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Todos sabíamos que algo estaba saliendo mal. No sabíamos qué, pero no podíamos controlar el miedo. Matt estaba junto a la ventana, mirando no sé qué. Como si esperara a alguien.

―No creo que te duele por mucho ―me dijo Anna. Sonreí.

―Estoy bien ―le dije a Jacob cuando intentó ayudarme a pararme―. Puedo sola.

―¿Qué pretendías? ―preguntó Anna.

―¿Perdón?

―Con la puerta... ¿Por qué no tocaste simplemente?

―Ah, eso... ―Me encogí de hombros―. No lo sé. Creo que me gusta chocar puertas ―sonreí, o hice el intento.

Anna sonrió y miró a Jacob. Él sonrió al notar la mirada de Anna.

―Llamaré a Chris ―dijo Anna mirando a Jacob―. Estar separado de Tina lo está volviendo loco...

―Claro ―asintió Jake.

Había olvidado la historia del hermano de Anna junto a Tina. Quizá podría sentarme a conversar con ella sobre esto algún día.

―Amber ―llamó Matt―. Debemos irnos.

Me volteé en el sofá; Matt seguía mirando por la ventana. Jacob se puso tenso luego de sentarse a mi lado.

―Tú y él... ―murmuró.

―¿Qué? ―me concentré en su mirada―. Oh, espera, ¿Matt y yo? No. Claro que no. Somos amigos...

―Ah, es que como... ya sabes, andan juntos, en la misma habitación y...

Me reí.

―Tonto.

Jacob sonrió.

―Hablando de habitación. No tenemos.

―Pero tu amigo dijo que sí.

―Si, bueno, de hecho, teníamos. Pero salímos y dejamos la tarjeta dentro. No podemos entrar. Al menos no en este estado.

Levanté mi brazo y lo toqué para que Jacob viera a qué me refería.

Fácil: Quédense aquí.

―¿Qué? ―pregunté.

―No podemos ―intervino Matt.

Jacob se puso de pie.

―¿Por qué no? ―preguntó Jake.

―No es seguro.

Ambos se quedaron cerca, uno frente al otro. La mirada de Jacob era dura y cargada de duda, la de Matt tenía temor, pero no era por Jacob. Era por algo más.

Me levanté y caminé hasta la ventana. Tal vez el sol había bajado muy rápido, porque ya no estaba claro.

Junto al cristal, mi respiración empañaba el vidrio. Pero entonces lo vi; En el cielo había nubes grises, nubes que anunciaban tormenta. Pero se movían de forma extraña, como en círculos muy lentos. Por un momento volvía a mi vida humana y pensé que podría ser un tornado o un huracán. Pero era imposible. El servicio meteorológico ya hubiese dado la alerta para ese entonces. Fue ahí cuando vi lo que había asustado a Matt.

Desde el grupo de nubes, aunque se veía muy lejos, alcancé a distinguir a uno de los entes que se suponía nos cazaban. Supe que tenía que ser uno de ellos; uno humano no podría flotar en el aire tan en lo alto.

Un grito ahogado salió desde el fondo de mi garganta. Aunque estaba lejos, pude ver cuando se giró hacia mí. Me escondí a lado de la ventana. Mi corazón latía a mil por hora. Recordé cuando gritó en las colinas. Mis oídos dolían, y el miedo me había invadido tanto que no pude controlarlo.

Amor O Castigo [AOC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora