36-.Desviación...

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NARRA ESTEFANIA....

Y entre besos y besos se llego a otra cosa.

Ayer había estado con Andrew, me dijo tantas cosas hermosas, tantas cosas hermosas que yo siento por él como él por mi. Pero hoy, me estoy contradiciendo con esto.

Este amor no es recíproco.

Toda esta confusión empezó cuando llegue a un club nocturno, ni siquiera se porque fui si estaba sola.

Llegue al club y me senté en una mesa mirando tranquilamente por los lado, pocos segundos después de mi llegada una chica rubia se sienta a mi lado.

Ni siquiera sabia el nombre de la chica, y ni siquiera me importaba.

Los ojos color esmeralda de la chica y su maravilloso cuerpo me hicieron pensar que probablemente era una modelo que acababa de empezar. Si soy sincera era una de las chicas más lindas que e visto.

Pasamos toda la noche tomando, hablando y fumando. Unas bebidas las pagaba yo, otras ella, unos cigarros los conseguí yo, otros ella, unas platicas las haca ella y ninguna hacia referencia a nuestra vida personal.

Ella no sabía mi nombre y yo no sabia el suyo.

Eramos una de las tantas parejas de una sola noche que se pueden encontrar cuando la luz se va.

Fuimos a un motel cercano, llegamos ahí a base de coqueteos y besos en el club.
Ya no se si era porque estábamos ebrias, si era por mi curiosidad de estar con una chica o si solo no pensaba lo que hacia, pero ahí, en la cama de un motel su cuerpo y mi cuerpo se unieron en un enorme deseo de lujuria pura.

Tal vez ella me deseaba tanto como yo la deseaba a ella, tal vez solo queríamos ver que pasaba, tal vez, solo tal vez si hubiera pensado en que hacia no habíamos llegado a esto.

Besos, caricias, orgasmos, lujuria.

Llenavamos la habitación de suaves gemidos.

Y al acabar con todo eso solo decidimos dormir juntas, como si nos conociéramos por toda la vida.

Me desperté y la vi a ella aún dormida. Su cabellera rubia estaba por toda la almohada.

Intente pensar en las cosas que había pasado ayer, pero solo me llegaban vagos recuerdos.

Al salir de la ducha me tape con una toalla y me fui a la habitación a cambiar.

Ahí estaba ella, se acababa de levantar y aún se encontraba sentada en la cama bostezando.

Me miro y me sonrió. Tal vez ella si recordaba todo lo que había pasado.

-Buenos días nena-dice con una sonrisa picarona-.

La ignore y busque mi ropa. No quería saber nada de ella, quería que esto fuera un error pasajero.

Me senté del otro lado d ella cama, lejos de ella, intentando pensar en como volvería a ver a los ojos a Andrew y decirle que lo amo sin sentir que miento.

-¿Qué pasa mi sexy dama?, ¿no te gusto lo de ayer?-dice la chica rubia con un tono de puchero y perversión-.

La rubia se acerca a mi y me empieza a besar el cuello.

Intentaba quitarme de ahí, pero no podía resistirme a ella, me gustaba, me encantaba que hacia lo como lo hacia.

Las manos de la rubia se fueron a la toalla, una de sus manos la bajaba suavemente mientras la otra acariciaba mis pechos.

Todo eso me excitaba demasiado.

La toalla cayó y su mano se fue hasta mi pierna.

Me recoste en la cama y me di por vencida. Mi cuerpo me pedía mas de ella.

Comencé a acariciar el cuerpo de la chica.

Ambas habíamos dormido desnudas, así que no llevaba nada de ropa puesta ella.

Lo que paso en la noche lo volvimos a repetir en la mañana.

Ella satisfacía sus deseos y yo los míos.

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Me vestí y ella hizo lo mismo.

Fuimos abajo y pagamos las horas extra que nos habíamos quedado ahí.

Salimos del motel y caminamos un poco juntas, ninguna de nosotras dos dijo algo.

La rubia solo miraba para los lado feliz y yo iba con mi cabeza abajo.

Intente pensar en lo que había pasado, pero no había mucho en que pensar.

Ya lo había hecho, ya no había vuelta atrás.

-¿Cuál es tu nombre?-pregunta la chica rubia-.

-No creo que debamos saber eso.

-¿Por qué no?

-Porque no nos volveremos a ver, no volveremos a hablar. Esto solo fue algo pasajero. Algo de unos momentos.

-Bueno... Yo soy Judith-dice con una linda sonrisa en el rostro-.

-Debo irme....

Me aleje de ella y me fui a mi casa.

Al llegar encontré a Nicolás sentado en el sofá mirando televisión.

-Hola Estef, ¿dónde estabas?-dice en un tono alegre-Ayer por la noche llamó Andrew.

-Estaba con Amanda-dije intentando sonar convincente-.

Fui a mi habitación y me senté en la cama.

En realidad no sabía si quería volver a ver a esa chica.

No sabia como sentirme, pero arrepentirse no sirve de nada. Y yo no me arrepiento por haber hecho eso.

Libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora