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Había pasado una semana, Gabriel ya le había insinuado a Madeline que regresarán a la manada pero esta hacia oídos sordos, ella no regresaría a ese lugar, quería estar siempre con su familia pero ella no entendía que el la dejaría visitar a su familia constantemente, que su vínculo von ellos jamás se rompería, pero aún así ella no aceptaba. Aveces discutían y era por ese mismo tema, aunque habían tenido buenos momentos, reían y jugaban, Adalay estaba muy feliz, y Sabana igual con Henry, ya sólo le faltaban algunas semanas para su matrimonio y eso emocionaba a las hermanas.

Gabriel miraba hacia arriba, estaba preocupado por su manada aunque sabía muy bien que Guillermo podía cuidar muy bien de ella.

-Porque no vuelves si es lo que te preocupa-dice Madeline molesta, pues se preocupaba mas en su manada que en ella, pero también sabía que el tenía responsabilidades, además ellos no estaban juntos, porque tu no quieres le reclama su consciencia a Madeline, ella hace un sonido con sus labios que hace que el castaño voltee a verla, sonríe y la lleva a su habitación, ya había anochecido, debía descansar para que tuviese energía el día siguiente.


Madeline estaba acostada en su cama, no había luz más que sólo la de la luna, hermosa como siempre pensó Madeline, no había podido conciliar el sueño y tenía envidia de Gabriel que ha pesar que estaba en el frío suelo había conciliado el sueño en solos unos minutos.

Madeline cerros los ojos para poder dormir o intentarlo, pero nada, no tenía sueño, giro a su derecha y se encontró con un muro de piedras, suspiro, estaba cansada, pero no tenía sueño, no podía ir a la cocina ha tomar un poco de agua, despertarla a todos por el ruido.

Madeline escucho un ruido de abajo, era Gabriel, se estaba removiendo, giro para verlo y este se estaba yendo, por un momento pensó que era lo mejor, que se fuera y la dejará en paz, pero otra parte de ella sabía que no podría vivir sin su compañía, ya le había tomado. Cariño a ese lobo peroas que eso era amor, un amor puro, Gabriel se estaba yendo y ella no estaba haciendo nada.

Su mente empezó a trabajar por impulsos y no por razones, se levantó y llegó hasta donde estaba el, lo tomo del brazo y este giro a ver a esos ojos verdes que no podían definirse bien por la oscuridad.

-No te vayas-habla madeline, el se sorprende pero luego sonríe.

-Solo quiero ver como estaban las cosas en la manada, volveré para en amanecer, anda duerme pequeña-habla este, enviándole miles de sensaciones con una pequeña sonrisa, esta niega, no Quería que el se fuese, ni porque sólo sería unas tan solas horas, el sonrió.

-Te prometo que volveré ¿si?-dice este y se da la vuelta para irse pero Madeline lo gira y planta un beso en esos carnosos labios, el beso es tímido pues quien lo dirige es Madeline pero a Gabriel le parece el mejor beso de su vida, la envuelve en sus fuertes brazos y la preciona más a su cuerpo sin separar sus labios de los de ella.

Madeline aún no sabe porque lo hizo pero no se arrepiente, se separa de él y mira sus labios rojos, ella no puede evitar sonreír ante tal imagen, pero luego piensa que ella debe de estar igual y se sonroja, el sonríe y vuelve a plantar un beso en sus labios, el beso cada vez es más apasionado.

Sus cuerpos ahora tiene calor, las mejillas de la joven están rojas pero aún así no quiere separarse se ese hombre, sus ropas yacen en el suelo, cada uno contempla el cuerpo del otro, para después unirse en una sincronizacion, esa noche Madeline hizo por primera vez el amor, al igual que Gabriel, pues ha estado con varias mujeres pero jamás había hecho el amor con nadie, hasta esa noche, la noche más feliz de sus vidas.

Él es el alpha [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora