11-.Amor efímero...

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NARRA ESTEFANIA...


Me desperté e hice la misma rutina. Lo único distinto y horrible fue que llamaron a mi puerta por la mañana.


Estaba de mal humor, en realidad deprimida. No quería saber de nadie, de nada, pero debía hacerlo.


Abrí la puerta esperando a que fuera una linda visita, a que fuera Nicolás con el desayuno. Pero no.


Ahí estaba Patrick con unas flores. Lo mire de arriba a abajo con tristeza y odio.


-Discúlpame si no me había comunicado contigo, estaba ocupado.


-Muy ocupado... Lo sé-dije con enojo-.


-No te enojes. Es que son las tarea y estoy buscando trabajo, aparte son varia cosas...


-¡Ja! Si claro-dije con desprecio-.


-¿Qué te pasa?-dice enojado-.


-Me pasa que ayer marcaste por accidente y escuche tu maldita platica con Juana. Me pasa que me mientes, que te e pedido en el pasado que te quedes a mi lado cuando más te necesito y tu solo te alejas más. Me pasa que eres un idiota y eso me harta. ¡Eso y más jodidas cosas me pasan!-dije enfadada-.


Patrick no dijo nada y se quedó helado. Cada vez, poco a poco, se hacia más pálido.


-¿No planeas decir nada?-pregunte más enojada-.


-No... No es verdad... ¿Qué es lo que escuchaste?-pregunta recuperando su color lentamente-.


-Solo lárgate...


-No me iré hasta que me digas-dice enojado y preocupado-.


No lo dude ni unos segundos y le cerré la puerta en la cara.


Escuche como tiro las flores y se alejo.


Me senté y colocando mi cabeza en la puerta e inmediatamente comencé a llorar.


-¿Sigues llorando por ese idiota?-dice Sophie-.


-Cállate-dije entre llantos-.


-No. No me callare. Sabes que el amor es efímero. Sabes que los hombres quieren sexo y después de ahí todo se acaba. Todo se va a la mierda. ¡Y TU NO! Tu eres una maldita sentimental, tu involucras amor, y el amor no existe, el amor es jodidamente efímero. Encontrar el amor es que como encontrar a un unicornio en una fiesta de disfraces. Lo encontraras.. Tal vez. Pero seguro solo sera un disfraz.


-¿Acaso el amor es solo eso?, ¿el amor es solo un engaño?, ¿es solo deseo sexual?... ¿Qué es el amor?-pregunte entre lagrimas-.


-Creo que sí...


Sophie se fue, y nuevamente me dejo sola.


Me levante e intente contener mis lagrimas para irme a bañar.


Cada pequeña cosa era una tortura. No quería hacer nada. No quería salir, no quiero ver a nadie, quiero desaparecer


El dolor de mi alma no me dejaba en paz, no me dejaba descansar ni un solo efímero segundo.


Ya saliendo de bañarme encontré tirado debajo de mi cama una navaja. La tome, y con solo una toalla que cubría mi cuerpo comencé a cortarme por todas partes.


Cortes en las piernas, en esas piernas enormes llenas de grasa. Cortes en las muñecas, en esas muñecas tan gastadas. Cortes en el abdomen, en el lugar donde debería haber un abdomen, pero solo veo una enorme panza asquerosa.


Cortes y más cortes que hice delicadamente para que se vieran perfectos. Pero eso no funciona. No quita el dolor.


Fui haciéndolos más rápidos y fuertes ya que no sangraba, ¿qué acaso la piel se hace fuerte?, ¿es su jodida defensa?, supongo que si. Ya se acostumbro a mis cortes.


Ya habían más cortes, pero no sentía nada, no me hacia olvidarme de nada. Continué haciéndolo, continué cortándome, más y más rápido, más y más desesperada. ¿Acaso me han dañado tanto que el dolor físico ya no me duele?...


Me pare y fui a verme al espejo completo que esta a un lado de mi cama. Deje caer la toalla y ahí estaba yo completamente desnuda.


Sangre estaban cayendo de mis muñecas, sangre en mi abdomen, en mis pierna, en cada parte que había cortado había sangre que poco a poco aumentaba.


Demasiados cortes, demasiada sangre, demasiada grasa, demasiado odio, demasiada tristeza, demasiado miedo, demasiado desesperación. Demasiado, excesivamente demasiado de todo. Excepto de amor.


¿Acaso hay alguien que me ame?, ¿alguien podría amar esto?, ¿alguien amaría a un suicida?, ¿qué clase de loco haría eso?....


Me comencé a sentir débil y mire hacia abajo.


Había un charco de sangre que se hacia cada segundo poco a poco más grande. Inmediatamente mire mis cortadas. Las de mis muñecas habían sangrado tanto que estaban goteando y cayendo al suelo. Las de mi abdomen y piernas recorrían mi cuerpo hasta llegar al suelo.


Escucho la puerta abrirse y gracias al espejo puedo ver que es Azael.


-¿Cómo entraste?-pregunte con las ultimas fuerzas que me quedaban-.


Vi su mirada de preocupación, ya vio la sangre.


Después de eso. Solo caí. Y espero no despertar.

Libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora