El curso esperó por alrededor de media hora a que el profesor apareciera, pero en eso, uno de los auxiliares se presentó para informarles que tenían la hora libre, porque le profesor de ciencias se había enfermado de un fuerte resfriado. Todos los muchachos del salón celebraron la buena nueva, a la mayoría del salón no le agradaba mucho el profesor porque este era muy estricto en el orden y la puntualidad.
Ya que tenían la hora libre y después venía la clase de inglés, los jóvenes comenzaron a agruparse para tener animadas conversaciones algunos, otros copiar la tarea con nota que tenía para esa clases y otros solo se contentaron con encerrarse en su burbuja sin prestarle atención a nadie más.
—Es bueno tener la hora libre —dijo Valery desperezándose con un movimiento exagerado—. ¿Qué haremos después de clases? —preguntó
—Tengo prácticas —dijo Kevin.
—Yo pretendía ir a conocer la nueva cafetería que se abrió cerca de mi casa —anunció Rob.
—Acompáñame al Centro comercial, Rob —rogó Valery a su amigo—, hay mucha ropa en oferta hoy.
—Pero quiero ir a la cafetería —reclamó Rob
—Te acompaño mañana y te invito un pastel —chantajeó la chica— por favor, Rob siempre me asesoras con tus gustos en moda —volvió a rogar la rubia— porfa... Porfa... Porfa
—Está bien —aceptó resignado Rob—, pero me debes un pastel.
Kevin rió ante la conversación, esos dos siempre habían sido así y si no supiera que Rob era gay, hubiese pensado que eran pareja. Siguieron conversando de esto y aquello, del equipo de básquet, de las nuevas cafeterías en la ciudad y de las nuevas modelos famosas. Ya estaban por terminar la hora de descanso que les habían regalado cuando a Kevin se le ocurrió preguntarle a Valery.
—¿Conoces a alguna Grian en el instituto?
—Mmm... Creo que no —respondió la rubia luego de pensarlo un rato—. ¿Por qué quieres saberlo?
—Así se llama sus problemas con el baño —bromeó Rob, mientras le explicaba lo que Kevin le había dicho cuando llegó.
Kevin no pudo agregar nada más, porque justo en ese momento llegó la profesora de inglés, la que demandó su atención de inmediato.
A pesar de las respuesta de sus amigos, Kevin no se rindió y durante toda una semana estuvo preguntando a sus amigos y conocidos si sabía de alguna Grian en el instituto. Preguntó en el club de básquet, le preguntó a las amigas de Valery, preguntó a sus conocidos en la cafetería, pero todos les daban la misma invariable respuesta: "No me suena", "Creo que no la conozco" y "¿Grian? ¿Grian? No, no sé quien es". Incluso había ido dos o tres veces al salón de danza para saber si se aparecía por ahí, pero nada.
"Qué diablos con esa chica ¿No me la habré imaginado?. Tal vez haya sido solo un sueño" pensó "No, no puede ser, recuerdo haber visto las gotas de sudor que dejó en el piso luego de tanto practicar" recordó. "Pero entonces porque no aparece por ningún lado, pareciera ser una especie de fantasma o ser invisible" fue su siguiente pensamiento y luego se sonrió así mismo "Grian, la chica invisible. Hasta parece titulo de película clase B". Suspiró, pensó que tal vez fuera mejor darse por vencido, si la chica no quería ser encontrada por algo sería y el no era nadie para retar el destino. Así que, con el firme propósito de no pensar en la extraña bailarina, Kevin dio por terminada su semana en el instituto.
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Querida Señorita Invisible
Novela JuvenilKevin, uno de los jóvenes más queridos en el Instituto Charles Darwin, sin quererlo ni beberlo , se encuentra espiando a una solitaria joven bailarina, la cual lo deja cautivado. "... si la persona frente a él se cansaba y necesitaba agua, no debía...