DELIRIO

Capítulo 31

Tic, tac... Tic, tac

Ese sonido siempre es el mismo, pero es lo único que escucha. Traga saliva e intenta abrir los ojos, fallando. Su cuerpo no le responde como quisiera, ¿Cuánto tiempo lleva boca abajo?
Suelta un respiro frustrado. Algo en la habitación se mueve, y advierte que alguien se acerca, posicionándose a su lado.

--: No hagas esfuerzo... poco a poco

Le susurran al oído. Ante eso no puede reaccionar de otra manera, más que obligándose a abrir los ojos.
Vislumbró a una mujer.

Sus manos desbarataron el papel. Por un momento se colapsó, no sabía que uno era capaz de quedarse con la mente en blanco, pero hoy le pasó.

Angelique: - entrando – me contaron lo de ayer... hombres y sus peleas

Dice quitada de la pena con un cigarrillo en mano. Yammal no respondió, se limitó a quedarse como una estatua. Quería que hubiera más papel para apretarlos y destrozarlo, no había más... pero si algo al alcance de su mano.

Yammal: - lleno de furia - ¡Cállate maldita perra!

Lanzó un golpe en dirección a ella, el cual cayó directo a su mejilla. Angelique no tuvo el reflejo tan rápido como quisiera, su rostro recibió el impacto y le dolió lo suficiente como para sacarle lágrimas.

Angelique: - miedosa - ¿Qué te pasa?

Yammal no perdió el tiempo para escucharla. Este poseído por el odio, se imaginó a Laura tendida en el suelo, tal cual muchas veces la tuvo a disposición.

Yammal: ¡Ese niño no es mío!

Vociferó y la golpea de nuevo, Angelique grita. Yammal tiene el rostro distorsionado por el enojo. La muchacha pide ayuda y se intenta escapar de la vista de Yammal. Sin embargo él fue más ágil y más fuerte, la tomó por los cabellos y la zarandeo cruelmente.

Yammal: ¡te odio!, ¡te matare, Laura! ¡Ya no me importa!

Angelique: - desesperada - ¡no soy Laura! ¡Mírame!

Le suplica, aun llorando y con el rostro ensangrentado a causa de los golpes. Yammal la avienta a un costado y la joven aterrizó en una silla, la cual cayó con ella.

Yammal se detuvo, Angelique no podía respirar bien, ya no tenía fuerzas para levantarse.

Yammal: - enrojecido – Yo jamás quise hijos, pero si ese niño que cargas hubiera sido mío... maldita sea, ¡lo habría querido!

Estalló una vez más. Angelique pensó rápido, si Yammal cree que ella es Laura, puede ser su única arma para defenderse.

Angelique: ¡si es tuyo!... es tuyo, te lo juro

Implora que le crea y le deje de golpear. Yammal se enfurece más.

Yammal: - furioso – sabes perfecto que no te he tocado... ¡mientes!

Y con eso una patada fue directo al estómago de Angelique, lo cual la dejó sin aire.

Yammal no escuchó los gritos de auxilio de ella, ni vio como dos de sus cómplices presenciaron el final. No se detuvo ni cuando Angelique se detuvo, cuando dejó de respirar y cuando cerró los ojos.

El cansancio lo venció... entonces comprobó lo que había hecho. El cuerpo masacrado de Angelique yace en su sala. Él no se detuvo lo suficiente en ella. Volteó con sus cómplices.

Yammal: al primero que encuentre a Laura... le doy lo que quiera, no importa lo que sea

Afirmó. Los cómplices salen disparados, Yammal deja a Angelique y se encierra en su cuarto.