejes de joder si no quieres que te haga mierda.

Sabía que era imposible, pero pudo ver como el ojo dorado del chico se iluminaba.

—Haizaki-kun —lo llamó una joven chica de largos cabellos —. ¿Qué haces en el suelo? —se agacho para ayudarlo pero solo recibió un golpe en la mano, gritó.

—No necesito tu ayuda — luego de levantarse comenzó a caminar.

—Haizaki-kun, espera —lo siguió.

Apretaba con fuerza sus puños.

—Akashi-kun —lo llamo su novio.

Giro su rostro y lo vio, esa dulce e inocente mirada posada en la suya. Su temperamento disminuyó y luego sonrió débilmente. Le extendió la mano.

Mis LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora