- ¿Noche de chicas? – volvieron a decir John y Paul al unísono. Los dos estaban completamente extrañados.
Cynthia soltó una leve carcajada y asintió sonriendo con afabilidad, mientras que la dulce pelirroja Jane frunció el entrecejo y se cruzó de brazos.
- ¿Lo han olvidado? – musitó Jane, con voz herida. - ¡No me digan eso, chicas!, ¿qué les pasa? La noche de chicas no se olvida. Nunca – se cruzó de brazos.
En esos momentos, y con la carita que traía Jane, Paul tuvo deseos de llegarle por detrás y abrazarle los hombros dando caricias seductoras como solía hacer cuando ella se molestaba. Tenía ganas de darle besos en ambas mejillas y después en los labios, pero se detuvo. No. Él no podía actuar con galantería y ser coqueto, al menos no en un cuerpo de señorita.
Jane tomó asiento en el pequeño sofá que había en la estancia. Cynthia le acompañó.
- No se hagan las que no saben para salvarse, eh – bufó Cynthia. – Pattie, Maureen, Jane y yo ya las hemos hecho en nuestra casa, ahora les toca a ustedes cuatro recibirnos – dijo mientras observaba las caras de impresión de sus dos amigas. – Así que no finjan no saberlo...
Al escuchar los nombres de las parejas de George y Ringo, John y Paul quedaron más sorprendidos. ¡Entonces las cuatro se conocían!, ¡Eran amigas suyas! Oh, vaya que el destino se empeñaba en hacerlos sufrir al poner en sus caminos a los amores de sus vidas, tan cerca de ellos siendo chicas. Ahora tendrían que fingir más de lo que podían esperar.
Pasaron unos minutos de silencio, que John pronto se dignó a romper yendo al sofá en donde estaban su esposa y la novia de su mejor amigo.
- ¡Era una broma! – exclamó, riendo. - ¡Claro que lo recordamos! – abrazó a las dos chicas, disfrutando de aquel roce entre sus senos con los de ellas. Volteó a mirar a Paul, que fruncía el entrecejo lleno de celos. Cynthia y Jane reían sin saber que era un hombre quien las estaba agarrando. – Nos vamos a divertir mucho, chicas, ¡se los aseguro! Haremos todas las cosas de chicas que se deben hacer en una noche.
John ni siquiera sabía qué cosas decir. No sabía que hacían las chicas en pijmadas. Él nunca había asistido a una por obvias razones, sólo acostumbraba a compartir cuarto con tres chicos igual de tontos que él en las giras de The Beatles.
Se veía muy tonto.
- Sí, cosas y... más cosas – continuó diciendo John. Jane y Cynthia, aunque no querían decirlo, sabían que algo en su amiga Joanne no andaba bien. John las abrazó hacía sí con más fuerza. - ¿Verdad, Pauline?
- ¡Claro que sí! – exclamó Paul, fingiendo dulce felicidad.Se acercó al círculo de chicas y empujó un poco a John, alejándolo de Jane unos centímetros. Él abrazó más a Jane y rodeó los hombros de Cynthia, estrujándolos dulcemente y miró a John. Éste quedó serio.
- Será una noche fa-bu-looo- saa... – canturreó agudamente. Se giró por un instante y depósito un beso en la mejilla izquierda de Jane y otro en la mejilla derecha de Cynthia. John cerró sus dos puños.
Dulce venganza, pensó Paul.
George y Ringo conversaban amablemente con Twiggy acerca de su trabajos en la compañía. Gracias a ello, pudieron enterarse de algunas cosas que hacían en sus vidas siendo mujeres: la popularidad de las Beatlas se hacía cada vez más grande que Twiggy se interesó por las cuatro chicas y se ofreció a llevar a cabo todos sus guardarropas siempre y cuando Joanne, Pauline, Georgine y Rosie modelasen en desfiles y campañas liderados por ella, la acreedora de las minifaldas.
Al parecer las cuatro chicas eran la sensación en la moda inglesa, pero eran la mirada de Georgine y el rostro bello de Pauline los que sobresalían en las revistas y pancartas. Y muchas chicas querían imitar sus estilos de peinado. Rosie y Joanne gustaban de sonreír con muecas que servían para los comerciales de productos. Prácticamente, sí así puede decirse, las cuatro Beatlas amaban las cámaras.
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• MORE THAN A WOMAN •
Fanfiction"¿Quién dice que ser mujer es un trabajo fácil?" «Adiós John, Paul, George y Ringo. Adiós Beatles y hola Beatlas» © Todos los derechos reservados. Quedan prohibidos los plagios.