La isla perdida

Capítulo 8

Narra Clary.
Hermione agitó su varita y... Percy abrió los ojos. Abrió sus ojos verdes, como los míos, solo que los suyos estaban apagados y rebosaban amargura, tristeza y desdesperación. Todos le miramos insistentemente esperando a que pasase algo.
-¿Qué ha pasado?- pregunta Percy confuso.
-Percy, yo, yo...- dice Hermione estallando en un mar de lágrimas. Sale corriendo de la habitación. Quiero ir tras ella pero Cuatro me dice que estará mejor sola.
Me voy a mi camarote y me tumbo en la cama. Al instante me quedo dormida.
"Salgo de casa se la mano de Percy. Tengo cuatro años. Llevo un bonito pichi y una camiseta roja debajo. Llevo mis tirabuzones recogidos en dos coletas altas. Percy me acompaña a comprar el pan.
-Percy, ¿es verdad que te vas una semana a ver a tu novia?- le pregunto.
-Sí cariño. Y Hermione se quedará contigo y con tu hermano- me dice soltandome la mano para darle al botón para que el semáforo se ponga en verde. Pero yo sin darme cuenta sigo caminando y hablando y no veo el enorme coche rojo que se aproxima a mí a toda velocidad. Entonces alguien se avalanza sobre mí y cubre con su cuerpo el mío. Noto como las ruedas del coche se detienen al notar el contacto con nosotros. Veo que Percy se levanta de encima de mi y yo le abrazo. Él me coge en brazos y lloro en su hombro.
-Muchas gracias por salvarme- le digo entre sollozos.
-No ha sido nada pecas.
Yo sonrío. Percy me solía llamar pecas por la inmensidad de pequitas que tenia en las mejillas"
Me levanto y voy a ver a Percy. Le veo tumbado en la cama con los ojos cerrados. Esta dormido.
-Percy- le digo en un susurro.
-Hola-me contesta.
-¿Puedo pasar?
-Claro, ven tumbate aquí.
Me tumbo con él en la cama, y él me mira.
-¿Qué ha pasado Clary?- me pregunta con voz entrecortada.
-Nunca te he agradecido aquella vez que me salvaste de aquel coche cuando tenía cinco años- le digo.
-De nada. Fue un placer- dice agarrandome la mano.
-Percy- le digo y él me mira-. ¿Puedes volver a llamarme pecas?
-Claro que sí, pecas. ¿Esto a que viene?
-He soñado contigo. Ahora duerme.
Se quedó dormido junto a mí, y yo no tardo en quedarme atrapada en otro de mis extraños sueños.
Me despierto a la media hora y me voy, quiero ver a los chicos. Veo a Jace por los pasillos. Lleva una camiseta blanca y unos vaqueros negros. Va descalzo como de costumbre. Sigue siendo mucho más alto que yo.
-Jace - le saludo. Él se gira y cuando me ve se da la vuelta. ¿Qué le pasa a este chico?
-Jace- digo corriendo hacia él-. ¿Qué te pasa conmigo?
-Te he visto durmiendo con Percy.
-Oh vamos, Percy es como mi otro hermano- le digo.
El se va. Genial, mi novio se ha enfadado conmigo y encima no sé dónde están los demás. Voy a mi camarote, es un lugar grande, y tranquilo, genial para pensar. Abro la puerta. Delante de mi está Valentine. Mi padre. ¿Cómo ha conseguido entrar? Bueno supongo que ese no es mi mayor problema ahora mismo.
-Hola Clary- me dice apartándose un mechón blanco de los ojos.
-Hola Valentine- digo fría.
-Llamame papá- dice sonriendo.
-Nunca. Me abandonaste- le digo.
-Pero ahora he vuelto a por tí- dice sacándose una daga del bolsillo. Ahora lamento haberme puesto un vestido rojo de seda monísimo sin cinturón para armas.
-No te atreverás-le digo. Sin darme cuenta está detrás mía y me pone la mano en la boca.
-Cariño te vendrás con papá, te necesito a ti y a tu hermana, que por cierto ya la tenemos, para que no se cumpla la procefía.
¿Qué profecía? ¿De qué habla? ¿Para que me quiere? Se saca un botecito del bolsillo que contiene una sustancia azul. Lo abre y lo pone en mi nariz, y me quedo inconsciente.

Despierto en una cueva, estoy atada a un palo enorme. A mi lado hay una muchacha igual que yo, solo que más alta y con el pelo castaño.
-Lucy...- digo.
-¿Tu eres Clary verdad?- me pregunta. Yo asiento.
-¿Sabes para qué nos quieren?- le pregunto.
-No tengo ni idea.
Veo a Valentine con ¿la Bruja Blanca? Sigo sin entender nada. Le doy la mano a Lucy y se la aprieto fuerte cuando veo que se dirigen hacia nosotoras.