Capítulo 16

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—¡Ya basta!—dije mientras reía a carcajadas.

Ross había tomado dos de sus papas fritas y las colocó en su boca simulando ser una foca, aplaudía y hacía ruidos extraños, capturando así la atención de toda la cafetería.

—Sí Ross, la investigación será sobre focas, pero ya detente—.gritó Isabel juguetona.

—Y es así como las focas llaman la atención de un macho—Ross sacó las papas de su boca.

—Entonces, ¿Samantha es una foca?—preguntó Isabel con el ceño fruncido sin ninguna pizca de humor.

—Yo diría que es una descendiente de las focas — respondí de la misma forma.

—Entonces, tú, Eliza ¿eres descendiente de la realeza? —me preguntó Ross sin despegar la mirada de su almuerzo.

Fruncí el ceño.

—No comprendo.

—Es que, eres todo una princesa—levantó la vista de su almuerzo y me dirijo una mirada seductora.

Mis mejillas se tornaron rojas al instante; esto había sido así desde hace dos meses. Estoy hablando de 20 rubores en tan solo un día, miradas fulminadoras de todas las chicas del instituto y mis latidos aumentaban más de lo habitual.

Hace dos meses, esto apenas comenzaba, desde ese momento en el que misteriosamente un hombre golpeo mi cabeza, no dejo de pensar que Ross fue a rescatarme de ese horrible momento que pudo probablemente terminar en algo devastador; le pedí más de 100 veces que me contara lo que en realidad pasó,  sin embargo casualmente siempre que lo hago finge atender una llamada y cambia de inmediato de tema, era extraño pero no era estúpida; sabía que en verdad había pasado aquello y Ross era el único que al parecer sabía lo que sucedió.  

—¿Seguirán flirteando en frente de mi? para largarme de aquí —dijo Isabel evidentemente molesta.

También olvidé mencionar esta parte: Isabel y Dalton tuvieron una pelea hace un tiempo, Dalton no se ha presentado a clases por más de un mes, entonces tengo que soportar los comentarios de "mi mejor amiga" cada vez que Ross logra encender algo dentro de mi.

Tuve que evitar besar a mi chico por ser consciente del dolor que sentía en estos momentos mi amiga.

—¿Van a ir las dos hoy a la fiesta de la playa? —preguntó Ross.

—¡Claro!, todo el instituto irá, tendrías que ser realmente un antisocial para no ir—respondió Isabel con amargura.

<<Guarda la calma Eliza, guarda la calma>> me dije a mi misma conteniendo la respiración.

—¿Pasarás por mi? —pregunte rogando que Isabel no se apuntara a la lista, todos necesitamos privacidad, ¿no?

—A las siete, ¿te parece bien?—preguntó Ross.

—¡Me parece perfecto!—logré decir antes de que Isabel se uniera a la conversación.

—No, yo podré salir de casa hasta media hora después, Ross, ¿a las siete y media hora podrías? Mi auto esta en taller y no puedo ir por mi sola. Espero no ser una carga —dijo Isabel.

¡Ya comenzaba a hacerlo!, juro que ella nunca había hecho algo así y de verdad me molestaba, entiendo que echaba de menos a Dalton, pero si ella estuviera en mi lugar ya me hubiera mandado por un tubo.
Miré a Ross, su rostro no reflejaba enfado, pero sabía perfectamente que no estaba de buen humor; lo miré pidiendo ayuda con la mirada: yo podía decirle lo que quiera a Isabel pero era muy difícil decir lo irritante que me ponía; él de inmediato captó.

INFELIZ |Ross Lynch|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora