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Gabriel miraba a Madeline, la noche anterior había sido la mejor de su vida, acarició el rostro de su amada y plantó un beso en su frente, ella abrió sus ojos lentamente, para encontrarse al hombre que quito suncemente su virginidad, ella estaba feliz apesar que todo su cuerpo dóliera, el la había hecho sentir millones de cosas y estaba segura que había hecho lo correcto, el era el indicado, sonrió al verlo.

-Buen día amor-habla Gabriel sonriendole, ella le sonríe más, al escuchar esa palabra.

-Buenos días-dice y besa su nariz con dulzura, a él se le forma una gran sonrisa al sentir los suaves labios en su Nariz.

-Vamos debemos de ir a desayunar-dice el, Madeline hace una mueca, pues no quiere, tiene mucho dolor en todo su cuerpo y más en su parte baja del vientre.

-No...quiero seguir durmiendo-habla la chica, el le sonríe, y la abraza bajo las sábanas, ella se Ruboriza, su cuerpo aún sigue desnudo y le da vergüenza que Gabriel la mire de esa forma.

-Vamos amor, debemos de desayunar-dice Gabriel pero ella niega.

-No me duele todo el cuerpo-dice susurrando pues le da vergüenza toda esta situación.

-Lo lamento Maddie, ¿te hice mucho daño?-pregunta Gabriel con preocupación pero esta niega y le sonríe.

-No lo has hecho solo bajare más tarde, ve a desayunar tu ¿si?-Gabriel asiente y sale para ir a desayunar pero no lo haría solo eso lo tenía muy presente.



Gabriel entró a la habitación, miro a Madeline, estaba dormida, sonrió y le dio un beso es su cabello rojo, ella al sentir sus labios abrió los ojos y sonrió, el le había llevado el desayuno a su cama, se sinyio una niña pequeña pero se sentía feliz con tal gesto.

-Come amor, no quiero que estés sin comer ¿si??dice y le da un beso en la comisura de sus rosados labios.

-Está bien-habla ella y empieza a comer de lo que le ha traído su lobo.


Habían pasado la tarde encerrados, hablando y haciéndose caricias hasta que volvieron a cincronizarse uniéndose en su totalidad, Madeline se sentía completa, pues ella lo amaba, ha no podía negar ese sentimiento, ya no podía negarse a tal verdad.

-Te amo-susurro la pelirroja, el al escucharlo se sorprendió pero al instante sonrió.

-También te amo-dice y la besa.





En la colina se encontraba el otra vez, miraba a la mujer, estaba molesto, pues ahora sabía lo que debía de hacer, dentro de unos días su hija tendría diferentes cambios, y debía de llevársela para que ella pudiera comprender pero ahora era más difícil con la compañía de él.




Sus labios estaban unidos, sus cuerpos desnudos, su respiración era agitada pero aún así no se separaban, los labios de Gabriel recorrieron el cuerpo de la pelirroja, Madeline no se podía sentir mejor, había hecho el amor dos veces en el día, era mucho para ella, pero para el no, el la quería, y la iba a marcar cuando siente un olor, un asqueroso olor.

-Vampiros-habla Gabriel, Madeline se sobresalta y lo ve asustada, ya tuvo una experiencia nada grata con los vampiros.

-Iré a ver que pasa-dice este pasándose para luego cambiarse, ella hace lo mismo.

Gabriel sale y ve al vampiro frente a la casa, es el mismo que vio cuando encontró a Madeline, lo miraba, y su enojo fue tan grande que que no se contuvo en transformarse.

-Tu...-habla Madeline...

Él es el alpha [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora