La madre de Zack nos había invitado a la cena familiar que los Wilson organizaban cada bimestre.
Íbamos en el coche hacia Chicago, era mediodía; el mes de abril apenas había tocado tierra por lo que hacía que el calor fuera insoportable.
—Eli, ¿puedes abrir la ventanilla? me estoy horneando — reclamó Zack.
—No, tardé una hora en poder mantener mis pelos abajo, me costó mucho lograrlo. Si lo hago todo se ira a la mierda y me veré espantosa— digo algo molesta.
—Despeinada o no sigues siendo hermosa —me dice despegando la vista de la carretera.
Un hormigueo se instala en mi cuerpo al instante y la sensación es tremenda mente placentera.
— Gracias, pero seguiré sin abrir la ventanilla — le regalo una sonrisa socarrona y él solo vuelve la vista al volante.
—¿Que piensas princesa?— me pregunta aparcando el carro en una gasolinera.
— Nada, en lo increíble que es pasar el tiempo contigo.
—¡Oh! ¡eres tan cursi! — se acerca hacia mí y besa mis labios — Te amo tanto.
Siempre que besaba mis labios sentía un puñado de insectos en mi estomago, sólo él podía causar esto en mi.
—Te amo mucho más, por favor quédate a mi lado siempre —. Las palabras salían por sí solas de mi boca, no era necesario pensar lo que diría, sabía lo que sentía por él y simplemente estaba agradecida.
—Nunca lo haré preciosa, a menos que tú me lo pidas. Te prometo estar siempre contigo, a pesar de todo —dice al momento de besarme el dorso de la mano.
— ¿Lo prometes?
—Jamas lo haría. —Me dedica una mirada sincera —. Quiero ser el único chico en tu vida nena.
¡Dios mío!
—Y yo espero que así sea —. le respondí con seguridad.
Puso en marcha el auto y seguimos hacía nuestro destino.
Zack se detuvo por el semáforo. Éste no demoró ni diez segundos en cambiar a siga y Zack continuó la marcha.
Unas luces cegadoras y un fuerte golpe parecido a una bofetada acompañado de un sonido estruendoso se instalaron en el ambiente.
Todo pasó muy rápido, se comenzó a escuchar a gente gritando que llamaran a una ambulancia. Era inevitable cerrar los ojos, mis párpados pesaban, no me podía mover, el cuerpo me dolía a horrores y siento el cemento de la carretera en mi mejilla derecha ¿qué pasó? Un hombre de mediana edad se acercó a mi, apenas y podía abrir mis labios pero logro articular las dos palabras que tanto necesitaba.
—¿Qué paso? — mi voz apenas era audible.
—Un auto se impactó contra el suyo, usted salió fuera del auto, ya hemos llamado a la ambulancia no tardan en llegar —. Respondió el hombre de inmediato.
— ¿Y Zack?—. Pregunte de vuelta con ahora un dolor más fuerte en mi garganta.
—Señorita, el hombre que está en el auto murió. Recibió el golpe del choque. Lo siento mucho.
No escuché más. Lágrimas empapaban mis ojos junto con pequeños sollozos ahora doloridos. El dolor que ahora sentía era más grave a comparación del accidente. Mi mundo se sentía caer, y con él las ganas de seguir adelante. Era feliz, ¿ahora qué sería?
—La ambulancia llegó —la voz del hombre me regresó a la realidad.
Era tarde, ya había cerrado mis párpados, ahora todo era negro... vacío.
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INFELIZ |Ross Lynch|
Fanfic"-No puedes irte. Es lo único que dice y quiero romperle la cara. -No puedes obligarme. -Si no querías estar conmigo, entonces, ¿por qué quisiste hacer el amor? - conforme corrían los segundos el brillo en sus ojos se apagaba. No quería decir la ver...