30-.Adiós soledad...

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NARRA ESTEFANIA...

Decidí escribir una carta para despedirme de ti, como Francisco lo hizo conmigo...

Querida soledad-.

Te agradezco por haber estado en mi vida, porque sin ti no hubiera sabido valorar todo lo que antes tenia; aún trabajo para poder darme cuenta de todo lo que tengo en el presente.

Me refiero en el aspecto de las personas que me rodean, del amor y el cariño, de la compañía buena o mala que tuve en mi vida.

De verdad te agradesco tanto, porque sintió no hubiera sentido como seria sentirse tan sola y abandona.

Pero también me hiciste dsrme cuenta de que me daña mas creer que estoy sola que de verdad estarlo.

Soledad, a veces eres tan buena compañía pero otras veces la mas mala de las cosas.

Gracias a ti puedo pensar con mas claridad a veces, gracias a ti puedo entender cosas que si no hubieras llegado tu nuca hubiera entendido.

Y de que aún que te haga esta carta tu vas a seguir presente en algunos momentos de mi vida, se que tu eres parte de mi, parte de mi existencia, parte del mundo, parte de todos.

Por eso, aun que esto parezca y esperó sea una carta de despedida por mucho tiempo sólo escribo esto para proeterte algo.

Te prometo que aun estes a mi lado en algunos momentos y eso me disguste, te prometo que aun que me saques lágrimas por muchas temporadas, jamas, jamas lo volverás a hacer como lo hiciste conmigo hace tiempo atrás.

Ya no me harás sentir tan miserable y destrozada como lo hacías antes.

Porque ahora entiendo que no estoy sola, que nunca lo estuve. Porque me tengo a mi y eso es suficiente.

Soy la única que me levantara cuando tu me tumbes.

Te prometo que jamas me harás sufrir igual. Jamas.

La carta la guarde en uno de mis cajones y tome mi celular para mandar mensajes.

Quede de verme con Amanda y Luis en un cafetería por la mañana, o no tan mañana, a las once.

Llegue y a la primera que pude ver fue a Amanda, con su pelo castaño, sus ojos azul como el mar y su gran sonrisa me saludo. Yo hice lo mismo.

-¿Aún no llega Luis?-pregunto al sentarme-.

-No... Ese pelmazo siempre llega tarde-dice algo disgustada, pero aun conservando su buen animo-.

-Oh.. Bueno, no importa-digo alegre-.

Tal vez a cualquier otra persona le molestaba que alguien llegue tarde cuando lo citaron, pero a mi no. A mi me basta con que llegue, y mas si es alguien que no tiene ninguna obligación conmigo.

No es mi novio, ni mi padre, ni nadie así. Es mi amigo, bueno, no lo se si me vea así, lo conozco solo un día.

Tal vez no quiera venir, tal vez le di mala pinta, o tal vez ni siquiera me recuerde.

-Ven conmigo y cumpliré tus sueños bella doncella-dice una voz masculina de forma seductora y romántica-.

Volteé hacia donde escuchaba la voz y vi a Luis. Él estaba mirando a Amanda así que supo se que la propuesta era para ella.

-¿Y si mi sueño es que mueras gran pelmazo?-dice Amanda algo disgustada-.

-¡Oh! ¡Vamos!-dice Luis con su voz ya vuelta a la normalidad-Era para que al menos fingieras alegría, ¿por qué tienes que ser tan seca?

-Sabes que esa pavadas del amor de película me disgustan-dice Amanda ya sin el disgusto-.

Luis se sienta a mi lado y suspira con una sonrisa.

-Hola Estef-dice Luis con una linda sonrisa-Espero no se hayan quedado aquí mucho tiempo.

-Pues yo no llevaba ni diez minutos aquí... Pero-dije algo avergonzada-No se cuanto lleve aquí Amanda.

Que idiota soy, ella estaba aquí antes que yo, y ni siquiera me tome la molestia de ver la hora.

Probablemente ya llevaba aquí ella mucho tiempo y yo ni siquiera me disculpe.

-Yo solo llevaba justo 5 minutos aquí cuando llego Estefania-dice Amanda despreocupada-.

-Me disculpo, no quería hacerte esperar-digo apenada y con la cabeza hacia abajo-.

-No te preocupes-dice Amanda alegre-Yo acostumbro llegar antes. De hecho tu llegaste a la hora.

Levante lentamente la cabeza y vi una sonrisa en el rostro de Amanda.

-Bieeeeen... Y, ¿ya pedimos algo?, tengo hambre-dice Luis a mi lado-.

El día paso y nos conocimos un poco más, ya dsbjs donde vivía Amanda, pues estaba cerca del departamento y fuimos ahí después de comer.

En esos momentos me sentí tan feliz con ellos, no me sentí sola, herida, remplazada o ignorada como antes.

Libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora