Capítulo 13. ¿Qué clase de persona soy?

651 72 60
                                    

John quedó petrificado ante las palabras de Brian. Había dicho "hijo", ¡hijo! No se trataba de una cosa común y corriente sino de un ser humano pequeño, muy presente en la vida de Lennon, quien no sabía nada sobre su existencia. Incluso llegó a sentir cierto alivio antes al creer que en su nueva vida no había un pequeño del cual encargarse.

—No, no, estás mal, Brian —murmuró John —. Yo no tengo ningún hijo, Cynthia me lo dijo...

—Deja de decir tonterías, Joanne —le reprendió Brian con dureza —. Ya basta de tu absurdo juego. Cynthia no sabe nada, ninguna persona fuera de nosotros —señaló a Ringo y George —conoce tu maternidad. Siempre quieres ocultarla por "temor al qué dirán de una madre soltera".., pero esto debe llegar a su fin pronto.

¿Madre soltera?, pensó el Beatle. ¡Madre soltera! Al menos se sintió aliviado de que Mick no fuese el padre, aunque también persistía la duda sobre quién era el que le ayudó a procrear a ese hijo.

—Pe-pero...

—Nada de peros, señorita —continuó Brian —. Quedas advertida; aprende a ser una madre responsable, no te demores tanto y pasa mañana al colegio de tu hijo y también no te olvides de tu hija.

—¡¿Hija?! —gritó John —. ¡¿También tengo una hija?! ¡No puede ser!

George y Ringo también reaccionaron con sorpresa. Apenas podían creer que John fuese padre, mejor dicho madre, de dos niños. Era imposible, se decían, ¿cómo nadie les había puesto al tanto de la noticia?

Brian rodó los ojos ante la arrogancia de John.

—Eres imposible, Joanne. Ya deja de hacerte la que no sabe; John y Julianne son ahora tu responsabilidad y no la mía. Y más te vale que te hagas cargo en cuanto a sus comportamientos porque las monjas no han parado de darme quejas de los dos.

No, no y no, se repetía John en la mente. No quería aceptarlo, le era imposible. Sólo Julian era su hijo pero en aquella dimensión desconocida él no existía y en su lugar estaban dos niños, uno con su nombre real y otra con el nombre similar al de su madre, Julia.

El corazón de John latía tan fuerte y a prisa como consecuencia de su agitación. Aún le costaba trabajo sobreponerse a la idea de ser madre de dos mellizos, como Brian se lo explicó más tarde.

Su historia sufrió de ciertos cambios si se comparaba con la original. Al parecer Joanne había tenido al pequeño John y a la pequeña Julianne durante vísperas de Navidad en 1959, cuando ella contaba con diecinueve años. El peso de ser madre a una edad temprana —y con su rebeldía tan grande—, causó en Joanne una profunda confusión y tristeza por cargar con dos responsabilidades cuando ella tenía sueños de ser una cantante reconocida. Por ello decidió mantener a los niños en secreto, a salvo de las cámaras y habladurías de la gente, metiéndoles en internados a las afueras de la cuidad; a quienes le veían con ellos les decía que se trataba de sus sobrinos, de tal forma que nadie sospechaba sobre su maternidad.

(...)

Los chicos decidieron encerrarse en la habitación de John, con los nervios de éste a flor de piel.

   —Un hijo, tengo un hijo, ¿quién podría ser el padre? —murmuraba John una vez que Brian se había ido.

   —¿Cómo diablos voy a saberlo si ni tú sabes quién es, John? —dijo George con los brazos en cruce —. Y no te olvides que también tienes una hija...

   —¡Cynthio!, ¡Cynthia en hombre! —rió Ringo con gracia. John le dio un codazo al instante.

   —No creo que haya una versión masculina de Cyn, Ringo, puesto que ella está aquí —George bufó.

• MORE THAN A WOMAN •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora