Capítulo 12

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Narra Clary.
No le digo a los demás que quiero estar sola porque se están esforzando tanto por sacarme una sonrisa que no les puedo decir que no.
Generalmente me paso el día en mi camarote, hasta que llega la noche; entonces me escabullo y voy a la cocina a comer chocolate y helado casero de Susan.
En el barco se respira tristeza, ni siquiera Percy intenta animar el ambiente, y eso es raro. Aunque me gustaría estar sola, nunca lo consigo, de vez en cuando viene Percy a verme; hablamos un rato sobre cualquier cosa, y luego intenta contarme un chiste, lo que pasa es que no le sale bien la jugada, está demasiado deprimido como para contar ningún chiste. Lucy, mi hermana, me suele hacer dulces caseros, aunque se le queman, pero aún así yo pongo buena cara. Gale y yo nos pasamos las horas muertas observando el techo, como si allí pudiésemos encontrar la respuesta a todos nuestros problemas. Pero sin duda, la que más está conmigo es Hermione; a veces solo nos abrazamos, otras hablamos de libros y otras me ayuda a recordad momentos de nuestra infancia. Aunque todos están de acuerdo en que debería comer más (ellos no saben que como por la noche chocolate y helado). Percy y Gale me propusieron empezar una dieta a base de pasta, pero dije que no después del cuarto plato de espaguetis a la carbonara el primer día. Hermione ha intentado de todo, incluso los métodos que usaba cuando era la niñera de los hijos del vecino que vivía a su lado. Pero yo me niego.
Nos dirigimos a Idris, para enterrar a Jace. Percy pensó que estaría bien enterrarlo en la Ciudad de Hueso, como a un verdadero cazador de sombras.  Yo acepté al segundo.
Cuando me tumbo en la cama empiezo a darle vueltas a lo que me ha dicho Hermione esta mañana: "creemos que no está muerto, solo dormido profundamente". Yo le he dicho que no creía en los cuentos de hadas, intenté que despertarse una vez, y no funcionó. Cuando descubrí este mundo pensé que todas las historias eran reales, aunque ahora he descubierto que las de princesas son simples cuentos de hadas. Ahora lo que me planteo es: si Hermione dice que está dormido, ¿por qué el beso no funcionó? Me quito esa idea de la cabeza, él me amaba y punto. Al final, consigo dormir durante una noche.
Mojo mis dedos en pintura de color rojo, y cuando estoy a punto de pintarle a Jace la nariz, él se me adelanta.
-A ver si estás más atenta fea- dice riéndose.
-Te quiero Jace.
-Y yo a tí- responde dibujándome un corazón en la mejilla.
Despierto intentando contener las lágrimas. ¿Por qué ha tenido que pasar todo esto? Las lágrimas brotan de mis ojos y no puedo retenerlas. Decido ir a ver a mi hermano. Me le encuentro sentado al lado de la ventana.
-Hola- digo bajito. Él me mira.
-Ven- dice. Me acurrucado junto a él. Sé que le pasa algo.
-Gale, ¿qué te pasa?- veo como lágrimas asoman por sus ojos, y me lo cuenta todo. Me cuenta que hace seis años, en Panem hubo una guerra, en ella murió mucha gente, incluida la persona a la que más quería: Primrose Everdeen. Me dice que murió por una bomba, pero que lo que le duele es que esa bomba la creó él.
No puedo consolarle,  sé cómo se siente.

Hacía las nueve y media de la mañana Percy entra en nuestro camarote para decirnos que ya hemos llegado a tierra y que en tan sólo dos horas enterrarán a Jace.
Voy a mi camarote y me pongo un vestido negro, que me lo regaló Jace. Hermione entra y me abraza.
-Estás preciosa- me dice. Ella va vestida con una camisa negra y unos vaqueros negros, también se ha puesto unos tacones (yo no, odio los tacones).
-Tú también- digo. Hermione me peina y me dice que vaya a ver a Jace. Jace está en una sala, tumbado en una cama; en realidad siempre ha estado ahí, lo que pasa es que yo no he tenido el valor de ir a verle aún. Cuando entro, todos los recuerdos que tengo con él aparecen en mi mente. Sin darme cuenta me encuentro tumbada con él, y hablando con él. Cuando han pasado las dos horas le digo:
-Hasta siempre Jace- y le beso suavemente en la mejilla. Cuando estoy en la puerta escucho mi nombre. Reconocería esa voz en cualquier parte: Jace. Me giro y está ahí, sentado en la cama. Al principio creo que es producto de mi imaginación, pero me lanzo a sus brazos igualmente.  Las lágrimas caen de mis ojos.
-¡JACE! Pero estabas muerto, tu corazón no latía. ¡Ay Jace!- digo intentando asimilar este momento.
-Cuando la Bruja Blanca me lanzó aquel hechizo sí que de verdad estuve muerto, hasta que me besarte,  entonces yo volví a respirar, y mi corazón volvió a latir, solo que no se apreciaba porque todo ocurría dentro de mí. He estado dormido todo este tiempo Clary, intentando despertar- dice.
-Pero ¿cómo?- pregunto todavía llorando.
-Cuando me besarte fue un beso de amor, pero mezclado con tristeza y rabia, por eso solo desperté. Lo que me ha hecho abrir los ojos ha sido este beso; un beso de amor de la persona a la que más quiero- yo no puedo evitar besarle, así que me abalanzo a él.
-¿Pero de verdad me amas?  Es decir, no soy guapa, ni alta, ni tampoco tengo una piel perfecta- digo de golpe.
-Tienes razón, pero yo te quiero por como eres por dentro, no por fuera; bueno por fuera un poquito también- dice.  No puedo evitar ponerme colorada-. Te amo Clary.
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Espero que os haya gustado el capítulo.
Besos!
Malosas

La isla perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora