Es sábado y como siempre Chris y yo estábamos buscando algo de alcohol para celebrar que la mafia todavía no nos mata.
-Chris, mira lo que tengo aquí -dije chillando con la botella de Jack Daniels en mi mano.
Destapo la botella, pero en el momento me dio arcadas y corri al baño y vomite todo. Chris se acercó y me agarro el cabello y me sobo la espalda.
-Creo que algo me calló mal, me iré a dormir un rato... Y no me despiertes, déjame descansar, cuando despierte bien- él asintió y yo subí a su cuarto, ya que estamos en su casa.
Mire a hora en el reloj y eran las ocho de la noche.
Abrí los ojos y eran las dos y media, al abrir la puerta del cuarto escuché música, al casi llegar escuché una risa conocida y no era la de mi hermano, y vi a Alesandro, me asome,mejor pero lo suficiente como para no ser vista, y mi hermano tiene a una pelirroja en sus piernas y Alesandro a una castaña que se me hacía demasiado conocida y le besaba el cuello y él la manoseaba, me acerqué más y ya sabia quien era, la puta de la fiscalía la que me pregunto si era novia de Alesandro.
Y sentí una rabia repentina, y un sentimiento que no sabia descifrar. Todos los sentimientos se me ligaban en el estomago al verla menarse sobre él y a él palmearle el culo.
Voy caminando a hacia la castaña y Alesandro me ve y se separó un poco de ella. Y cuando creo que se va a parar, la siguió besando mientras me guiñaba un ojo.
Cambié mi rumbo y me dirigí a donde están las llaves del auto de Chris.
Monte el Lambo y sin pensar dos veces arranqué, salí de la zona de mi casa y llegué a carretera, y acelero voy a 80, vuelvo a acelerar todavía con más rabia y cambio la velocidad, 120 mantengo la velocidad. Giré entre calles sin rumbo alguno pero acelerando todavía más. Siento más calma al ver una playa bajo la velocidad me estaciono y bajo. Me quité las zapatillas y entro en la arena y había mucho frío pero no el suficiente como para incomodarme.
«¿Son celos? ¿Él será lo correcto para mí?
¿Me gusta? De que me gusta lo acepto, me encanta pero, ¿lo amo? No se que sentir» pero una voz en mi interior me gritaba que si, pero esstaba tan confundida.
Alguien me tocó el hombro, aspiré profundamente y supe que era Alesandro, su perfume olía mucho.
-Dime... -suspiré un tanto molesta.
-¿Te molesta si me siento? -dijo tanteando la situación.
-Si quieres... -dije con indiferencia, se sentó y me miró y me dio una sonrisa ladina.
-Sabes... Las rubias me parecen hermosas, pero hay una en especial que me vuelve loco, y esa eres tú -me puse pálida, parecía un sueño. Sus pulidas estaban dilatadas, sus labios rojizos y su cabello revuelto, se veía hermoso.
-Alesandro estas borracho... No sabes lo que dices -pero recordé que los borrachos siempre dicen la verdad.
-Estoy consciente Fiorella, lo suficiente, como para saber que te voy besar- susurro y en fracciones de segundos me acerca a él lo suficiente para tomar mis labios entre los suyos.
Sus labios se movían suaves, pero posesivos con los míos, y cerre los ojos y sentí un revoltijo en el estomago, sabían a piña, solté un jadeo placentero, suavemente me soltó y yo abrí un poco los ojos, por una vez en mucho tiempo me sentí en las nubes.
-M-me b-besaste, no pu-ede ser- susurré con voz temblorosa. Sentía miles de cosas que en mucho tiempo no sentía, ese picor y placer que sentí cuando lo bese fue adictivo.
-Si y lo voy a volver a hacer -me tomó por la cintura lo que me hace chillar del susto, me coloca en su regazo y sin más me vuelve a besar.
Le respondí el beso y volvía sentir la misma sensación de estar en las nubes. Alesandro mordía mis labios y los chupaba juguetón, sus manos estaban en mi cintura, apretándome ligeramente contra él.
Y me recordé lo que me decía mi abuela:
Quédate con aquella persona que con un beso haga que olvides tu realidad, ese será el correcto.
Y así me dí cuenta que él era el indicado.
Asustada de tal sentimiento, de tal gusto y placer corrí al auto, Alesandro me gritó que me detuviera pero no podía.
Deambulé por la ciudad, las calles pasaban, y el tiempo también.
Siempre había querido tener mi propio cuento de hadas como cualquier mujer, era muy inexpresiva, pero había sido una manera de protegerme y de ocultar lo que verdaderamente era, una niña rota e inexperta.
El sueño me inundó, pero no quería dormir, no quería tener pesadillas, no otra vez, pero si seguía así me dormiría conduciendo.
Me orille apagué el motor y eché hacia atrás el asiento y con eso cierro los ojos.
Cuando abrí mis ojos eran las ocho de la mañana, me restregué los ojos, me estire como pude y enciendí el auto.
Entré en una panadería, y pedí un emparedado y un jugo, y sin más comencé a desayunar en una mesa dentro de la panadería.
Al terminar camine al auto y tuve un mal presentimiento, así que me dirigí a casa de mi hermano.
Abrí la puerta y ví a Chris con la cabeza en apoyada en el espaldar del mueble con los ojos cerrado, cerré la puerta y el los abrió de golpe y me miró y me hizo una seña para que me acercara.
-Siéntate, necesitamos hablar -dijo con tranquilidad intimidante, se movió un poco para que me sentará y lo hice.
-Dispara-dije con extrañeza. Él me miró con seriedad y sonrió de lado.
-¿Qué pasó anoche con Alesandro? Y sin mentiras, Fiorella.
-Pues... Él me me beso y yo salí corriendo -él me miró y asintió. Me hace un gesto con la mano para que continúe -, sé a que iba eso, me pediría una oportunidad para salir como algo más que amigos, y no se sentí... Miedo.
-A ver Fiorella, yo contigo siempre he sido claro y esta vez lo será una excepción ¿Qué sientes por él? ¿Amor? ¿Atracción? ¿Lo quieres para sexo? -dijo y ladeo la cabeza confundido.
-Fue mi platónico en la secundaria -le solté sin bien saber cómo explicarle todo.
-Me conformo con eso por ahora, solo por ahora -dijo resignado, yo asentí, más tranquila porque no le tendría que explicar -, Fiorella, necesito que planees el próximo robo, será en un bar, pero no es uno cualquiera, es uno de los más prestigiosos de Florencia, y necesitamos una infiltrada para tener mayor información.
-¿De cuanto estamos hablando? -dije con seriedad.
-Unos trescientos mil euros -un silbido salió de mi boca -es algo completo, saqueo de cuentas, robo a todos los clientes, vaciaremos la caja fuerte.
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Amor Mortal ©
AcciónAmar es buscar tu muerte en su forma más natural Saga "Amore Tossico": Primer libro #1 En edición...