Capítulo 11

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"Caminando a ciegas por un sendero, pisando lodo y piedras picándome los pies. No me detengo, y me topo con algo... ese algo me acaricia el rostro y me quita la venda de los ojos, por eso no veía y por eso batallé en la travesía... ahora ayúdame sosteniéndome la mano, a continuar por un camino donde reine la arena fina."

Los tacones le avisaron su llegada. Laura respiró hondamente. Consciente de que se había pasado de la hora, y por ende su novio le exigiría explicaciones.

De niña, le leyeron el cuento de cenicienta, aquella niña que quedó huérfana y al mando de su madrastra y hermanastras... pero por una zapatilla olvidada, encontró a su príncipe azul y vivió felizmente con él para siempre.

Siempre idealizó con esa historia. Cenicienta sufrió mucho, pero al final todo el sacrificio valió la pena para encontrar el verdadero amor.

Sin embargo, ese solo es un cuento. Y ella lo olvido tan fácil como cenicienta olvido esa zapatilla. ¿Podría ser que ella volviera por ese recuerdo y así conseguir su felicidad?

Yammal: - drogado - ¿Dónde te metiste?

La asaltó con esa pregunta, Laura tragó saliva.

Laura: la fiesta terminó tarde

Su mentira hizo bufar al Lobo, jamás se había parecido tanto a su apodo.

Yammal: - apretando los puños – El pantera fue y la fiesta se terminó desde hace una hora – avanzo hasta ella - ¿Dónde estabas?

Le daría una segunda oportunidad de explicarse.

Laura: - molesta - disfrutando la noche, como me lo ordenaste

Semejante atrevimiento no tuvo un final feliz. La mano de Yammal golpeo con dureza la mejilla de Laura, haciéndola caer.

Yammal: - tomándola del brazo - ¡A mí no me contestas así!

Ambos se ven directo a los ojos. Yammal la beso con salvajismo, y ella cerró los ojos dolida. Que diferencia con André, quien es siempre delicado y atento.

Yammal le desgarro la ropa, y ella no se opuso. Disparo sus pensamientos. Ese hombre no es su príncipe. ¿A quién quiere engañar?

Ella había vivido el cuento de la Bella y la Bestia. Una campesina viviendo al servicio de una bestia, con esos arranques feroces. Al final, se convirtió en un príncipe tras romper la maldición con su amor. Laura siempre creyó que algún día pasaría igual. Qué equivocada estaba, ya que Yammal seria Bestia por siempre.

Un deje de valentía la condujo por terrenos peligros. Aventó a Yammal con toda la fuerza que poseía, y aun así solo logro empujarlo lo suficiente para salir de sus brazos.

Laura: ¡Déjame en paz! – Grita alejándose - ¡no ves que me das asco!

Exclama dejando que el coraje la gobierne. Yammal se pone de pie y la ve ferozmente. En lugar de molestarse, se rio.

Yammal: ¿Asco?... no decías eso las otras noches

Laura: - con valor – las otras noches estaba ciega... estaba en una jaula oscura con una única compañía... un lobo

Espeto con picazón en los ojos, no sabe cuánto tiempo podrá soportar con ese impulso, y no sabe por cuánto tiempo el Lobo soportará aquella destreza.

Yammal: - serio – un lobo, al que amas...

Afirmo crudamente. Laura estuvo a punto de contradecirlo, pero Yammal no la dejó.

Yammal: - acercándose – al que jamás podrás dejar... ¿sabes por qué?... ¿lo sabes?

La tomo del cabello y la lastimo, ella cerro los ojos y asintió, comprendiendo que no puede ganar. Entonces le frustró una situación, que quiere aclarar con él. Jugándosela.

DELIRIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora