ELLA ES MÍA © [E.E.M.1.]

CAPÍTULO 13: LA VERDAD EN MI INTERIOR.

CAPÍTULO 13: LA VERDAD EN MI INTERIOR.

"La verdad puede ocultarse, pero no extinguirse"

-Frank Lloyd Wright.

A la mañana siguiente, me levanté cogí mi ropa de hoy y me fui directo al baño.

Cuando terminé de alistarme y desayunar con un simple cereal con leche, fui y me lavé los dientes. Al terminar tomé las llaves del departamento, mi cartera y por último la mochila, fui directo a la puerta y la cerré.

Cuando estaba en el elevador del edificio, sentí un leve mareo, no le di mucha importancia he hice como si nada hubiese pasado.

Llegué al estacionamiento y apreté el botón de desactivado de mi auto, inmediatamente esté emitió una luz para así poder encontrarlo, caminé hacia él, subí e hice mi viaje hasta llegar al estacionamiento del instituto, una rutina en mi vida.

Llegué al instituto con aproximadamente 20 minutos de retraso por el tráfico.

Como era viernes me tocaba Biología con la profesora Corro. Toqué la puerta y abrí, de inmediato toda la clase se quedó un sepulcral silencio y todas las miradas dirigidas a mi persona.

- Llega veinte minutos tarde, señorita Horts. - Dijo la vieja esa.

-En serio, jamás lo creí posible, digo, si usted no me lo dice yo jamás lo podría haber deducido. - dije caminado a un asiento desocupado que para mi suerte era junto a Sofía, la hermana de Dylan.

- No puedo creer que le contestaras así, es... impresionante déjame decir. - dijo en un susurró.

- Gracias. - dije cortante, no estaba de humor, de seguro ella hablaría con el orientador del instituto, él me llamaría, regañaría y colocarían una tardía en mi expediente.

No presté atención a la clase, era como si estuviera, pero a la vez no. Mi cuerpo estaba ahí, pero mi mente sencillamente estaba en otro mundo.

Sonó la campana que indica el cambio de lección, bien me tocaba gimnasia.

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- Correrán durante diez minutos; ¿Qué esperan? ¿Una invitación?, muévanse. – gritó el entrenador, después de eso todos empezamos a correr como si nuestras vidas dependerán de ello, no por miedo a él, sino a lo que podría llegar a hacer.

Ese malnacido, la última vez expulsó a una chica por quedarse sentada en las bancas debido a un malestar, la nota de la chica, según chismes se fue a la mierda y ahora el entrenador la tiene entre ceja y ceja, aunque pensándolo bien la chica era una puta, pero de todas maneras no tenía por qué haberlo hecho, fue injusto.

Cuando faltaban como 5 minutos, volví a sentir ese mareo, pero esta vez con una mayor intensidad y cuando digo mayor era que me tuve que parar de correr y sostener mi cabeza la vista se nubló y caí de rodillas al suelo.

- Lo siento hermosa, pero necesito hablar contigo, nos vemos en poco tiempo. -Dijo la tan reconocida voz.

Y eso fue lo último que escuche antes de caer en la oscuridad.

Estaba en un lago era de noche, cuando escucho crujir las ramas de inmediato volteo en dirección al sonido, pero lo único que veo es árboles y oscuridad

De pronto un chico alto, rubio, tez blanca y unos hermosos, pero realmente tenebrosos y fríos ojos grises se hace visible frente a mí, saliendo de entre la oscuridad de los árboles.