—¿Cómo sabes tanto sobre mí?─ eso me asustaba si Christoffer se enteraba se formaría un lío.
─Pues eres algo rara así que decidí investigarte, ¿y dime Fiorella por qué fuiste a la correccional?─ «esto solo me pasa a mi» pensé con desesperación.
─Bueno, como ya sabes tuve problemas con el cigarrillo y la policía me encontró fumando a las tres de la mañana así que tuve que estar en la correccional un mes.
─¡Eres una niña mala! ─dijo sarcásticamente levantando sus cejas pervertidamente.
─Eres asqueroso, ¿sabías que eso es asqueroso?, así nunca te casaras, ni tendrás hijos y morirás solo y moribundo ─dije haciendo una mueca de asco.
─¿Sabías que si fuera tan asqueroso como dices nunca hubieras aceptado salir conmigo?─ esto es una cita, mierda, pensé ─, ya va, ¿Esto es una cita? ─dijo mirandome con el ceño fruncido.
─Yo no dije que esto era una cita, o bueno eso pensaba ─dije encogiendome de hombros.
─Bueno cuando lleguemos seguimos nuestra pequeña conversación ─dijo con un ligero rubor en sus mejillas.
—Bien y... ¿A dónde vamos?─pregunte mirándolo con curiosidad.
─Primero vamos a la fiscalía y después haremos lo que tú quieras─ yo no quería ir allí. Negué mentalmente una y otra y otra vez.
─¿Y a qué?─necesitaba saber. Mientras más al día me mantuviera de los movimientos criminales de las otras bandas iba a ser mejor.
─Tengo que llevar unas carpetas y más nada─ dijo sonriéndome de una manera tranquilizadora, pocas sonrisas me daban tranquilidad y la de él me transmitió mucha. Una paz inmensa y extraña. Alesandro era extraño.
─Bueno─ dije mirando hacia el frente.
En unos veinte minutos llegamos a la fiscalía, Alesandro apagó el auto.─Fiorella, ¿quieres quedarte acá o bajas?─ me bajé y cerró la puerta.
Entramos y veo que las chicas lo miran y secretean entre ellas, ¿Por qué lo miran así?, la confusión en mis pensamientos era clara.
—Quédate acá ya vuelvo ─dijo y en eso desapareció por un pasillo.
Caminé de un lado al otro y en eso se me acercó una chica castaña, alta y de ojos grises.—¿Eres la novia de Alesandro? —me preguntó arqueando una ceja, y ella creía que me iba intimidar, ¡Por favor!
—No, no lo soy, ¿necesitas algo?—pregunté arqueando una ceja yo esta vez.
—Bueno, ese hombre que esta allá, es un bombón —señaló en la dirreción que se había ido Alesandro —, pero tristemente nunca será tuyo porque es mío.
—Mira mujer, no te hagas esto pareces necesitada, y yo hago lo que quiero con mi vida, así que si esto es todo puedes irte a la mierda—la miré con asco, no entendía como podían haber mujeres así en el mundo.
Me miró con odio y se fué, se me agotaba la paciencia y Alesandro no llegaba, el encierro en ese lugar me iba a volver loca.
Salí de la fiscalía y quise llamar a mi hermano, pero descarté esa idea.
Caminé por toda una cuadra, estaba pensando en volver hasta que vi un Lamborghini de vidrios polarizados y eso no me gustó , no me podía defender ni mucho menos, busqué el teléfono el número de Chris, al primer toque contesto.—¿Fibi?, ¿pasa algo?— sonó preocupado.
—Chris ¿Mario tiene un Diablo, verdad?
—¿Pasa algo Fiorella?— insistió con voz molesta, porque le estaba evadiendo la pregunta
—Creo que un muñequito de Mario está aquí Chris, y estoy en la fiscalía, ¿si me atacan como demonios me defiendo?
–Fiorella, ¿Que haces ahí?— pregunto molesto
—Él venía para acá, no le iba a decir que no—le respondí
—No te va poder atacar sabiendo que estás en territorio ajeno, te agradezco que entres y esperes a que Alesandro salga, pero cualquier anomalía que haya cuando salgan de ahí me avisas.
—Está bien Chris, te quiero, nos vemos más tarde.
—Vale, princesa, yo igual.
Entré a las fiscalía y encontré a Alesandro caminando de un lado a otro y me acerqué a ver qué le sucedía.
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Amor Mortal ©
AkčníAmar es buscar tu muerte en su forma más natural Saga "Amore Tossico": Primer libro #1 En edición...