El timbre sonó anunciando la salida, recogí todo rápidamente y salí del salón, esquive personas hasta salir, tome aire y miro mi mochila, tenia un mensaje de Alesandro, sonreí inconsciente al leerlo.
Alesandro: Te quiero nena te llamo cuando salgas
Tome libertad y le llame, su grave voz suena al fondo: -Hola...-dije tímida, no saber su reacción al yo llamarlo primero.
-Princesa ¿qué haces? -su voz no sonaba tan animada como debería al ser su cumpleaños.
-No estoy haciendo nada ¿y tú? ¿estas trabajando? -la ilusión de que no lo estuviese se hace presente. Queria pasar el día con él.
-Si nena, pero estoy terminando -un claro que no se oye -, no seas así Junior, debo ir a buscar a mi novia, dejame ir y yo cubro lo que falta desde mi casa, gracias. Fiorella no te muevas en diez estoy allá -y así colgó.
Mi tranquilidad era cada dia menor, él lo sabia, pero mientras estaba con él, no lo se, todo a mi alrededor simplemente parecía fácil. En cualquier momento debía hacerle frente a Mario, Diego me dijo que lo planearía, y ese simple hecho me hacia sentir escalofríos. Podía morir o vivir, era algo suicida pero no tengo otra opción.
Alguien me abrazó por detrás y me da un beso en el cabello, voltee y estaba ahí con su sonrisa encantadora, su cabello revuelto y su toque rebelde. Me levanté del banco y lo abrace. Me besó y le sigo el beso, sus labios delineaban los míos y su lengua tambien, y el beso iba subiendo de tono, me aparté, el color llenó mis mejillas.
- ¿cómo estás? -le pregunté emocionada.
- Ahora bien, ¿y tú? -preguntó abriendo la puerta para subir al auto. Al él subir le di su misma respuesta, y intentó sonreír pero le sale una mueca.
-Quisiera pasar el día contigo, pero debo pasar a mi departamento, ¿podemos? -él asiente.
Tienes su mano en la palanca de cambios y la vista fija al frente, coloco mi mano sobre la suya y la acaricio, él junta nuestras manos y besa la mía, esa acción hace que mi corazón se acelere y que sonría más ampliamente.
Al llegar al departamento, abro la puerta y lo hago pasar él mira todo rápidamente, se sienta en el sillón y su mirada se pierde mirando la pared.
Debe ser su trabajo, entro a mi habitación y coloco unas camisetas y patalones en un bolso, un traje de baño, unas botas y suéteres.
Al salir de mi habitación veo a Alesandro en la misma posición en la que lo deje. Ahora veré que pasa.
Me coloco de cuclillas frente a él y lo beso, se levanta para separarme de él lo miro con el ceño fruncido.
- Alesandro, dime lo que te pasa.
-No lo vas a entender. No lo harás Fiorella.
-Ven y explicame, si me explicas te entenderé -le sonrío tranquila.
El suspira y se sienta en el sillón y coloca la cabella sus manos.
-Fiorella, tengo veintiún años. Veintiún años y mis padres nunca me han buscado, nunca he sabido de ellos, es triste Fiorella. Le agradezco a los Di Franco, eran mis padres también, pero...-su voz comienza a caer -nunca ese espacio se lleno.
Lo abrazo, lo abrazo con fuerza, como él lo hace cuando me derrumbo, le doy un beso en el espacio entre su cuello y hombro :- Te quiero mucho Alesandro, se que esto no lo llena, pero de verdad te quiero amor. -le susurro. Me responde con un "yo también, nena".
-Vamonos- dice divertido.
-¿A donde? -pregunto igual.
-¿Te parece al... Fin del mundo?
-Me encanta.
Buenaaas, aquí otro corto pero lindo capítulo, tranquilos que lo que se vienes es candela.
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Nuzzita
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Amor Mortal ©
ActionAmar es buscar tu muerte en su forma más natural Saga "Amore Tossico": Primer libro #1 En edición...