Otro par de ojos

94 15 0
                                    

Se encontraba a un par de días de jugar el importante partido de básquet de clasificatorias y sus nervios estaban a flor de piel y es por eso que ese día especialmente, esperaba encontrarse Grian ya que su presencia, sus palabras y su baile, siempre lograban tranquilizar sus inquietudes.

Pero cuando llegó al salón no había nadie. Se encogió de hombros, la chica no siempre llegaba a la misma hora, así que podía descansar en su rincón de siempre, mientras esperaba que apareciera, y así lo hizo. Se introdujo en el salón, pero cuando se acomodaba en el piso para descansar, escuchó un:

—¿Kevin? ¿estás aquí? —preguntó Valery, quien al parecer lo había seguido hasta el salón.

El chico se incorporó y Valery pareció notar el movimiento, porque se acercó a donde se encontraba:

—¿Kevin?

—Sí, aquí estoy —respondió, sin poder negar su presencia a la joven—. ¿Qué pasa?

—Con que aquí te escondías cuando desaparecías —dijo Valery—. ¿Cazando fantasma?

—Algo así —pero en eso escuchó que la puerta se abría—, escóndete —le pidió el chico con urgencia y Valery obedeció.

—¿Qué pasa? —preguntó en un susurro, pero Kevin la calló con un gesto.

La que había ingresado era Grian, quien parecía estar con algo de prisa, pues ubicó su aparato de radio sobre el piso y comenzó a practicar casi de inmediato, como siempre sus movimientos era fluidos y gráciles, mientras daba giros y se deslizaba por el salón, y como siempre Kevin quedó embobado con sus movimientos, sin casi prestarle atención a su amiga que se encontraba a su lado, que cada cierto tiempo trataba de preguntar qué era lo que estaban haciendo. Pasó cerca de veinte minutos, antes de que Grian se permitiera un pequeño descanso, en eso alguien en la puerta la llamó y le habló a la joven —Kevin suponía que era Irving—, la joven grito un "¡Sí!", tomó todas sus pertenencias y se marchó sin mirar alrededor.

—¿Quién era? —preguntó Valery con rostro serio.

—Una bailarina —respondió Kevin, tratando de esquivar el tener que dar una respuesta directa.

—De eso me di cuenta son solo mirarla, pero ¿Quién es? —preguntó esta vez la chica visiblemente enfadada.

—No puedo decírtelo, es secreto de confesión —trató de bromear Kevin con una sonrisa culpable, sin lograrlo.

—Bueno, si no me quieres decir, lo averiguaré —le amenazó.

—Espera, no te lo puedo decir... ahora —dijo Kevin, tratando de proteger a Grian—. No es por mí, es por ella —con esta frase Valery pareció aún más enfadada—. Lo único que puedo decirte es que ella es alumna de esta escuela y que es mi amiga.

Valery no pareció muy conforme con la respuesta y solo se cruzó de brazos y se devolvió por donde llegó sin decirle una sola palabra más. Kevin se sintió como un traidor al no decirle a su mejor amiga sobre quien era la joven con la que se había estado encontrado por más de cuatro meses, pero tampoco podía dejar de pensar que debía hablar primero con Grian antes de decir nada más de su persona, no quería verla enfadada o que sintiera que traicionaba la confianza que había depositado en él.


Querida Señorita InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora